«Hay una cosecha curiosa, no para tirar cohetes»

Es tiempo de cosecha, aunque las tormentas y el granizo están favoreciendo un ritmo «mucho más lento» respecto a una campaña normal. Así lo confirman Eduardo y Andrés Pérez, padre e hijo, naturales de Hontoria de Cerrato (Palencia), que estos días cosechan para terceros, además de ocuparse de sus propias explotaciones.

Llevan muchos años desarrollando este tipo de servicios, así que cuentan con la suficiente trayectoria para valorar una campaña que «viene bastante bien», aunque haya parcelas muy castigadas debido a los problemas en la nascencia o los efectos provocados por las enfermedades, que han supuesto algunas mermas en el campo, según su percepción.

«Estamos ante una cosecha curiosa, pero tampoco para tirar cohetes», apunta Eduardo, de 61 años, que no olvida la nefasta campaña del pasado año, en la que hubo parcelas de apenas 200 kilos y otras que, incluso, no se llegaron a segar. Se puede decir que, de forma general, el campo recogió sequía. Nada que ver con las expectativas de este año, con rendimientos en algunas zonas del Cerrato palentino de unos 4.000 kilos por hectárea, por encima de la media.

Aún así, como señalan estos agricultores «hay mucha irregularidad» en las parcelas que se están detectando en el momento de la cosecha. La jornada laboral para Eduardo y Andrés apenas tiene descanso estos días. Desde primera hora de la mañana, padre e hijo se esmeran en poner a punto la cosechadora para que, después, no haya ningún susto. Aseguran que no suelen tener incidencias importantes, a pesar del trabajo intenso. En un día «bien aprovechado» pueden segar entre 30 y 35 hectáreas, aunque depende siempre del tipo de parcela.

Acostumbrados al trabajo duro, no se quejan, ni mucho menos, de las horas de labor, sino de las continuas subidas del gasóleo, que cifran entre un 20-25% este año. De esta forma, aseguran que «ahora te cuesta llenar el depósito 50 o 60 euros más». Hay que tener en cuenta que estos profesionales gastan entre 400 y 500 litros de gasóleo diario, de un depósito de unos 750. Por otra parte, las tormentas y el granizo también están paralizando algunas labores, según las zonas. El propio Andrés ha sufrido en sus tierras los efectos del pedrisco a finales de mayo, concretamente en una parcela de cebada.

Eduardo y Andrés apuestan por el medio rural en el que viven, conscientes de que «hay que diversificar». Cuando se les pregunta si el campo es rentable, afirman que no es lo mismo ser propietario de una finca grande, que gestionar una explotación pequeña, como es su caso, con tierras alquiladas, y con la obligación de hacer muchas cosas «para sacar un pellizco de cada sitio».

Desde el punto de vista de los jóvenes, Andrés, de 34 años y con más de 20 en el campo, defiende este oficio como «vocacional», al tiempo que denuncia el «difícil» acceso a la tierra y las fuertes inversiones que exige la incorporación al sector. Un hecho al que se añade el ‘tapón’ provocado por los jubilados que siguen activos y no dejan paso al tan ansiado relevo generacional.

La sensación general en el campo es que la cosecha ha arrancado, pero de forma tímida, y no a pleno rendimiento, debido a las lluvias. Eduardo y Andrés apuran todos las horas del día, aunque saben que esta campaña la cosecha se alargará, al menos, hasta mediados de agosto. Por el momento, acuden a sus citas sin dejar de atender sus explotaciones. Estos agricultores se congratulan de la buena evolución, en su caso, de los cultivos de maíz, girasol y la alfalfa. El maíz se sembró a tiempo, mientras que el girasol se está regando esperando la floración. En cuanto a la alfalfa, están pendientes del tercer corte.

Estos profesionales palentinos destacan la «profesionalidad» del campo de Castilla y León, un sector «motivado» para sacar las mejores producciones e «intentar ir a más» cada día.