Diario de Valladolid

«Si Acor tiene presencia en el mercado es por el paso valiente que se dio con la diversificación»

El actual presidente de Acor, Carlos Rico, en un momento de la entrevista.-PABLO REQUEJO (PHOTOGENIC)

El actual presidente de Acor, Carlos Rico, en un momento de la entrevista.-PABLO REQUEJO (PHOTOGENIC)

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Elsa Ortiz

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Las raíces de Carlos Rico son agrarias. Cultiva, junto a sus dos hermanos, en el entorno de Íscar, al sur de Valladolid. Las bases fundamentales de esta explotación familiar, que desde sus inicios trabaja de la mano de Acor, son la remolacha y las hortícolas. Su «pasión y vocación» por el campo le llevaron hasta la Universidad Politécnica de Madrid, donde se curtió como ingeniero agrónomo. Tras 16 años a la cabeza de la cooperativa renueva su candidatura con la certeza de que la experiencia es su mejor aval para continuar liderando la lucha por mantener las 25.000 hectáreas de este cultivo.

Pregunta.- Comencemos con unas breves pinceladas a su candidatura. ¿Quiénes le acompañan?

Respuesta.- Tenemos una renovación importante de ocho personas. Es un equilibrio muy racional entre gente nueva y experiencia. Esta cooperativa es una empresa con un volumen de facturación muy importante y distintos sectores de actividad que dan estabilidad. Esto requiere un aprendizaje, pero también queremos savia nueva que aporte más ilusión a la que ya tenemos. Es un conjunto de gente muy vinculada con Acor, todos contratan su producción remolachera con la sociedad. Compromiso, experiencia y renovación pueden ser los tres calificativos de este equipo.

P.- Antes de hablar de futuro, echemos la vista atrás. ¿Qué balance le devuelven estos 16 años?

R.- Hemos pasado unas crisis importantes. Primero la reforma de la OCM del azúcar, que supuso una pérdida de actividad y un encaje del sistema productivo. Ya en ese momento Acor se posicionó en la defensa de un precio mínimo de la remolacha de 42 euros por tonelada que mantuviera unos rendimientos económicos razonables para este cultivo, que ha articulado el desarrollo agrícola de Castilla y León. También está la crisis de la bajada de precio, que está evidenciando la apertura a un mercado más volátil en el que puede sufrir ataques como este año, que todo el sector está en pérdidas. Pese a las dificultades hemos ido evolucionando y la fisionomía de la cooperativa ha cambiado sustancialmente. Si ahora tenemos presencia, lo saben lo socios porque se lo hemos ido explicando, es por el paso valiente que dio Acor con la diversificación. Creo que hay un número que perfectamente define el esfuerzo de la cooperativa: hemos invertido en diversificación y en fábricas más de 175 millones. Eso es lo que nos ha permitido mantener un nivel de actividad que soporte los gastos de infraestructura y, a su vez, nos haga más competitivos. Si no hubiéramos apostado por diversificar, no hubiéramos conseguido tener una estructura sólida desde el punto de vista agrario que nos ofrece unos contratos de precio mínimo garantizado, mantener el nivel productivo y asegurar que los ingresos siempre van a soportar los gastos.

P.- ¿Qué otros aspectos destacaría de estos cuatro mandatos?

R.- Hemos introducido la coza, mantenido y soportado el cultivo de girasol, desarrollado trigos especiales que también se ponían en duda, y reforzado como eje la remolacha. En los últimos cinco años, las inversiones que hemos hecho en Olmedo, para que siga siendo un ejemplo de fábrica puntera y competitiva, han sido de 41 millones. Esto ha hecho posible reducir los consumos energéticos, los insumos y el efecto de emisiones de dióxido de carbono. Y a la par, como negocio que aporte estabilidad, desarrollamos el parque solar de Tordesillas que ya está totalmente financiado. Todo ello hace que la cooperativa tenga un patrimonio neto muy sólido con una gestión financiera muy profesional, donde se van equilibrando las inversiones y el riesgo.

P.- ¿Considera que la transparencia ha regido en todo este tiempo ?

R.- La fórmula de trabajo de una cooperativa siempre es transparente. Aquí, todos los datos están a disposición de los socios. Pero es que, además, están auditados por empresas externas totalmente independientes, y todo el mundo sabe de la regulación tan específica e intensa que tienen. Poner en duda la transparencia es crear una posición de opinión que no corresponde con la realidad. Acor es una sociedad profesionalizada, con una capacidad y una categoría ética que están muy por encima de esa duda. Cuestionar además la gestión de una empresa externa, independiente y con unas reglas perfectamente definidas, es generar un ambiente que ni corresponde con la realidad ni se merece la cooperativa. Aquí nunca se ha ocultado nada.

P.- Mirando ya al futuro, ¿será la diversificación su punto fuerte?

R.- La diversificación ya ha sido el punto fuerte de todos estos años anteriores. No tenemos que negar nunca la posibilidad de diversificar, porque es el futuro. No podemos perder actividad, supondría la muerte de la empresa. Estamos buscando procesos que complementen nuestra esencia, que tengan como base el cultivo remolachero y como segunda derivada nuestra rotación de cultivos. Si nos hubiéramos quedado solo con azúcar, tendríamos una facturación inferior a los 80 millones. Eso ya se lo explicamos a los socios y apostaron por esta vía.

P.- ¿Qué otras estrategias pondría en marcha?

R.- Estamos obsesionados con un tema: rebajar el coste energético. Tenemos un proyecto que está en estudio y es la posibilidad de la inversión en una nueva instalación de bioplásticos biodegradables. Eso nos abre una frontera completamente nueva a nuestra actuación comercial porque significa producir algo que no va al canal de alimentación. El proyecto busca acoplar superficie de remolacha, utilizaremos jugos azucarados y, por lo tanto, defender nuestro cultivo. ¿Qué requisitos tiene que cumplir para que se lleve a cabo? Primero que se puedan seguir pagando los 42 euros por tonelada y segundo que todos los filtros económicos nos digan que es atractivo de cara al futuro.

P.- Hace cuatro años se modificaron los Estatutos para introducir al consejero delegado. ¿Cómo está a día de hoy esa figura?

R.- Aquí no hay que inventar mucho, hay que mirar quién está funcionando y cómo. Las cooperativas francesas y alemanas son las que se llevan la palma. En base a ellas introdujimos la figura del consejero delegado para ir dando entrada a una posibilidad que, evidentemente, tendremos que explicar a los socios para que decidan si se lleva a cabo. Nuestra visión es una estructura de gestión muy profesional, que ya se da, complementada con una vigilancia del consejo rector, y la figura de conexión es el consejero delegado. ¿Por qué no se ha llevado a cabo todavía? La nueva Ley de Cooperativas que estábamos esperando que pudiera considerar esa estructura ha aparecido en verano del año pasado. Cabe remarcar que los mismos que ahora aplauden esta figura, en su momento la denigraron.

P.- Por último, ¿qué opinión le merece la otra candidatura?

R.- Solo voy a decir una cosa: nosotros no nos tenemos que llamar amigos de Acor, nosotros ya somos de Acor.

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