Diario de Valladolid

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LA PRESA de Castrovido, en la provincia de Burgos, es una de esas infraestructuras que se alargan durante tantos años que se pierde en la memoria el momento en que arrancaron. Este embalse para regular el Arlanza fue gestado a finales de los 80, pero no se transformó en proyecto hasta el 2000 y se licitó un año después por 75 millones de euros.

Desde entonces, la construcción de esta importante infraestructura ha pasado por numerosas vicisitudes, desde la modificación del proyecto para reducir el tamaño de la presa principal y añadir una de cola, hasta un dramático accidente en el que perdieron la vida cuatro trabajadores.

Después de este suceso, ocurrido en octubre de 2011, los trabajos se paralizaron durante año y medio y se incorporaron más medidas de seguridad. Pero el plazo inicial de terminación, anunciado para 2007, llevará un retraso de diez años. Eso si todo marcha ya según las previsiones y no se producen más imprevistos. En la actualidad, las obras van a buen ritmo, aunque con el inconveniente de que deben paralizarse durante los meses de invierno.

El hormigonado de la presa, en el que se trabaja ahora, podría estar terminado a finales de este año, pero aún quedará otro ejercicio para la conclusión definitiva. Responsables de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) aseguran que hasta diciembre del año pasado se había ejecutado obra por un importe de 200 millones de euros. Para este año, el presupuesto asciende a 13 millones y para el próximo a otros 28. Junto a la terminación de la presa principal, quedan por ejecutar trabajos medioambientales y la conclusión de la presa de cola.

De este modo, la inversión final alcanzará los 220 millones de euros, una cifra que está muy alejada de los 75 millones de euros previstos inicialmente, un sobrecoste realmente excesivo, por más que lamentablemente, resulte algo habitual en obras de tal envergadura.

El presidente de la comisión de seguimiento de Castrovido, Dositeo Martín, prefiere dejar a un lado los retrasos y optar por el optimismo porque, finalmente, ve cerca la terminación de una obra que, con su puesta en marcha, dará solución a los numerosos problemas que los ríos causan año tras año en la comarca burgalesa del Arlanza.

La presa permitirá regular mucho mejor el caudal de este río y evitar así las inundaciones que se llevan por delante las cosechas. Lo importante ahora, de cara al futuro, es que Castrovido beneficiará a unas 40 localidades con una población total de 20.000 habitantes, al mejorar el abastecimiento de agua y permitir incrementar las superficies para cultivos de regadío.

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