La sanidad animal ya supera los 117 millones de facturación en Castilla y León

El establecimiento de medidas cada vez más rigurosas para asegurar el bienestar animal propició el año pasado la «firme consolidación del crecimiento» de las industrias españolas que se dedican a la fabricación de productos farmacológicos, nutricionales, de higiene pecuaria y aditivos. Los datos del sector avalan esta tendencia y sitúan a Castilla yLeón como la segunda Comunidad Autónoma del país con mayor volumen de ventas tras cerrar el último ejercicio con una facturación de 117,98 millones de euros.

No cabe duda de que la sanidad animal es un asunto de primer orden para la ganadería regional, cuyos protocolos son, por regla general, bastante más exigentes que en otras zonas de España. Por lo tanto, no es de extrañar que las empresas enmarcadas en este sector constituyan un eje estratégico que incrementa sus beneficios paulatinamente. De hecho, tan solo durante el último año, la facturación se disparó un 6,1%, pues al cierre de 2017 la cifra ascendía a 111,05 millones de euros.

Pese al crecimiento económico recientemente confirmado por la Asociación Empresarial Española de la Industria de Sanidad y Nutrición Animal (Veterindustria), lo cierto es que Castilla y León disminuyó en 2018 su índice de representatividad en el conjunto del país. En cualquier caso, los más de 117 millones de euros facturados constituyen el 11,71% del total nacional -el año anterior, dicho porcentaje era del 11,83%- mientras Cataluña continúa liderando -es «casi una tradición»- el ranking gracias a un volumen de ventas de 284,98 millones de euros que acaparan el 28,3% del cómputo global.

Con estas cifras, queda claro que este sector se sitúa «muy por encima del crecimiento del sector industrial» en España. Lo confirma el director general de Veterindustria, Santiago de Andrés, mientras recuerda que desde 2013, un año «prácticamente plano»y «muy duro» por la crisis económica, la tendencia ascendente ha marcado la pauta. No en vano, las industrias de sanidad y nutrición animal supieron resistir la época de vacas flacas con solvencia, ya que «el sector siguió incorporando talento a las empresas».

Otro factor a tener en cuenta, y «muy alentador» a juicio de Veterindustria, es el «sostenido crecimiento» del mercado exterior, donde «los productos españoles de sanidad animal gozan de un merecido reconocimiento en más de 90 países de la Unión Europea, Iberoamérica, el Sudeste Asiático y el Magreb por su calidad, seguridad y eficacia». Prueba de ello, tal y como remarcan desde la asociación, es el incremento de las ventas en un 4,8% que ha permitido alcanzar una facturación de 502 millones de euros. Por si fuera poco, las exportaciones representan en la actualidad algo más de un tercio de los ingresos.

Sobre este apartado, De Andrés reconoce que las empresas están «cada vez más volcadas en la exportación», hasta el punto de que su presencia se extiende ya por los «cinco continentes». Además, es tal el prestigio de las industrias españolas en el extranjero que su facturación «se aproxima al 33% del total».

A la hora de analizar la facturación de las empresas nacionales por especies, el director de Veterindustria destaca la importancia del porcino, que ha conseguido alcanzar un «nivel top no solo en Europa sino en todo el mundo». El año pasado, sin ir más lejos, la facturación superó los 354 millones de euros -23,76 millones más que en 2017- que suponen una representatividad del 35,17% del total de este segmento. Sobre este fenómeno, la asociación empresarial recuerda el «peso» de la cabaña española, pues «somos los primeros en la Unión Europea con más de 30 millones de cerdos». Precisamente, el puesto de honor que Castilla y León ocupa en el ranking nacional se debe en gran medida a la «correlación» entre el porcino -cada vez más cerca de Cataluña yAragón- y el resto de subsectores ganaderos.

Después de los principales animales de compañía (perros y gatos), que ocupan la segunda plaza con un volumen de ingresos de 278,36 millones de euros, el vacuno también se mantiene en cabeza con una facturación cercana a los 222 millones, casi un 4% más que en 2017. No en vano, el repunte de otras especies provocó un ligero descenso de su grado de representatividad dentro del mercado tras pasar del 22,76 al 22,04%.

A gran distancia se sitúa la avicultura, que generó durante el pasado ejercicio una facturación global de 94,6 millones de euros. A continuación se encuentran el ovino y el caprino, cuyos ingresos para la industria rondaron los 38 millones y un porcentaje de presencia en el mercado del 3,7%. Sobre este subsector, De Andrés es consciente de que la crisis que afecta de pleno a las ganaderías ha hecho mella, dado que «no ha ido subiendo en los últimos años». No obstante, subraya que se trata de un «sector productivo muy importante» aunque «en comparación con otras especies tiene un peso menor».

Por su parte, el equino arrojó unos beneficios de 7,83 millones mientras la cunicultura cerraba el año con 4,3. Lo más llamativo, llegados a este punto, es que se trata del único subsector ganadero que no incrementó sus beneficios respecto a la campaña anterior. De hecho, la caída fue superior al 17%.

La tendencia en cuanto a volúmenes se mantiene intacta si hablamos de productos. De nuevo, los fármacos lideraron las ventas en España con una facturación de 458,01 millones de euros, casi un 10% más que el año anterior. Entretanto, los productos biológicos también experimentaron un notable repunte tras pasar de 240,88 a 268,33 millones de euros en tan solo un año. Por contra, la comercialización de aditivos y premix cayó un 6,6% mientras las ventas en el apartado de higiene pecuaria y productos nutricionales continuaron creciendo con ingresos de 33,92 y 122,9 millones de euros, respectivamente.