Diario de Valladolid

Redacción de Valladolid

Las pilas de los altos cargos

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SE ACABARON las navidades y no hay un minuto que perder. El presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, reúne hoy a todos sus altos cargos para ponerles las pilas. Así lo sugirió ayer la vicepresidenta Rosa Valdeón que presumió de “estabilidad” política y “buenos datos” del paro para concluir que la Comunidad va por el “buen camino”.

Pese a este discurso complaciente, estoy convencido de que el mensaje del reinicio del curso político será de máxima exigencia para cumplir el programa de investidura. Cuestión distinta es si Herrera marcará o no a sus consejeros y directores generales objetivos concretos y si estará dispuesto a someterlos, a someterse, a la adecuada evaluación con absoluto rigor y transparencia.

Ponerse las pilas no sólo es garantizar la ejecución de las estrategias, leyes, acuerdos, planes y promesas anunciados el pasado 2 de julio, sino generar una corriente de resultados que hagan más atractiva esta Comunidad para vivir y trabajar. Y el indicador que mide con más nitidez esos resultados está en decadencia: Castilla y León tiene hoy la población más baja del siglo, 2.465.901 personas. Miles de personas se han ido a otras comunidades y otros países que les ofrecían sobre todo lo que aquí nadie les daba, la oportunidad de tener un empleo.

Es indudable que el último dato del llamado mercado laboral es relativamente positivo, porque cae el paro. Pero es insuficiente y limitado. Insuficiente por su ritmo: en los tres últimos años (2013-2015) ha bajado menos que lo que subió en los tres más duros (2009-2011). Insuficiente porque se han recuperado sólo 30.000 de los 140.000 empleos destruidos. Y limitado por el desplome de los que cobran prestación y porque se ha producido un recorte de rentas salariales que se ha desviado a un empleo de menor calidad.

Las pilas que hoy carguen los altos cargos deben liberar energía para rebajar las listas de espera sanitarias; deben mirar más a los que no pueden llegar a fin de mes, a los que no pueden pagar ni su vivienda, a los jóvenes cualificados que han emigrado, a las mujeres que cobran un 30% menos por el mismo trabajo que los hombres…

Y sobre todo producir una reacción química con las zonas deprimidas de la Comunidad, impulsando con eficacia esos proyectados planes industriales (20-20) para mantener y elevar el peso regional con sectores competitivos e innovadores…

Cargar las pilas es también reivindicar lo justo. Y eso pasa porque la recuperación económica llegue primero a las personas que lo han perdido casi todo.

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