Herrera y 'ese' escaño

MIENTRAS las web de información anunciaban la disolución del PP en Valencia, y la creación de una gestora para metabolizar la indigestión de un exceso de chorizo en el menú popular levantino, en Valladolid, el pasado viernes, terminaba el sanedrín regional del partido, presidido por el Pontífice Máximo Rajoy, con su aire de Patricio despistado. Atolondrado quizá. Algunos de los asistentes, enterados de la buena nueva en Ritaland, asentían, pesarosos, que la decisión obedecía, sin duda, a una ruina estructural del edificio. Vallar el perímetro y evacuar al personal es lo más aconsejable.

En la ribera del Pisuerga, Herrera hablaba de renovación y de dejar paso a los jóvenes. La idea no es mala, aún siendo obvia, pero si tardan mucho habrán ahuyentado a la mayoría. A la mayoría de los valiosos, claro, porque tener carné por si cae algo siempre habrá quien lo tenga desde su más temprana adolescencia. Quiere, dijo, personas mejor preparadas y con más garra. A él lo primero no le falta, pero de lo segundo… No sé ustedes, pero irse de fiesta con Rajoy y Herrera tiene que ser la pera. Ya, ya… no se trata de que sean divertidos, pero hombre, un poco de sal…

A mí me llamó la atención que Herrera se acordara de De la Serna, y que solicitara la colaboración de Rajoy para que, según sus palabras, el escaño vuelva a los segovianos. Pues, fíjense, que Herrera le estaba pidiendo a su jefe que provoque nuevas elecciones, porque sino el escaño no vuelve a los ciudadanos, sino que se queda en Madrid, normalmente para siestear o traficar con influencias.

Herrera, que mantiene en puestos de cargos públicos de alta responsabilidad a imputados e investigados (la nueva ley procesal criminal ha sido edulcorada en plazos y nomenclatura), y no emplea muchas energías en que afloren los tejidos de las tramas eólicas y fotovoltaicas, se acuerda de De la Serna.

Victimismos los justos: ¿Alguien puso alguna pega al aterrizaje del paracaidista? Más garra, sí, y más valor, también.