Formación para blindar el porcino

Decía Miguel de Unamuno que el progreso consiste en renovarse. Las granjas de la Comunidad no son una excepción esta regla. Más bien, no quieren serlo y para ello necesitan zurcir uno de sus grandes agujeros: la falta de formación de quienes llevan sus riendas. La Federación de Asociaciones de Productores de Ganado Porcino de Castilla y León (Feporcyl), el Ejecutivo autonómico y la fundación Dualiza Bankia han cogido hilo y aguja para un remiendo que abrirá las puertas del primer ciclo de Formación Profesional Dual sobre esta materia en la región.

Una jornada organizada a tres bandas –las tres implicadas– puso sobre la mesa el clamor de los propios profesionales que solicitaron ayuda para poner solución al déficit de personal cualificado que precede al sector. Seis meses después, el pasado 24 de abril, esta petición recibió una respuesta oficial con la presentación del FP Dual Agropecuaria Porcina, que verá la luz en septiembre.

«Todo encajaba y la idea se fue desarrollando de una manera casi vertiginosa», reconoce el presidente de Feporcyl antes de subrayar con ahínco que nace «desde abajo completamente, de la necesidad que tenemos los granjeros de contar con una plantilla capacitada». Los planes de futuro de Miguel Ángel Ortiz tienen las miras puestas en Albacete, donde encuentran un modelo referente. «Aunque no está respaldado de un manera tan fehaciente por la Administración como el nuestro, lleva cinco años funcionando con cursos de vacuno y de porcino. Empezaron como nosotros, de la nada, y hoy en día tienen demandas de 180 alumnos», asegura antes de celebrar el «sello de garantía» que supone para esta formación que Bankia sea su «mecenas» y estar «apadrinada» por el Gobierno regional.

Ávila es el escenario elegido para dar alas a este proyecto. En concreto, su Centro de Formación Agraria que estaba cerrado. «Abrirlo era una excusa muy buena para seguir adelante», bromea el máximo responsable de Feporcyl. Las paredes de esta escuela serán testigo de uno de los dos cursos que vertebran este primer ciclo, pues la teoría se completará con la práctica al pie del cañón, en las granjas. En conjunto dos años en los que la pretensión es «arrancar» un motor que aspira a ser imparable. «El convenio firmado por las tres partes contempla la prórroga si ninguna detecta problemas», remarca Ortiz.

Alumnos

Como es bien sabido que los comienzos no son fáciles, la cautela rige en este y la escuela abulense dará la bienvenida a entre 15 y 20 alumnos. «Es un tope que pone la propia Administración», concreta el presidente de Feporcyl antes de reconocer que se trata de un «buen criterio para un inicio» pues, a su juicio, sería un «fracaso» apostar a la alta en cuanto a número de estudiantes «y, por algún motivo, no tener la suficiente infraestructura» para abarcarlos.

Inmediatamente después de formularla, Ortiz descarta esta posibilidad dada la «implicación demostrada» por las empresas. «El sector tiene sed de formar. Siempre se habla de un mínimo para abrir, pero a nosotros nos preocupa el máximo», garantiza antes de matizar que con una «docena de alumnos» el ciclo ya funcionaría.

Aunque hasta el momento no ha habido un «contacto oficial» con los futuros estudiantes del FP Dual Agropecuaria Porcina, Ortiz celebra ya las «buenas sensaciones» que transitan entre los ganaderos que vaticinan una «alta demanda». Un único límite se le impone a la misma: no contar con en su currículum con una licenciatura o un grado. «Ellos ya tienen su formación y sus propias salidas, nosotros buscamos ofrecer una alternativa a estos estudios», sentencia.

