Diario de Valladolid

«El cambio se ha podido hacer desde dentro y haber evitado elecciones, las ha forzado»

El líder de la candidatura ‘Amigos de Acor’, Justino Medrano, durante la entrevista.-M.Á. SANTOS (PHOTOGENIC)

El líder de la candidatura ‘Amigos de Acor’, Justino Medrano, durante la entrevista.-M.Á. SANTOS (PHOTOGENIC)

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Elsa Ortiz

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Justino Medrano es un hombre de campo. Bromea con que su vinculación con la agricultura empezó «al poco tiempo de nacer». Un nexo que nunca rompió, ni en su época de estudiante. Estando en el seminario se decantó por Filosofía y Letras para después dar el paso a la Psicología. «Compaginaba ambas cosas: estudiaba por las mañanas y las tardes las dedicaba a la tierra», recuerda. Buscaba una «preparación humanista» pero sin abandonar su pasión que le ha reportado «grandes satisfacciones». Este agricultor de Villavieja del Cerro encabeza ahora la candidatura Amigos de Acor, una propuesta para la sociedad remolachera basada en dos pilares básicos: el saneamiento y la transparencia.

Pregunta.- Empecemos la casa por los cimientos. ¿Cuál es el motivo por el que surge esta alternativa para la presidencia de Acor?

Respuesta.- La idea nace porque los remolacheros, que han apostado por el sector, ven cómo la información que solicitan a la cooperativa no les llega. A esto se suma la gran crisis existente desde el año pasado, cuando una meteorología muy complicada repercutió en una bajada muy importante de la producción que se ha traducido en pérdidas económicas de 3,5 millones y en la previsión de que para el próximo año serán de 10 o 12 millones. Luego están las decisiones que toma Acor, que primero congela el sueldo de los trabajadores durante dos años para intentar salvar la situación y a los 15 días aprueba una subida salarial del 30% para los directivos. Esto al agricultor no le encaja, no puede estar apostando por un cultivo y apretándose el cinturón por el mismo, mientras la cooperativa malgasta el dinero.

P.- Hagamos un pequeño repaso del equipo escogido para lidiar esta batalla. ¿Quiénes son las personas que le acompañan?

R.- La candidatura está compuesta por 19 miembros, más uno que nombra el comité de trabajadores. Hay de todo: socios más mayores con una gran experiencia, gente más joven, hombres, mujeres. Todos implicados con la agricultura, a través de negocios familiares o sociedades, y muy preocupados por el sector.

P.- Durante la presentación oficial de su candidatura aseguró que reina un «malestar generalizado entre los socios». ¿Qué hay detrás de esta situación?

R.- Después de 16 años se ha creado un malestar. Nosotros pedimos un voto de confianza al socio como una apuesta de renovación. Queremos la oportunidad de dar fuerza a la cooperativa. Creo que un mandato no da para hacer una labor peor de la que hay.

P.- ¿Tiene esperanzas en conseguir ese voto de confianza?

R.- Cada día más. Hace cuatro años se modificaron los Estatutos, se creó la figura del consejero delegado para que el presidente pasara a ser representativo. El titular de la cooperativa no ha tenido tiempo de ejecutar esta modificación; ahora plantea cuatro años más para ello y otros cuatro para ejercer el cargo. El cambio se ha podido hacer desde dentro y se hubieran evitado las elecciones. Ha tenido la oportunidad y, quizá, hubiese dado una nueva imagen de la empresa en la que el socio confiase más. Lo ha forzado y tenía todas las de ganar. Desde dentro un cambio es mucho menos traumático.

P.- ¿Cuáles son los objetivos que figuran en la diana de esta alternativa que, como usted mismo ha dicho, busca un cambio de rumbo para Acor?

R.- Lo primero es hacer una auditoría para conocer las circunstancias en las que se encuentra Acor, porque hay una serie de sociedades alrededor con unos negocios que nadie conoce. Hay que saber cuál es la situación, qué se puede hacer y si son necesarias medidas de austeridad. ¿La primera? Una rebaja del sueldo del presidente del 60%. Después irán en función de lo que refleje el informe. Lo que planteamos es mantener el cultivo de la remolacha y la apuesta es que Acor pase de molturar cerca de 10.000 a más de 14.000 hectáreas. ¿Cómo voy a financiar ese aumento? El año pasado se hizo un silo nuevo y a día de hoy está vacío porque se ha tomado la decisión de venta a pérdida. ¿Cómo vamos a explicarle al socio que hemos empeñado 15 millones, que nos hacían falta, en nada? Vamos a pagar primero la remolacha, estabilizar el cultivo y, una vez que tengamos el azúcar, nos planteamos hacer el silo; no al revés.

P.- ¿Qué otras medidas pueden desprenderse de los datos de esa auditoría?

R.- Para el aumento de hectáreas hace falta financiación y, si al banco ya lo tenemos agotado, ¿cómo lo planteamos? Si los datos de la auditoría indican que el negocio de Rumania, que se justificó con producciones más baratas, está dando pérdidas, habrá que liquidarlo y capitalizarlo en la medida de lo posible. El parque solar de Tordesillas fue en su día fue una inversión muy buena pero, si ya está amortizado y necesitamos dinero para apoyar la remolacha, ¿qué problema hay en venderlo?

P.- ¿Esto se traduce en abandonar la estrategia de diversificación hasta ahora seguida por la cooperativa?

R.- No. Tenemos que hacer la auditoría para ver cómo repercute cada negocio que tiene alrededor de Acor en la matriz. Viendo hasta dónde pueden llegar los problemas de financiación, cuánto hay o cuánto necesitamos, es cuando tomaremos las decisiones. Hay que sentarse con los bancos y recuperar también su confianza, que sepan que queremos seguir aquí. Y si para ello hay que vender algo, lógicamente lo que más pérdidas esté ocasionando, hacerlo. No es decir que no a los negocios paralelos. Cuando Acor tenga dinero y beneficios, claro que se puede plantear la diversificación. Es una apuesta realista.

P.- Otra de sus propuestas es recuperar el diálogo con Azucarera.

R.- El fin último es mantener las 25.000 hectáreas de remolacha. Acor va a trabajar al máximo, que serían unas 14.000 pero quedarían otras 10.000 a mayores que tiene que molturar Azucarera. El agricultor ha perdido la confianza por la bajada de los seis euros, una decisión que adoptó en el peor momento. ¿Ventajas? Fue esa propia desconfianza la que hizo que viniera remolacha a Acor sin ir a buscarla, el problema es que ahora no puede molturarla porque no da más de sí. ¿Qué hacemos con los agricultores? Tendrán que sembrar y Azucarera deberá estar ahí.

P.- ¿Podemos decir, en definitiva, que persigue recuperar la esencia de Acor?

R.- Es momento de que vuelva a ser lo que era en su principio. Vamos a razonar un poco las inversiones para que vayan encaminadas a un fin en el que se potencie la remolacha. Acor tiene que volver a ser la cooperativa estrella de Castilla y León, y creemos que es posible. Lo fundamental es recuperar la confianza. Por un lado, la cooperativa debe dar informaciones sobre decisiones importantes a los socios porque es su dinero; y, a su vez, debe saber cuáles son sus inquietudes y trabajar en esa línea.

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