Diario de Valladolid

BALANCE

Optimismo para el nuevo año

Desafíos. La reforma de la PAC y unos precios que blinden rentabilidad son los principales retos de 2020, cuando las Opas esperan lluvias «en tiempo y forma» / La fauna salvaje continúa siendo el «gran talón de Aquiles» del campo autonómico

Un agricultor, durante las labores de siembra de patatas en la localidad palentina de Pomar de Valdivia.-M. BRÁGIMO

Un agricultor, durante las labores de siembra de patatas en la localidad palentina de Pomar de Valdivia.-M. BRÁGIMO

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Elsa Ortiz

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Dos semanas para la cuenta atrás. Esta no es en la Puerta del Sol, como cantaba Mecano, sino al pie del campo donde también hacen balance de lo bueno y malo para aceptar que ya pasó uno más. Dicen adiós pero para el año que viene no piden solo un millón o dos, pues en el agrícola hacen mejor avío las lluvias y más aún después de una campaña tan acusada por la falta de las mismas.

El agua, en su justa medida, encabeza la lista deseos de las Organizaciones profesionales agrarias (Opas). Esta petición es la más reciente, pero en el listado figuran otras que se mantienen en el tiempo, como unos precios que blinden la rentabilidad de las explotaciones y la definición de agricultor genuino dentro de la esperada reforma de la Política Agraria Común (PAC). No hay espacio en la carta de bienvenida al 2020 para la fauna salvaje o la excesiva burocracia que hace que agricultores y ganaderos, como ellos mismos denuncian, pasen más tiempo entre papeles que atendiendo a sus cultivos y animales.

A pesar de ser las grandes ausentes de toda la temporada, las lluvias no han resultado malas compañeras para la sementera, sembrando esperanza para afrontar el nuevo año.

Los profesionales han empezado su cuaderno de campo con optimismo, pero sin perder de vista lo anotado durante 2019. Un relato donde, escribe el presidente regional de Asaja, la sequía ha sido la «gran protagonista». Donaciano Dujo lamenta un año que lleva el calificativo de «catastrófico» para la mitad de los agricultores la Comunidad. «No han conseguido poder adquisitivo al contar con una producción escasa», sintetiza antes de mirar a los ganaderos para quien ha resultado «realmente malo, con unos costes añadidos disparados».

Esta no es la única zancadilla con la que se ha topado el campo. Un bache insalvable para Dujo es la incertidumbre política de todo el año, por su claro reflejo en los profesionales de la mano de la especulación. Este telón de fondo deja, asevera, una PAC sin negociar y a las inversiones con el freno echado. «Nos perjudica la falta de Gobierno; nadie nos defiende, ni en Europa ni en España», reprocha antes de pasar a otro tercio, el de los bajos precios, que sitúa en un círculo vicioso en el que se encuentran con las jubilaciones de un sector envejecido que sin una rentabilidad acorazada no resulta atractivo a las nuevas generaciones y desemboca en pérdida de activos.

Despuntar

«No conseguimos que los precios despunten ni en productos estrella como el lechazo», continúa el lamento del máximo representante de Asaja en la región, quien no entiende que estén «por debajo de los costes de producción mientras la vida sube». Vuelve a encadenar las consecuencias de este stand by que se prolonga en el tiempo y perfila una «rentabilidad menor que obliga a tener explotaciones más grandes que a su vez hacen que cada vez haya menos profesionales».

Hablar de precios en 2019 obliga a detenerse en el sector remolachero, donde la apuesta por mantener los 42 euros de Acor fue «compensada con un incremento de hectáreas» frente a la pérdida sufrida por Azucarera tras la rebaja hasta los 36 con la ruptura unilateral del Acuerdo Marco Interprofesional (AMI). «No sabemos ni a qué atenernos», confiesa Dujo mirando ya a la siguiente campaña, únicamente con la certeza de que la empresa «se ha equivocado».

La fauna salvaje «no solo sigue siendo un problema sino que cada vez es mayor», asegura y a las cifras se remite para ello: «de los 4.000 accidentes que causó en 2014, hemos pasado a 10.000 un lustro después». A los que suma «unos 2.000 ataques con cerca de 4.000 animales muertos» para abogar por «un plan de control» de estas especies y «una erradicación de al menos el 50%».

Dujo confía en que a lo largo de 2020 «llueva en tiempo y forma». Espera dar la bienvenida al nuevo año con «un Gobierno con conciencia agraria que traiga iniciativas, propuestas y presupuesto para el medio rural». Y, en conjunto, el presidente regional de Asaja ansía «mejores precios y menores costes» puesto que, asegura, son «la clave para el rejuvenecimiento del sector».

El coordinador de la alianza UPA-COAG vuelve a la primera página de 2019 para recordar las «altas expectativas para el cereal» que dejaba una «sementera muy buena con una sanidad en la planta importante». La vista atrás de Aurelio Pérez repara en la primavera, cuando el desarrollo empieza a «truncarse» con una «sequía en los meses cruciales que da al traste» con todo lo que se había planteado. «Una tormenta hubiese salvado la cosecha», considera para descartar en este flotador a los pastos. «Lo que prometía como bueno quedó en malo o mediocre», apunta para matizar que, en cualquier caso, el escenario «no es comparable al de 2017 porque no ha afectado al regadío».

