Diario de Valladolid

AGRICULTURA

Potencial ganadero

Cerca de la mitad de las explotaciones de vacuno extensivo no son rentables, según un estudio del sector / Mejorar la eficacia y la eficiencia reproductiva, así como el valor de la producción, son asignaturas urgentes para un sector con margen de mejora.

Juan Luis Martín, ganadero y presidente de Asociación de Ganaderos 19 de Abril, en su explotación de Matilla de los Caños (Salamanca).-ENRIQUE CARRASCAL

Juan Luis Martín, ganadero y presidente de Asociación de Ganaderos 19 de Abril, en su explotación de Matilla de los Caños (Salamanca).-ENRIQUE CARRASCAL

Publicado por
Marisol Calleja

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España es el segundo país en censo de vacas de carne, solo detrás de Francia. Castilla y León, con 530.895 vacas nodrizas supone el 27% del total nacional, con Salamanca a la cabeza, que reúne más de la mitad del censo autonómico -266.331 vacas-. La estadística refleja un descenso «notable» del número de explotaciones en todo el territorio nacional en los últimos diez años, se ha pasado de las 106.000 en 2006 a las 87.000, según datos de enero de 2016, un 18% menos. Así lo constata Paco González, autor del estudio ‘El vacuno extensivo en España. Situación, evolución y perspectivas’, desarrollado a iniciativa de la Unión de Ganaderos de Vacas Nodrizas, Ugavan.

Para González, veterinario y consultor en sanidad, manejo y gestión de explotaciones ganaderas, el vacuno extensivo tiene «luces y sombras». En este sentido, destaca la «vocación» de los ganaderos, su aportación en la conservación del medio ambiente, y su resiliencia, la capacidad para superar las adversidades, al mismo tiempo que lamenta la «falta de formación» y «capacidad de gestión empresarial». En su opinión, falta conocimiento en el sector y herramientas eficaces en la toma de decisiones. «No se está teniendo en cuenta la productividad en el campo», asegura.

En este caso, siempre hay que hacer distinciones. Y es que no cabe duda de que hay profesionales que avanzan hacia una estrategia «más empresarial» y obtienen mejores datos, mientras que, en otros casos, el informe detecta «falta de interés». De cualquier forma, el autor de este estudio analiza las perspectivas del vacuno extensivo convencido de que «hay mucho margen de mejora».

El informe deja claro que si se compara la productividad media española con otras regiones europeas o con la media de la Unión, los resultados son «muy inferiores». La fertilidad media del resto de Europa es del 86%, mientras que en España es de solo el 68%, dieciocho puntos porcentuales menos. Eso quiere decir que para alcanzar la media europea nuestras vacas deberían producir un 26% más de terneros al año. Hay menos fertilidad y más costes.

El autor refleja, sin embargo, que si se observan las producciones de las ganaderías punteras españolas, se puede afirmar que «es posible mejorar», es decir, lograr datos productivos homologables con la media europea. Hay que tener en cuenta que los ingresos de una explotación de nodrizas depende de los kilos vendidos al destete y de su precio, elementos vinculados al mercado, la calidad y comercialización. Otras fuente importante de ingresos, «incluso la principal», puede ser la venta de reproductores selectos a otras ganaderías. En definitiva, la fertilidad es un factor clave de la ecuación y, «si esta baja, el resultado final será insatisfactorio».

No tenerlo en cuenta provoca que una explotación española perciba un 21% menos de ingresos por venta de terneros que otra del resto de Europa. A tenor de estos datos, el autor destaca que la mitad de las explotaciones de vacuno extensivo en España y en Castilla y León no son rentables de una manera consistente, a pesar de las ayudas de la PAC.

Para Paco González, una «adecuada» fertilidad es deseable y «mejora» las expectativas de supervivencia y desarrollo del sector. En su opinión, las asignaturas pendientes «más urgentes» son: mejorar la eficacia y eficiencia reproductiva, así como el valor de la producción, o lo que es lo mismo, producir animales con mejor precio-calidad, y buscar y promover «nichos de mercado de mayor valor añadido». Así, apunta a carne ecológica, marcas de calidad, IGP, etc...para «avanzar» en la cadena de valor de la carne «acortando la cadena intermediaria para llegar al consumidor».

El estudio afirma que hay mercado para que «todos los vientres españoles produjeran un ternero cada año». Y es que las necesidades de animales para cebo en España superan la capacidad productiva de la cabaña española. De esta forma, hoy los cebaderos se nutren en más de un 25% de animales importados (595.000 cabezas en 2014).

Precisamente la trazabilidad es una de las preocupaciones para Juan Luis Martín, ganadero salmantino y presidente de la Asociación 19 de Abril. Este profesional advierte de una competencia «desleal», con la entrada de carne en España de terceros países, «no con las mismas exigencias en seguridad alimentaria que aquí». Asimismo, denuncia un etiquetado confuso, en el que el origen del género no siempre coincide con lo que allí se recoge.

Preocupa la rentabilidad, los precios, y la sequía. Y es que este hijo y nieto de ganaderos asegura que no recuerda un año como el actual. «No hay pastos, ni cereales, y ya se están llevando cubas de agua a los animales». De hecho, Martín pronostica que habrá problemas «serios» este verano, si todo sigue igual.

