Diario de Valladolid

AGRICULTURA

El calor remata el maíz

El cultivo viene retrasado aunque con buenas perspectivas debido a las temperaturas que están permitiendo completar el ciclo «con normalidad» / Se esperan buenos rendimientos salvo en las zonas apedreadas con pérdidas de cosecha

Un agricultor cosecha maíz para forraje en una finca de Monzón de Campos (Palencia).-PALENCIA

Un agricultor cosecha maíz para forraje en una finca de Monzón de Campos (Palencia).-PALENCIA

Publicado por
Marisol Calleja

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La sensación general a pie de campo es «bastante buena». El cultivo de maíz viene algo retrasado, aunque el tiempo «está acompañando» para completar el ciclo, lo que apunta a una campaña «aceptable», según el sector. 

A pesar de las hectáreas castigadas por el pedrisco en distintas zonas de Castilla y León, se puede decir, como afirma Arsenio García, presidente de ASAJA en León, que se trata del «mejor cultivo de regadío» en estos momentos. Y lo contrapone a la situación que atraviesa la remolacha, con muchas fincas afectadas por los ataques fúngicos, o la alubia, donde se esperan rendimientos irregulares, por debajo de la media.

La superficie sembrada esta campaña en la comunidad alcanza las 102.813 hectáreas, de ellas 9.446 se destinan a maíz forrajero. Hay 6.000 hectáreas más que en la campaña pasada, pero las labores se hicieron «muy tarde», como destaca Óscar Sobrino, delegado de Pioneer en León.

Este responsable alude a esas parcelas tardías que necesitan ahora que el cultivo siga madurando, es decir, que continúe el calor, al menos, hasta finales de mes. Todo lo contrario respecto a las expectativas que mantienen los agricultores que apuestan por otras opciones como la colza, y que ansían la llegada de una buena borrasca para garantizar el tempero, la nascencia y una buena implantación del cultivo.

En este momento del ciclo, el riesgo para el maíz se centra en la amenaza de las heladas tempranas, que no se están registrando, lo que está permitiendo una «buena» evolución del cultivo. Los profesionales piden calor de cara a una cosecha tardía, pendientes de que el ciclo culmine con normalidad. La percepción, debido a la climatología favorable, es que el cultivo «se ha salvado», a pesar de los problemas en el momento de la siembra.

Hay «buenas» perspectivas que pueden traducirse en una cosecha «dentro de la media de los últimos diez años», tal y como señalan desde ASAJA. Se esperan buenos rendimientos, siempre teniendo en cuenta la incidencia del pedrisco repetido, por ejemplo, en algunas zonas de la provincia de León, donde la producción se va a reducir, según señala Matías Llorente, secretario general de UGAL-UPA. Llorente cifra entre un 10-15% la merma de producción en las zonas más dañadas por las inclemencias del tiempo. Los técnicos de Pioneer hablan incluso de daños superiores al 50% de pérdida de cosecha en algunas parcelas.

Se trata, según el sector, de unas 6.000 hectáreas afectadas donde la incidencia del pedrisco se dejará notar. A pesar de esas circunstancias, «a priori», las previsiones apuntan a «buenos» rendimientos generales, incluso «algo por encima de la media». En el caso de la provincia de León, primera productora nacional de maíz con 57.334 hectáreas, se espera llegar a unos 11.000-12.000 kilos de media, «si no hay sorpresas» a la hora de rematar el ciclo.

La cosecha de maíz para forraje se va a generalizar esta semana, mientras que en provincias como Valladolid y Zamora, las labores para grano arrancarán a principios de octubre. En León, habrá que esperar un poco más, a mediados de noviembre, cuando se empezará a enviar el maíz a secadero. La cosecha se iniciará en las parcelas afectadas por la piedra, donde las plantas están dañadas y se han comenzado ya a secar.

El sector destaca las buenas cotizaciones del maíz en la Lonja, en torno a los 180 euros la tonelada. Un precio que, según creen desde el sindicato UGAL-UPA, «se puede mantener», teniendo en cuenta que «no hay una supercosecha en Europa».

MAÍZ DULCE

Mientras el maíz convencional apura su ciclo en Castilla y León, la campaña de maíz dulce prosigue a buen ritmo. Cumplimentado ya un tercio de la cosecha, las expectativas son también optimistas, como señala Carlos Consuegra, del Departamento de Campo de Ultracongelados Virto.