Al azote de la falta de precipitaciones añade otra previsión «incumplida»: la subida del precio de los cereales, que sí se produjo «en productos como la paja». Y esto le lleva a detenerse en el ganado que vivió, considera, «una primavera muy corta y escasa» que solo dejó «importantes pérdidas y mucho trabajo». Pérez insiste en que el incremento del coste de las materias primas «no tuvo repercusión para los ganaderos en el precio de lo propio» llegando a colocar al vacuno «al borde de la crisis». A su juicio, resulta incompresible que un «sector tan puntero» en el exterior, que destaca en la exportación, «no consiga que sus precios despeguen». Como prueba irrefutable de que «por debajo del coste de producción no resultan rentables» mira a los remolacheros y apunta en concreto a la filial de British Sugar que, con su recorte de seis euros, «ha llevado al traste» las hectáreas que había conseguido en Castilla y León, tras una rebaja acompasada de contrataciones.

Sementera

Pérez celebra la «buena otoñada» que, al menos, ha permitido al ganado salir a pastar. Y puestos a festejar de cara al fin de año, también remarca la «buena sementera» que deja el incremento en estos meses de las precipitaciones, «alcanzado la media de los últimos años». Pero, como bien dice el refrán, nunca llueve a gusto de todos y el agua está ocasionado «problemas en la recogida de cultivos como la remolacha, el maíz o el girasol».

El coordinador de UPA-COAG no duda al señalar a la fauna salvaje como el «gran talón de Aquiles» del sector. Lamenta que en la actualidad se haya alcanzado el «mayor censo de la historia», mientras las actuaciones no van en consonancia. «No se está haciendo nada en absoluto cuando ocasiona unos daños tremendos», denuncia para advertir de que cuando arranquen las acciones de control «resultarán escandalosas» puesto que cifra en un 80% el porcentaje que urge atajar.

Y con la mirada puesta en el nuevo año, para Pérez llega con «un reto muy importante» que atañe a la PAC. Más allá de por saber «cómo queda», por el contexto en el que ha de desenvolverse: el cambio climático. Asegura que la reforma debe ir «encaminada» en esta dirección en la que se encuentra con desafíos no de puertas para adentro, donde agricultores y ganaderos tienen claro el papel que realizan; sino en la imagen «desacertada» que parte de la sociedad aún conserva de las actividades que estos profesionales desempeñan. Para poner un ejemplo viaja hasta Madrid, que estas últimas dos semanas ha sido sede de la vigésimo quinta Cumbre del Clima y donde, lamenta el representante de la Alianza, «desde el primer día ha habido quien se ha dedicado a posicionarse en contra del sector a base de barbaridades que son muy injustas con todo el trabajo que hay detrás».

Para el coordinador de la Alianza, 2020 también es el año de «ir eliminando la burocracia en el campo que lo único que consigue es volver locos» a sus profesionales. La última de las tareas pendientes, a su entender, es que la agricultura y la ganadería regionales se dejen impregnar por los cambios que también traen consigo los avances y las nuevas tecnologías para el campo.

Una palabra basta al responsable de la Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL) para definir 2019: malo. Jesús Manuel González Palacín asevera que la «sequía atroz» ha dejado «cosechas mediocres en muchos casos y pésimas en otro tantos», siendo «malísimas para cereales y pastos». Un panorama en el que flaco favor hace la «crisis estructural» en la que los precios llevan «muchos años». Por lo tanto, el «gran anhelo» para el que empieza en 15 días es encontrarse con una subida en condiciones que sirva de escudo a la rentabilidad así como con el fin del «problema endémico» que plantea la burocracia, que sí se incrementa progresivamente. «Cada vez son más los papeleos, requisitos y facturas para demostrar que somos agricultores y ganaderos, y no delincuentes», protesta.

Mesa del azúcar

Las expectativas de la UCCL «no son buenas» con respecto a la decisión de Azucarera. «Más en concreto con British Sugar» que, para esta organización, ve la remolacha «como un negocio». Con este telón de fondo, echa de menos que la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural mueva ficha con la convocatoria de la Mesa del Azúcar en la que «llegar a un acuerdo a varios años para que este cultivo sea rentable».

A su entender, uno de los factores que ha motivado la «proliferación» de la fauna salvaje es la «interrupción de la Ley de Caza durante unos meses». González Palacín deja la pelota de la responsabilidad sobre el tejado de la Administración. «Sobran jabalíes, ciervos y corzos; y hay que actuar», sintetiza antes de pasar a analizar la sanidad animal donde, asegura, «el problema no está en la tuberculosis sino en las campañas de saneamiento». La UCCL considera que «falta libertad de movimiento» en explotaciones con uno o dos animales marcados. «Sentenciar al conjunto y no permitir su desplazamiento está echando pastos a perder así como ocasionando gastos y perjuicios», lamenta su máximo representante.

Dos son los «temas estrella» que marca para el próximo año. Primero, la negociación de la PAC a la que España tiene que llegar con una definición clara de agricultor genuino que, insiste González Palacín, debe ser aquel que tenga «al menos un 25% de sus ingresos agrarios»; añade una «ayuda especial» para el Agricultor a Título Principal (ATP). Aboga, además, por «la salida de al menos la mitad de los 722.000 perceptores» de ayudas que suma el país.

Para abordar el segundo asunto imperante, el de los precios, recuerda la «lección que está dando Francia» con «unos costes de producción que marcan la base de los precios». Apuesta por imitar esta referencia y confía en una «voluntad política que permita conseguir un mayor equilibrio en la cadena de valor», donde el productor es el que sale siempre peor parado.

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