Una opinión que comparte Raquel Lastra, ganadera abulense, de Horcajo de la Ribera. «Cada año el río viene más seco, si sigue así, tendremos verdaderos problemas con los animales». Una circunstancia que se une a los precios. Asegura que ya están comprando paja «vieja» cuatro y cinco pesetas más cara que el año pasado. Todo ello, en un mercado que paga los terneros «como hace treinta años». «Mi abuelo vendió sus últimos terneros más caros de lo que lo hago yo ahora», lamenta esta ganadera.

Raquel explica las peculiaridades del vacuno extensivo en una zona como la suya. «El trabajo es complicado, así como el manejo ya que las fincas son pequeñas», subraya. Lleva dieciocho años con las vacas y deja claro que no ha sacado «dinero limpio» hasta «prácticamente» ahora. Y es que, afirma, «hay mucho que amortizar». Por eso lamenta que los pagos de la PAC se realicen en «veinticinco veces». «Nos faltan las agroambientales, los pagos de alta montaña, y parte del pago base», denuncia, así es «difícil» ser rentables.

Un elemento que se une a los problemas con el CAP. Los ganaderos insisten en pedir que se «modifique», y que haya una mayor flexibilidad, como afirma Juan Luis Martín. «Creo sinceramente que afecta seriamente al medio ambiente, confiamos en que se reconduzca». Esa, al menos, según creen, la intención del Ministerio de Agricultura.

De igual forma, los ganaderos denuncian los problemas sanitarios que suponen un «grave» daño económico. En concreto, se refieren a la tuberculosis, con datos «preocupantes», según el presidente de la Asociación 19 de Abril. Cree definitivamente que su erradicación es una «utopía». Y es que afirman que la enfermedad no se puede controlar solo sacrificando vacas, como hasta ahora. Y aluden al resto de especies transmisores y hospedadores como la fauna salvaje.

Juan Luis Martín asegura que es necesario «priorizar» la viabilidad de las explotaciones y la vida de los animales «frente a la mejora de las estadísticas». «La única forma de llevar a cabo esta lucha es, en su opinión, a través de una vacuna «marcada» que no interfiera en las pruebas diagnósticas, algo por lo que creen se «debería empezar». El sector tiene un gran potencial que hay que explorar y explotar. Y en Castilla y León, y en España, hay ejemplos de ganaderías punteras con resultados excelentes en términos de competitividad. Una estrategia que, según el estudio, debe basarse en una adecuada gestión reproductiva, alimentaria y sanitaria.

«En España las novillas paren tarde y mal»

El estudio sobre el vacuno extensivo pone de manifiesto que «no es de recibo» que en España se mantengan en las explotaciones vacas sin parir dos y tres años seguidos, como ocurre actualmente. Tampoco se considera lógico que la prolificidad media en el scetor sea de menos de cinco terneros. «Defectos» que Paco González atribuye a que «no se conoce qué vacas han parido y cuáles no, qué novillas se han preñado y cuáles siguen vacías». A su juicio, faltan registros y chequeos para poder tomar decisiones de negocio. «Con una adecuada información podríamos tener rebaños con más producción o con menos vacas y costes».

El informe del sector ratifica, en definitiva, que en España «las novillas paren tarde y mal», según González. La edad media al parto es cercana o superior a los tres años, y las que paren de forma temprana, a menudo lo hacen por «errores» en el manejo, dando lugar a novillas que «nunca» serán buenas vacas, ni su descendencia «será de calidad». El autor apuesta, en este caso, por acciones de manejo y de alimentación que lleven a que las novillas alcancen un desarrollo adecuado y puedan cubrirse cerca de los 14 a 18 meses de edad, con partos a los dos años con «buena» viabilidad y «mayor» productividad que si el parto se retrasa a los tres años. «Las novillas que paren jóvenes, con buena condicion, suelen pervivir más en el rebaño, tener intervalos entre partos más cortos y mayor prolificidad». Por otra parte, dvierte también que una medida «más operativa» sería mantener los toros menos de un trimetre con las vacas, no más de seis meses, como ocurre en muchasexplotaciones. «Una estación de monta corta es más rentable».

El análisis del sector constata la dispersion de datos y ausencia de registros «fiables», lo que lleva, según el veterinario autor del estudio, a una falta de control sobre la fertilidad del rebaño y la identificación de vacas con problemas. « Es más importante la calidad del toro que la relación vacas/toro». En este caso, se pone sobre la mesa el control de la reproduccion, la valoración de sementales, agrupación de partos, inseminación a tiempo fijo y chequeo de gestación como las medidas que pueden significar un «impulso» decidido hacia la rentabilidad de muchas explotaciones. Algo por lo que ya apuestan muchas asociaciones, especialmente las de razas autóctonas, con diversos proyectos de investigación en marcha.

El texto recoge también otras actuaciones de mejora en aspectos como la nutrición, sanidad, o las instalaciones. Se «echa de menos», sin embargo, la implicación de los estamentos públicos (oficinas de extensión agraria «presentes en otros países).

De la misma forma, se pone en valor que el asociacionismo ha sido «clave» del desarrollo de la ganadería en otros países y muestra de ejemplos de «éxito» en España. Aunque ha habido nuevas incorporaciones con la crisis, el sector adolece, al igual que otros, de falta de relevo.

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