Para aquellos jóvenes que en septiembre pongan en Ávila la semilla de su futuro hay mucha esperanza hablando del mismo. Como escenario de fondo, el FP Dual devuelve un «90% de inserción laboral» en todos los sectores. «En el porcino no me atrevo a decir que sea del cien por cien porque siempre habrá alguien que no encaje por algún motivo pero sus expectativas de crecimiento son brutales», apunta la cabeza visible de Feporcyl, quien asegura que estas esperanzas se acentúan en la Comunidad dado que goza de las «condiciones necesarias e imprescindibles» para que así sea.

Ortiz tiene la certeza de que estas explotaciones pueden jugar un papel relevante en una región marcada por «la despoblación y la falta de jóvenes». Para ello es crucial terminar con el «desconocimiento» que planea sobre las mismas. «Parte de culpa la tenemos los propios productores porque no hemos sabido comunicar las bondades que tiene trabajar en una granja», lamenta para después confesar que el mayor deseo del sector es «nutrirse del talento de la juventud» y terminar convirtiéndose, con tiempo y mucho esfuerzo, en un gancho a la «importación de materia humana para esta Comunidad, lejos de lo que se ha vivido hasta ahora donde todo ha sido exportar».

El objetivo final de esta colaboración que aun se está perfilando es precisamente que «el final no llegue nunca». La intención, cuenta Ortiz, es empezar «con buen pie para implantar el ciclo y continuar hasta que en un futuro, como ocurre en Albacete, se pueda hablar de 180 alumnos». Cuando llegue ese momento, «tocará repensar» pues, aunque Ávila «siempre será la sede», pueden plantearse «otras escuelas repartidas por la región para acercar este curso a gente y que no sea solo al revés».

Impulso

Siete años de impulso a la Educación lleva Bankia a sus espaldas. Una andadura que tuvo un alto en 2016 con el descubrimiento de una «gran carencia» de esta materia en el país, la de la FP Dual. Para solventarla crea Dualiza, una fundación cuyo único objetivo es la promoción de este modelo educativo.

Bankia se encontró de frente con la necesidad que actualmente tienen las granjas. «No han hecho los deberes y la digitalización les está ganando terreno», espeta la coordinadora territorial del zona norte para la fundación antes de explicar que ahora requieren «personal cualificado para poder llegar a ser competitivas y avanzar en la línea de mercado». Cristina Rodríguez asegura que la idea «parte de cero» y tiene como cimientos «una carencia muy real y muy clara del sector».

La «incorporación en dual a las empresas» tendrá lugar en enero del segundo año, una vez cumplimentado el primero en el centro abulense. Para este paso, cuenta, está diseñado un «mapa» con plazas distribuidas por toda Castilla y León. «Vamos a intentar captar jóvenes de esas distintas zonas para que ya hagan las prácticas en su lugar de residencia».

Durante esta segunda fase, en el cara a cara con la explotación, el alumno contará con una beca, estará dado de alta en la Seguridad Social y recibirá aproximadamente unas 200 horas de formación complementaria específica del sector porcino. Y aquí es donde entra de lleno Dualiza, que no solo asumirá el coste de este complemento sino que además impartirá «unos cursos en todas las granjas participantes con expertos que les preparen para la llegada del estudiante y para que puedan compaginar bien su trabajo».

Como resultado de todos estos esfuerzos, Rodríguez asegura que «saldrán verdaderos profesionales del sector». No lo harán literalmente, pues la pretensión de este proyecto es que una vez titulados, «cuando ya trabajen con total soltura y conocimiento», se queden en la explotación que en cierto modo les «ha formado a medida de sus necesidades». De hecho, adelanta la existencia de una «selección previa por parte de las propias granjas» para que el «ajuste sea perfecto».

La implicación de Dualiza contempla más ámbitos que el puramente económico, su coordinadora concreta que ahora están inmersos en la «elaboración técnica» del proyecto que debe recibir el visto bueno de la Consejería de Educación. También están volcados con la difusión. Para dar a conocer la formación dual en el sector agrario, traen hasta la región la experiencia de Castilla-La Mancha, con un vídeo cuyos protagonistas son «alumnos reales encantados» con lo que están haciendo. «El objetivo es que aquí vean que se trata de un ámbito con mucha salida profesional, que realmente es una buena vía de empleo si te gusta el campo», puntualiza.

