Los trileros de Génova
«LAS urnas ya me han absuelto». Quien así se expresó hace años con regodeo ante los medios de comunicación acabó con sus huesos en la cárcel por fraude fiscal, aunque ya disfruta del tercer grado. Un regodeo, cuando no pitorreo, el del impresentable ex presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, que parece estar instalado en las entrañas del Partido Popular.
Y es que sólo a pitorreo suena el que el clon de Aznar, el ínclito que hundió, primero, y apuntilló, después, la minería; el de los Papeles de Panamá, que negó más veces que San Pedro a Jesucristo; el ex ministro canario José Manuel Soria pueda apoltronarse ahora en un sillón del Banco Mundial, a razón de casi 300.000 euros al año. Todo por obra y gracia de un Mariano Rajoy, que vive acomodado y disfruta de su Gobierno en funciones. Ese que le permite hacer lo que siempre ha hecho: nada.
Es una desvergüenza, una desfachatez, un insulto a los mineros, a sus familias y a las cuencas que Rajoy yDe Guindos, De Guindos y Rajoy, premien a este sujeto con una nueva poltrona. Ni diez minutos tardó en reaccionar la vicepresidenta de la Junta, Rosa Valdeón, para hacerlo como suele, con claridad y por derecho. Le asiste la razón y, sobre todo, el trabajo que desempeña como política honesta. Más cauto fue el presidente Herrera, que optó por morderse la lengua. Y aunque dejó entrever su sentir hacia Soria, la bofetada a esta tierra y a sus gentes por parte del PP es de tal calibre que exige una respuesta inmediata al más alto nivel. En la tarea de frenar en seco el despropósito de este nombramiento no caben ni medias tintas, ni mucho menos morderse la lengua para no molestar.
Claro que los hay que parecen haber olvidado ya de donde salieron. Presumen de ser alcaldes de pueblo, pero la realidad es que viven felices en la planta noble de Génova. Y si para eso tienen que tragar con el clon de Aznar viviendo a cuerpo de rey porque así lo quiere el que manda, pues a a callar. Es lo que tiene que a uno le nombren a dedo, ¿verdad Maíllo?.
La excusa ahora es que Soria tiene derecho porque es funcionario. Pues muy bien que lo acomoden al puesto que se ganó por oposición y del que nunca debió salir. O a la Fundación Faes, de su alter ego. Basta ya de este pitorreo hacia los ciudadanos y de esta actitud de Génova, más propia de trileros que colocan sus bolitas lejos de la vista de la gente con un único fin: seguir engañándola.