Genética ovina de alto valor

Los primeros sementales de raza assaf nacidos en el Centro de Selección y Mejora Genética de Ovino y Caprino de Castilla y León, Ovigen, por transferencia de embriones ya han sido destetados. Es la primera vez que se aplica este protocolo que ha dado como resultado 13 machos y 13 hembras de alto valor genético. Tal y como explica el director técnico del centro, Fernando Freire, los embriones se obtuvieron de ovejas procedentes de dos explotaciones de raza assaf localizadas en Segovia y Valladolid. En total, se lograron una media de diez embriones por oveja donante, de los cuales algunos se han implantado y otros se han congelado. Los animales han nacido de quince madres que son de raza castellana, a las que se implantaron los embriones de raza assaf, y que han servido como ‘vientres de alquiler’ en este proceso.

Desde Ovigen se insiste en la importancia de esta técnica y en el «buen» resultado obtenido dentro del programa de mejora genética de la raza. Hay que tener en cuenta, como apunta Freire, que por el sistema tradicional, es decir, la inseminación artificial, se puede obtener un semental de cada parto, «dos en el mejor de los casos». Con la técnica de transferencia de embriones, «menos habitual en el sector ovino», se obtienen por oveja unos ocho embriones, «de los que resultarán de media cuatro machos», lo que multiplica las posibilidades de difusión de la mejora genética, tal y como subrayan desde el centro de selección. En definitiva, se «facilita» la difusión de la mejora genética por la vía materna.

Los sementales de raza assaf se han subastado tradicionalmente en la Feria de la raza, pero este año, «como novedad» en Ovinnova, el Salón profesional del ovino que se va a celebrar a finales del mes de octubre en Zamora, se subastarán por lotes las corderas de alto valor resultantes de la transferencia de embriones. El centro quiere darles salida a través de esta vía.

Freire confirma la demanda de este tipo de genética de varios países, tanto de la UE como de Oriente Medio y de América, aunque reconoce que «no siempre es posible exportar», al no existir un acuerdo sanitario entre España y el país que está interesado por los embriones. La Asociación Nacional de Criadores de la Raza Assaf apuesta, en colaboración con Ovigen, por el uso de esta técnica en el programa de mejora genética, por lo que, tras los «buenos» resultados obtenidos, la idea es aplicar de nuevo este protocolo después del verano, como destaca el director técnico.

Ovigen sigue desarrollando un papel fundamental en la mejora genética del ovino y caprino. El cuidado de los sementales, la elaboración de dosis seminales y la inseminación artificial ha permitido, según Freire, la difusión de esa mejora. La realidad es que los programas han propiciado el avance genético actual que repercute en la mejora de las producciones y la rentabilidad de las explotaciones ganaderas de Castilla y León.

En lo que va de año, el centro de referencia ha comercializado 18.000 dosis de semen refrigeradas, aunque espera superar las 55.000 de 2017. Su destino, como explican desde la dirección técnica es España, principalmente la Comunidad. En cuanto a las dosis de semen congeladas, se han realizado 600 envíos a Italia y 100 a Portugal, y en breve esa lista se ampliará también a Bulgaria.

Freire insiste, en este caso, en que la venta de semen congelado de ovino pasa por conocer la técnica de aplicación vía laparoscópica. Precisamente, en el curso impartido por Ovigen la pasada semana han estado técnicos veterinarios de Bulgaria y Portugal, además de españoles, lo que «puede favorecer la demanda futura de este producto».

La demanda de animales de alta producción se está ampliando a nuevos países, como constatan desde el centro de selección de mejora genética. De hecho, este 2018 se han exportado, por primera vez, animales a Irán, y se está trabajando actualmente con Rusia y los Países Árabes. Un interés que se suma a la demanda de caprino, concretamente de la raza murciano-granadina para Oriente Medio y Tailandia. Recientemente, según datos del centro de selección, se han enviado animales a Rusia y Moldavia.

La apuesta por la mejora genética sigue siendo un reto para un sector estratégico y referente a nivel mundial, a pesar del contexto de precios bajos. «No es el mejor momento para el ovino de leche, pero el potencial del sector es evidente», en opinión del director técnico de Ovigen. Castilla y León está a la cabeza en términos de gestión de explotaciones ovinas, tanto en alimentación, como genética, reproducción o sanidad. Algo que, según los productores, «no siempre se percibe» aunque la ventaja competitiva que esto aporta sea enorme.

Ovigen se plantea varios retos de cara a los próximos meses, entre ellos, la organización del Salón profesional ovino Ovinnova, como punto de encuentro entre los profesionales del sector, donde se desarrollarán conferencias, exposiciones, y la participación de empresas y ponentes de relevancia nacional e internacional. Por otra parte, en colaboración con la Consejería de Agricultura y Ganadería de la Junta, el centro va a trabajar en la conservación del patrimonio genético de la cabra guisandesa, una raza considerada como antigua en el catalogo del Ministerio de Agricultura.

Ante el escaso número de ejemplares, el objetivo es «obtener semen y embriones, y poder congelarlo para su conservación». Una tarea que se realizará por parte de Ovigen, un centro al que llegaron la semana pasada un total de 16 animales de esta raza, que no tiene programa de mejora y está en fase de conservación.

Según datos del centro, en el catálogo oficial de razas de ganado se recogen 157 variedades autóctonas de las cuales 128 se encuentran en peligro de extinción.

Ovigen y la Consejería trabajan en la conservación de la cabra guisandesa