Rodríguez visualiza los dos próximos años como un «proyecto piloto» con «pocos» alumnos para «abarcar y tener bien controladas todas las variables». Una vez transcurrido este periodo, analizarán «cómo han salido las cosas y cómo se pueden mejorar para seguir trabajando» con la posibilidad de extenderlo a otros sectores. «Hemos empezado por el porcino porque es el que nos ha transmitido esa necesidad pero hay otros, como el vacuno, que plantean el mismo escenario», asevera para remarcar la apuesta clara de las empresas por la FP Dual una vez que conocen cómo funciona. «Este modelo permite que mientras los chicos se forman aprendan las nuevas tendencias del sector, por lo que son empleables desde el minuto cero», finaliza.

Pionero

La Junta de Castilla y León es el tercer pilar sobre el que se alza este proyecto. Lo sustentan dos departamentos: Educación y Agricultura. Desde el segundo, el viceconsejero para el Desarrollo Rural celebra este ciclo «pionero» en la Comunidad que parte de su «sector ganadero más importante». Para Jorge Llorente, la puesta en marcha de esta iniciativa es un aval para «seguir siendo competitivos» sacando provecho a las características propias del porcino, una área «muy tecnificada y con unas normativas muy exigentes en cuanto al bienestar animal». Hace hincapié en el «valor añadido» que acompaña a esta fórmula educativa con la creación de empleo que dará respuesta, en definitiva, a la «demanda de los propios ganaderos».

El también director general del Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl) adelanta que los estudiantes del centro de Ávila se encontrarán con un «programa formativo teórico-práctico donde se van a poner al volante de los retos de la ganadería 4.0» entre los que destaca la sostenibilidad de la producción, la gestión de los purines o la bioseguridad. «Las granjas necesitan de personas formadas que les permitan subirse al carro de la innovación de la mano de la tecnología punta», remarca.

Llorente celebra la repercusión que vivirá el medio rural. «La ganadería es una de las actividades que más población fija puesto que los animales requieren cuidados todos los días», distingue antes de subrayar el papel que juegan en la misma «los conocimientos tecnológicos especializados» donde visualiza «un perfil en el que encajan perfectamente los jóvenes». Con este escenario de fondo, reconoce un beneficio recíproco: «los estudiantes se toparán con un compromiso plasmado con la firma del convenio y las granjas incorporarán gente muy bien formada que amoldarán a la casuística de cada explotación».

No duda al pronosticar un sólido futuro al FP Dual Agropecuaria Porcina dado que es «una demanda que nace del propio sector». El responsable de la Viceconsejería asegura que la escuela abulense se convertirá en un «referente» de la formación dual donde el porcino es la «punta de lanza», sin descartar otras posibilidades como el vacuno.

Feporcyl, Bankia y la Junta aúnan sus esfuerzos para dar respuestas a las demandas de un colectivo clave en la Comunidad. La pretensión última del convenio rubricado por los tres es que el sector porcino obtenga las herramientas necesarias para su desarrollo, pero también persigue abrirlo a la sociedad. «Hemos cometido el pecado de encerrarnos en nuestras granjas para crecer e innovar, y no hemos tenido tiempo o no hemos sabido a salir a la calle a decirles a nuestros vecinos que no somos extraterrestres que venimos a contaminar», remarca el presidente de la Federación antes de garantizar que el sector porcino está «muy orgulloso de su implantación en el mundo rural» y, por ende, «extremadamente concienciado con hacer cosas para sus pueblos y hacerlas bien».

Esta misma filosofía es que la que acompañará al testigo que a partir de septiembre recogerá una quincena de nuevos ganaderos, de profesionales 4.0.