Diario de Valladolid

«La feria ganadera ha logrado la mejora genética de nuestra cabaña»

Más calidad Era uno de los objetivos de recuperar este evento hace ya once años, que ha repercutido en un mayor valor de sus animales, asegura el presidente de la ADS de Soria, Gustavo Gonzalo

Gustavo Gonzalo, con sus vacas en Las Casas.-VALENTÍN GUISANDE

Gustavo Gonzalo, con sus vacas en Las Casas.-VALENTÍN GUISANDE

Publicado por
Irene Llorente Yoldi

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Gustavo Gonzalo Rupérez, presidente de la Agrupación de Defensa Sanitaria (ADS) de bovino de Soria, lleva más de 45 años como ganadero, recogiendo el testigo de sus padres, y el de su abuela y bisabuelo. Toda la vida. Y a punto de cumplir los 60 no le faltan ganas de seguir trabajando con sus vacas. Casi 250 en total. Fue uno de los promotores de la Feria Ganadera de Soria, que a día de hoy, en su undécima edición, ya está totalmente consolidada en el calendario del mes de septiembre, y es a su juicio, la segunda más importante de toda Castilla y León, por detrás de la de Salamanca, que suele celebrarse justo el fin de semana anterior a la cita soriana. Sobre todo porque se ha conseguido cumplir con la mejora genética de la cabaña ganadera soriana, que era el principal objetivo que se plantearon los impulsores de la feria. «Se venden los mejores animales que traen los expositores y así los pueden cruzar con sus vacas, de tal forma que año tras año se va cuidando la raza de la explotación, y ahora once años después, tenemos una cabaña muy mejorada genéticamente, lo que nos permite competir en el mercado en calidad porque contamos con un producto a la altura de las demandas del consumidor». Esto también beneficia al ganadero, porque aumenta el valor de sus animales, en más de un 15%. «Un ternero puede pasar de venderlo a 600 euros a tener un precio de mercado de más de 700 euros».

En esta edición Gonzalo asegura que se ha registrado un elevado incremento en las solicitudes de participación por parte de ganaderos de vacuno de otras provincias, pero las limitaciones del aforo del ruedo del coso taurino no han permitido más de una treintena de expositores. Sus complicaciones han tenido por el número de animales, más de un centenar, que ocupan lo suyo. Pero a día de hoy cree que la plaza de toros, donde se viene celebrando la feria desde el principio, en 2008, es el «sitio ideal» para acoger el evento. «Por su ubicación y su accesibilidad no podemos pedir otro emplazamiento mejor». No obstante, sí reconoce que si la feria crece tiene que salir del coso taurino, si bien para ello es imprescindible más apoyo económico por parte de las administraciones, dado que el presupuesto de la feria «es muy limitado», apenas supera los 12.000 euros. La de Salamanca supera los 800.000 euros. «Si nos trasladamos fuera sólo en el alquiler de las carpas ya nos gastaríamos el presupuesto», asegura. Reconoce que en alguna ocasión se ha planteado con el Ayuntamiento la posibilidad de trasladar la feria a Valonsadero, pero en estas fechas no es lo más apropiado, por el tiempo en primer lugar, y por el acceso de los asistentes, con la complicación que esto conllevaría, de poner al servicio de los ciudadanos el transporte público. Y otras veces se ha puesto sobre la mesa la idea de volver a su emplazamiento inicial, de las eras de Santa Bárbara, donde se celebraba antiguamente la feria que precisamente nació para recuperar las raíces de aquellas épocas. O incluso Los Pajaritos. Pero año tras año gana la plaza de toros por goleada. Otra cosa es que planteara un espacio, tipo palacio de congresos, que fuera multifuncional, y en el que tuviera cabida la Feria Ganadera de Soria.

En esta edición tan sólo participan dos ganaderos de la provincia de un total de 30 expositores de vacuno en el ruedo, se lamenta Gustavo Gonzalo. Empezaron seis en la primera edición. «Hay otros tres productores que quieren exponer pero tienen las explotaciones retenidas por las pruebas de tuberculosis». Explica que para que puedan vender en feria los animales tienen que pasar como mínimo tres tuberculinas, y un año de espera desde que saliera de la explotación la última vaca positiva. A este respecto, lamenta las trabas que hay, porque a su juicio, la Junta no reacciona a tiempo para los ganaderos, porque si dan positivo en la primera prueba se les inmoviliza todos los animales hasta comprobar los resultados definitivos en laboratorio, y pueden pasar meses, con las consiguientes pérdidas para los ganaderos. «Por genética es ganado que debería ir a reproductores, pero van al matadero porque han dado positivo en la primera prueba y luego resulta que son falsos positivos». A este respecto, considera que «cuando esto sucede se debería abrir la explotación sin una segunda prueba de tuberculina». El propio Gustavo ha vivido esto en sus propias explotaciones. «He tenido mis animales inmovilizados durante meses y los he tenido que vender a un precio más bajo, de modo que pierdo dinero mientras mi ganado está retenido y pierdo luego porque el producto está devaluado pero luego lo malo es que se demuestra que no debería haberse devaluado». Por ese motivo, desde la ADS de la que él es presidente, junto con las organizaciones agrarias, no sólo a nivel provincial, sino a nivel regional, se está reclamando que la Administración regional sea más diligente y reaccione a tiempo, porque no se puede tener una ganadería inmovilizada durante meses y luego tener que esperar un año para poder vender sus animales. Además, cree que con este tipo de pruebas se está metiendo mucho miedo al consumidor, porque lo cierto es que el porcentaje de contagio es nulo, mientras que las pérdidas para el ganadero son muy elevadas. «Esto es como una condena», asegura. También insiste en que para erradicar por completo la tuberculosis, la Junta debería fijarse también en los animales silvestres. «Si realmente quiere eliminar esta enfermedad debería analizar todo lo que se mueve en el campo, dado que nuestro ganado de extensivo tiene contacto con la fauna salvaje y no podemos pagarlo nosotros».

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