De nuevo hablamos de una cosecha «tardía», que se ha recuperado gracias a las temperaturas de este mes de septiembre. «El riesgo de helada se ha alejado, «por lo que pinta bien», según destacan los técnicos, que reconocen que se sembró tarde, en algún caso puntual hasta en la primera semana de julio.

La recolección arrancó hace aproximadamente un mes. La acumulación de calor en estas semanas está «acortando» el ciclo, aunque la previsión es que la cosecha se extienda todo el mes de octubre. Según los datos del departamento de Campo de Ultracongelados del Duero, quedan unas 600 hectáreas de un total de 940 en Castilla y León, que corresponden a la superficie sembrada en el mes de junio. Por el momento, los rendimientos están «por debajo de la media», en torno a los 19 toneladas y media por hectárea.

La expectativa, según Carlos Consuegra, es que la campaña llegue a las 20 toneladas de media y se superen incluso las producciones del año anterior.

El maíz dulce, como apunta este profesional, es un cultivo «exigente», es decir, «el agricultor debe estar encima de él», algo que difiere de las labores respecto a un maíz convencional. Consuegra insiste, en este sentido, en que «hay que tratar al maíz dulce como a una hortaliza, no como a un cereal». Algo que el sector debe tener en cuenta a la hora de apostar por esta alternativa.

Castilla y León cuenta con 940 hectáreas de cultivo distribuidas por las provincias de Zamora, Valladolid, Ávila, Segovia y Palencia, que gestionan algo menos de un centenar de agricultores en la región. La intención de cara a la próxima campaña es mantener o llegar a las mil hectáreas en la comunidad, como constatan desde Ultracongelados Virto. «Hay interés por parte del agricultor, y demanda en el mercado», según destacan la empresa

De cara a la recolección, el personal técnico de Ultracongelados Virto determina el momento idóneo de la cosecha, en función de la humedad del producto, aproximadamente el 76%. Hay que tener en cuenta, como recuerdan desde el servicio agronómico, que, en el caso del maíz dulce, se cosecha la mazorca, que se lleva entera a la fábrica.

Una vez allí, se inicia un proceso de pelado. La mazorca se desgrana eliminando los calibres más pequeños. El objetivo, según los técnicos, es la «homogeneidad».

Ese grano se limpia y pasa al escaldado. En pocos segundos pasa a estar congelado. De manera general, se puede decir que, una vez que el producto ha llegado a la fábrica, está procesado en una hora y cuarto, aproximadamente. Un tiempo al que hay que sumar el viaje desde el campo hasta el centro de transformación.

CALIDAD DEL LÚPULO

Otro cultivo de regadío, el lúpulo acaba de finalizar la campaña en León, donde se concentra el 95% de la producción nacional, con una cosecha que rondará los 950.000 kilos, según los productores.

La piedra destruyó unas 30 hectáreas, como apunta Isidoro Alonso, presidente de la Sociedad Agraria de Transformación Lúpulos de León, lo que «impedirá cumplir los contratos».

A pesar de esa merma, Alonso destaca la «buena calidad» del lúpulo, en torno al 12% de riqueza. Esa es la previsión en una campaña que destaca por el «importante» ahorro en el agua y la «garantía» de riego para el próximo año, algo que destacan los productores. El lúpulo tiene potencial, aunque el sector es consciente de que ese futuro pasa por la modernización de las instalaciones, por eso, piden ayudas «específicas» para acometer esas mejoras.

Carlos Suárez es un joven lupulero de Quintanilla de Sollamas, en la ribera del Órbigo. Este emprendedor del medio rural pone en valor este cultivo familiar que ocupa algo más de 500 hectáreas en esta comarca leonesa. Reclama ayudas para garantizar el ansiado relevo y apoyo para abordar los problemas sanitarios en el cultivo.

El sector sigue sin entender la razón por la que en Europa se autorizan productos para combatir enfermedades como el mildiu y el oídio que en España están prohibidos, con la consecuente pérdida de producción. Esta es, sin duda, una de sus principales preocupaciones en estos momentos, que volverán a llevar a la Mesa del Lúpulo próximamente.

La realidad es que hay margen para aumentar superficie y producción, por ello, es «urgente», dicen, invertir en las explotaciones. Isidoro Alonso alerta, por otra parte, sobre el cultivo del chopo, que «destruye» tierra agrícola y posibilidades de crecer para el lúpulo. El reto es, además, mejorar la calidad y el precio que se paga al productor, algo en lo que los lupuleros trabajan» ya.

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