Diario de Valladolid

EDITORIAL

La Educación reclama sensatez en los cambios

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EL SISTEMA EDUCATIVO vive momentos convulsos, tanto en Primaria y Secundaria como en la Universidad, por los continuos cambios impuestos tras la aprobación de la Lomce. Una Ley que el Gobierno de Mariano Rajoy, con su entonces ministro de Educación, José Ignacio Wert, a la cabeza, impuso al conjunto de la educación. Y lo hizo sin consenso y con el rechazo de todos y cada uno de los actores que tienen algo que decir en el sistema educativo.

Cambios que afectan a las materias y asignaturas del programa educativo que tienen que aplicar los gobiernos autonómicos, que conviene no olvidar son quienes ostentan las competencias en materia educativa. Pero no solo, porque también se cambian las pruebas de acceso a la universidad, la famosa selectividad; cuando no se crean otras nuevas, como las reválidas de Bachillerato, con las que tampoco nadie está de acuerdo.

No se pone en duda que se puedan plantear cambios en la Educación. Es más, seguramente un análisis pormenorizado del sistema venga a determinar que algunos de ellos son necesarios.

Lo que nada determina es que éstos deban venir por medio de la imposición y sin escuchar a nadie dentro del sistema. Entre otras cuestiones porque está demostrado que nada de lo que se hace a la contra acaba por funcionar bien.

Si de algo puede presumir la Educación es de los grandes profesionales con los que cuenta. Por eso no es de recibo que desde el Gobiern central, ahora en funciones, se siga sin escucharlos. Y qué decir de las consejerías. No es posible que se ponga en marcha una ley educativa de espaldas a aquellos que tienen que aplicarla con posterioridad. El consejero de Educación, Fernando Rey, exigía sensatez a la hora de diseñar cómo será la nueva prueba de acceso de la Universidad. Una sensatez que es justo lo que ha faltado en toda la reforma del sistema educativo.

Castilla y León sigue dando ejemplos de esa sensatez, como con la polémica sobre los deberes. La Consejería, en aras de esa sensatez de la que habla ahora su máximo responsable, sentó a todas las partes presentes en el Consejo Escolar para que determinaran en un documento el camino a seguir. Escrito que después hará suyo.

Ese es el camino. La búsqueda del consenso y del acuerdo de todos se hace necesario en todas las materias, pero es vital en la Educación. De él saldrá sin duda un mejor sistema, que venga a mejorar aún más la calidad de la Educación porque ofrece una visión más global y de conjunto.

Si algo está demostrando la Lomce es que la Educación reclama más sensatez en los cambios y nada de imposición.

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