Una sola voz que respalda a los productores de porcino blanco

Desde que Miguel Ángel Ortiz asumió la presidencia de la Asociación de Productores de Porcino de Soria (Aporso), hace ya tres años se propuso el reto de conseguir una agrupación de ámbito regional en la que tuviera cabida todo el sector y se viera amparado bajo el mismo paraguas. Porque cree que aunar esfuerzos es tener más fuerza. «Queremos que la voz del porcino se escuche en la Administración.

Estamos continuamente cuestionados por unos pocos por nuestras prácticas, cuando precisamente estamos sometidos a una normativa minuciosa y estricta que no podemos obviar». Ha repetido tantas veces su máxima que ha conseguido incrementar en un 20% el número de socios de Aporso. «Ya somos 48. Este año hemos recibido siete altas y dos bajas. «En algo se tiene que notar lo que hacemos». Pero tenía mucho trabajo por delante, dado que, salvo en Soria, el productor de porcino de capa blanca no tenía voz en ninguna otra provincia. Había pues que empezar por lograr el asociacionismo local para pensar en un ‘todo’ regional. Ya hay agrupaciones del sector en Ávila, Burgos, Valladolid y Segovia. Y ahora el salto interprovincial. Con los estatutos ya elaborados en los próximos días se formará una junta gestora para que elija la junta definitiva y se pueda inscribir en el registro de asociaciones. Posiblemente se llamará Porci Castilla y León. Pero el nombre es lo de menos. Lo que verdaderamente importa es que el productor de porcino de capa blanca de toda la Comunidad esté agrupado en una misma asociación. Que tenga una representación válida en Castilla y León ante las administraciones», señala Miguel Ángel. Y define productor como «aquél que ve cerdos todos los días».

De la tramitación se va a encargar directamente la Confederación de Organizaciones Empresariales de Castilla y León (Cecale), en la que se integra la Federación de Organizaciones Empresariales Sorianas (FOES), a la que pertenece Aporso. «La intención es que pueda estar constituida para finales de este verano por las asociaciones de Ávila, Burgos, Valladolid y Soria, y confiamos en que se incorpore también Segovia, que todavía no está conformada», añade el presidente de Aporso. Pero su objetivo es que aglutine a todas las provincias. «El sector está presente en las nueve provincias de Castilla y León, de modo que deberíamos estar todos». Y es que en Palencia, Salamanca, León y Zamora no hay asociaciones de productores de porcino. Lo cierto es que hace año y medio sólo existía la agrupación de Soria, de modo que el avance ha sido notorio. Es «la propia Administración regional está demandando una entidad a la que dirigirse para contar con la opinión del productor», reconoce Miguel Ángel. De este modo, la asociación regional serviría de nexo de unión entre el sector, sus proveedores, y las instituciones y demás organismos públicos y privados. De hecho, una de las primeras cosas que va a pedir a la Administración regional es «que la legislación sea más restrictiva en cuanto a las distancias que hay que mantener entre granjas». Ahora mismo tiene que respetarse un kilómetro entre una instalación y otra y la futura entidad exigirá «un mínimo de dos o tres kilómetros. Va en beneficio de todos».

Todavía está por decidir dónde se ubicará la sede de la agrupación regional, pero por el momento las reuniones de este mes de julio se celebrarán en las instalaciones de Cecale en Valladolid. Y una vez conformada entrará en la Asociación Nacional de Productores de Ganado Porcino (Anprogapor) de la que Aporso ya forma parte.

«Somos un sector muy potente en España, pero muy desunido y se echa en falta que persigamos ciertos objetivos comunes», señala Miguel Ángel. «Pertenecemos a un sector muy profesionalizado y a veces la imagen que tiene la sociedad no es la que corresponde con la realidad. Mejoramos año a año nuestro productividad y competitividad, con profesionales muy bien cualificados empeñados en disminuir al mínimo el impacto al medio ambiente». Además, defendió el potencial del sector como «un medio para paliar la despoblación del medio rural» si se consigue «unión» entre los ganaderos para lograr «un bien común para la propia sociedad».

Miguel Ángel prefiere hablar de granjas y no de explotaciones, porque él no explota nada. «La palabra granja es la definición perfecta, porque es una finca dedicada a la cría de animales. Y yo me siento muy orgulloso de ser granjero». Algo que lleva ejerciendo desde hace más de 16 años. Y confía en continuar. Posee dos instalaciones en integración con Copiso e Icpor, una de 1.300 cerdas madre y otra con 2.600, y da empleo a 19 personas. «Suelo decir que las granjas de porcino llenan las escuelas rurales, ya que en las granjas trabajan personas que tienen familias y que se ubican en lugares cercanos a ellas».

«Si no tienes un plan de gestión no puedes empezar la actividad»

Miguel Ángel Ortiz reconoce que el principal ‘handicap’ sigue siendo el purín porque genera controversia en la sociedad, pero asegura que la normativa en la actualidad es más estricta que nunca y mucho más restrictiva. «Hoy en día si no tienes un plan de gestión no puedes empezar la actividad. Hay que acabar con la idea que tiene la opinión pública de que el sector se salta la normativa». Además, constató que «el sector es el primero que quiere que la implantación en el medio rural sea lo más sostenible posible porque vive dentro de ese entorno rural».