Strudel de manzana
Es uno de esos postres que saben a otoño, a casa calentita, a manta en el sofá y, por supuesto, a manzana. Dicen que llegó de Oriente, como los reyes magos, pero en la actualidad este postre es típico de Austria, Hungría o Alemania. “Apfelstrudel” o remolino de manzana, así es como lo conocen por allí

Strudel de manzana
- Tiempo de preparación 30 min
- Tiempo de cocción 45 min
- Porciones 6
- Tipo de receta (n/a)
- Precio 15 €
INGREDIENTES
- 5 manzanas reineta
80 g de azúcar
40 g de pan rallado
60 g de mantequilla
Un puñado de pasas
Un puñado de pistachos, nueces almendras
½ cucharada de canela molida
Azúcar glas
Mantequilla para pintar
250 g de harina de trigo
1 huevo
1 sal
20 ml de aceite oliva
90 ml agua
Tantas formas de prepararlo como hogares y cocinas existen. Cada familia o cada cocinero tiene su receta particular, con su toque especial, Esto es algo muy habitual en las elaboraciones que han pasado a ser universales. Cada strudel cuenta una historia, la de quien lo elabora, enrollada en una masa con manzana dentro. Cuentan que las primeras noticias escritas que existen de este postre están en un manuscrito de cocina en la Biblioteca de Viena, que se remonta al año 1697. Desde entonces, se convirtió en un postre habitual en las casas nobles del Imperio Austrohúngaro y, más tarde, en un dulce popular de toda esta zona de Europa, especialmente en Austria, Alemania, Hungría, República Checa e incluso el norte de Italia.
El más conocido y famoso es el de manzana, el Apfelstrudel, pero también se realizan con otros ingredientes, tanto dulces como salados. La tradición marcaba que había que servirlo caliente y acompañado de helado de vainilla o una salsa de sabor similar. Se considera también un símbolo de hospitalidad en Viena. Sencillez, ingenio y tradición, en un pastel que nos lleva a la esencia de los dulces centroeuropeos.
Preparación de la masa
Empezaremos elaborando la masa. También podríamos hacerla con pasta filo o masa de hojaldre comprada, pero, ya que nos ponemos, vamos a hacer la masa nosotros, que quedará más rico el strudel. En relación a la harina, si la encontramos, podemos utilizar una harina de media fuerza. Si no, una normal. La ponemos en un bol junto con la sal, el huevo, el aceite (o su mismo peso en mantequilla derretida, como prefiramos) y el agua que deberá estar tirando a caliente. Mezclamos primero todos estos ingredientes en un bol y, cuando ya tenemos una masa compacta, la sacamos a mesa y amasamos unos diez minutos. Hacemos una bola y la untamos un poco con una pizca de aceite (o mantequilla derretida si lo preferimos) antes de envolverla en papel film para dejarla reposar cuarenta y cinco minutos a temperatura ambiente. Mientras reposa la masa nos ponemos con el relleno
Preparación del relleno
Podemos utilizar diferentes variedades de manzanas, incluso mezclar variedades. La reineta es una variedad que le va muy bien a este postre y a las tartas de manzana en general. Pelamos las manzanas, les retiramos las semillas y las cortamos en gajos finos. Los ponemos en un bol o una fuente y exprimimos sobre ellos un poco de zumo de limón para retrasar la oxidación. Les añadimos también el azúcar, las pasas (que podemos haber hidratado previamente en un vino dulce si queremos), la canela, la ralladura de limón y el fruto seco que queramos utilizar. Por otro lado, en una cazuela o sartén ponemos la mantequilla y la derretimos. Incorporamos el pan rallado y lo tostamos un poco en la mantequilla. Lo añadimos al bol con las manzanas y mezclamos todo con cuidado.
Montaje del strudel
En primer lugar, tenemos que estirar la masa que hemos elaborado. Con paciencia y un rodillo la vamos estirando poco a poco hasta que tenemos una masa bien fina. Es conveniente terminar estirándola sobre un papel de horno que después nos ayudará a la hora de enrollarla. Derretimos un poco de mantequilla y pintamos toda la masa ligeramente. Vamos a ir colocando la mezcla de la manzana sobre la masa, pero sin rellenar toda la superficie de la masa. Rellenaremos como una tercera parte de la masa únicamente. Con este trabajo realizado empezamos a enrollar la masa desde la zona en la que hemos puesto el relleno hasta la parte de la masa que no tiene. El relleno se irá desplazando a medida que enrollamos e irá cubriendo más masa. Completaremos el enrollado hasta el final de la masa, momento en el que pintaremos los bordes con un poco de mantequilla derretida para que se pequen entre ellos. Pintamos luego todo el strudel con mantequilla derretida.
Habremos precalentado el horno a 180 grados. Metemos el strudel en la parte central y horneamos unos cuarenta minutos. Podemos subir un poco los grados al final y dejarlo unos minutos más hasta que tengamos el tostado que nos gusta. Sacamos del horno y dejamos enfriar. Espolvoreamos con azúcar glas. Es habitual acompañarlo con helado.