Diario de Valladolid

La sequía y las plagas marcan el inicio de la nueva campaña

INCERTIDUMBRE. Las asociaciones agrarias, ASAJA y UCCL, todavía no tienen previsiones sobre el inicio de la siembra a causa «de la sequía y de la problemática de la proliferación de topillos y conejos».

Imagen de una cosechadora trabajando en el un campo de cultivo.-E. M.

Imagen de una cosechadora trabajando en el un campo de cultivo.-E. M.

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ALBA VALDENEBRO
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Tanto la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA), como la Unión de Campesinos de Castilla y León no se aventurar con ningún tipo de predicción con respecto al inicio de la siembra. Todo ello, por la gran sequía que sufre todo el país y por las plagas de topillos y conejos.

«Todavía es muy pronto para poder estimar datos de la nueva cosecha. Lo único que podemos hacer ahora mismo es esperar a que llueva y, si eso ocurre, puede que los agricultores empiecen a animarse a plantar Soja», aseguró Susana Pardo, presidenta del sindicato agrario UCCL. Durante el mes de septiembre los agricultores están inversos «en los nuevos contratos de arrendamientos y en la recolecta de cultivos como el girasol o la remolacha». Sí la climatología es favorable para los campos «se podrá empezar a finales de septiembre con la preparación de las tierras para poder echar la mínima cantidad de sulfatos, y empezar a sembrar el trigo lo antes posible, para que nazca pronto».

Desde Asaja, se señala que aparte de la problemática de la sequía actual, «también hay que solucionar las plagas de topillos y conejos que existe ahora mismo en los campos», explicó Rafael Diez, gerente del sindicato agrario. «No podemos sembrar nada, porque en cuanto lo hagamos estas dos especies se lo van a comer todo». En un principio estos animales entraron en la provincia por la comarca de Odra Pisuerga, «pero ya estamos viendo en Arlanzón, en Arlanza y en la Bureba».

Las medidas para la eliminación de los Topillos que están realizando las instituciones «no son suficientes, con el trabajo de las motoniveladoras en las cunetas vamos a conseguir muy poco». Diez explicó dos acciones claras, que ayudarían a la disminución de esta plaga. «Por un lado, que se permita la quema de rastrojos controlada, en las comarcas donde se declare que existan enfermedades o plagas, y la otra sería la utilización de algún producto químico para acabar con estos animales». La situación con los topillos «ya no solo es un problema agrario, sino que se ha convertido en un problema de sanidad. Empiezan haber caso de la enfermedad tularemia, ya que se dan casos de que en los parques infantiles estén los topillos muertos al lado. Y todo esto ya lo convierte en un grave problema sanitario, que atañe a todo el mundo», explicó Diez.

En el caso de los conejos, «sabemos que es una problemática que no se va a solucionar de un día para otro, pero se tienen que tomar medida. Como por ejemplo adecuar los vallados de las autovías». Diez además quiso resaltar, que a parte de estas dos especies, «también tenemos problemas con los corzos y los jabalíes. En definitiva, en la comunidad autónoma tenemos a la fauna asilvestrada e incontrolada y esto, no solo provoca problemas de salud, sino de accidentes en las carreteras».

Por otro lado, los agricultores todavía se encuentra inmersos en la recogida de cultivos como el girasol, el viñedo, la remolacha y la patata. Entre estos cuatro destaca la situación de la remolacha «que está fantástica, hace años que no está como ahora. Pero existe un gran problemas y es que aquellos remolacheros que tenga ya la remolacha pactada con la Azucarera no van a recibir un precio justo porque la empresa se salto el acuerdo marco interprofesional que fijaba unos precios». Ahora mismo, este caso se encuentra en el Tribunal de la Competencia. La superficie de este cultivo se sitúa este año en 1.577 hectáreas.

En el caso del girasol, «creemos que va a ser una buena campaña, aunque todavía es pronto para saber si los precios estarán a la altura». La situación del viñedo es distinta, «no vamos a tener la misma cantidad que el año pasado, pero si va a ser un producto de muchísima calidad». Y por último, la campaña de la patata, que se sitúa en unas 2.612 hectáreas, es buena «tanto en cantidad como en calidad de producción».

Asaja aseguró que la pasada cosecha, se trataba de la segunda en tres años con números rojos para el campo, «más de lo que las explotaciones pueden aguantar. Sus estimaciones cifraban la producción de Castilla y León en 3.395.693 toneladas. Lo que significaba un 40% menos de lo fijado en un año medio, que es alrededor de 5.800.000 toneladas, y un 55% menos que en 2018. Todo ello, también inverso en un marco negativo de precios «injustificadamente bajo, cuando los costes son muy altos». Además, se da la circunstancia de que en este 2019 «ha habido una bajada en la superficie asegurada, pasando del 80% de 2018 a tan solo el 62%».

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