Diario de Valladolid

BURGOS

La superficie destinada al tomate de verano cae en picado

En tan solo un año, Castilla y León ha pasado de 6.581 a 132 / En Burgos, el cultivo es «testimonial» salvo la excepción de Andoni Ruiz y sus invernaderos en Huérmeces

Un agricultor sostiene entre sus manos una mata de tomates ecológicos.-ICAL

Un agricultor sostiene entre sus manos una mata de tomates ecológicos.-ICAL

Publicado por
Diego Santamaría

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En tan solo un año, el cultivo de tomates de verano en Castilla y León ha experimentado una espectacular caída en picado. Los datos que maneja la Consejería de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León reflejan un enorme desequilibrio entre superficie y producción. Llama sobremanera la comparativa del número de hectáreas entre 2015 y 2016. De un ejercicio a otro, la Comunidad pasó de registrar 6.581 hectáreas a 132, tres de las cuales se destinan a tomates de conserva procedentes de Salamanca, la única provincia que opta por esta modalidad.

La estadística regional va pareja a la situación del campo burgalés, que de 150 hectáreas se quedó en apenas una. Uno de los factores que podrían ayudar a explicar este fenómeno es la «falta de relevo generacional», apunta el presidente provincial de la Unión de Campesinos de Castilla y León, Félix Arribas, consciente de que se trata además de un cultivo «testimonial» que, salvo excepciones, se reduce a las clásicas huertas al «autoabastecimiento» o la venta al por menor en el mercadillo.

Arribas recuerda que hace 30 años se planteó la posibilidad de instalar un invernadero. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que el tomate en Burgos era «inviable» al no ser «competitivo» en clave de producción. Sí reconoce por otra parte que se puede «competir en calidad» gracias a los tres meses de cultivo que se requieren frente a la media de 20 días que se da en el sur.

Salvo la opción del invernadero, que a todas luces supone invertir una «fortuna» empezando por la calefacción, Arribas señala que los primeros tomates de verano salen en la provincia en torno al 20 de agosto salvo en Melgar de Fernamental, Medina de Pomar u otras zonas de la zona norte donde llegan «a finales de julio». Para entonces, «ya los hay hasta debajo de las piedras en Murcia».

El pionero de la provincia

Andoni Ruiz es la excepción en tierras burgalesas gracias a sus invernaderos de la variedad yak en Huérmeces. Lleva ocho años en el negocio y continúa «aprendiendo» los entresijos de un cultivo «muy esclavo» y «cambiante» que, no obstante, le ha ofrecido buenos resultados hasta la fecha en términos de calidad y producción.

Aunque posee conocimientos avanzados de hidroponía y saca sus cosechas adelante con una periodicidad mucho mayor que la de la huerta burgalesa. Aún con todo, sabe de sobra que el «factor clima» juega en su contra por las bajas temperaturas del invierno y el calor del verano.

Ante unas «circunstancias climatológicas muy extremas», Ruiz precisa que los tomates suelen llegar «con dos meses de retraso» en comparación con el País Vasco o Valencia. Además, esta campaña sembró «antes» y «van a salir más tarde» debido a la falta de luz que ha ralentizado su crecimiento. Sea como fuere, no está «nada descontento» con el desarrollo de una actividad pionera que le ha permitido demostrar que «tomate bueno se puede hacer en todos lados», siempre y cuando se apueste por la máxima rigurosidad a lo largo de todo el proceso y se tengan en cuenta las técnicas más innovadoras.

Estrecho margen de beneficio

Al hablar de precios, Ruiz asegura que hoy por hoy «ningún» productor de tomates está «contento» con lo que le ofrecen porque «cada vez se nos estrecha un poco más el margen de beneficio». Se sitúan por lo tanto en el «umbral» del estancamiento, pues los precios no suben a causa de la «crisis».

Desde la organización COAG ya se advertía de ello a principios de año. Según indicaba su responsable de frutas y hortalizas, Andrés Góngora, agricultores y consumidores se han convertido en «víctimas» de las «prácticas especulativas» de los grandes distribuidores, que «quieren recuperar a marchas forzadas sus abusivos márgenes habituales sin importarles los fundamentos objetivos del mercado: oferta y demanda».

Enfermedades

En su andadura ha tenido «de todo», pero siempre ha logrado «anticiparse» a las enfermedades más comunes en la provincia de Burgos, las que proliferan en condiciones de «poca humedad y mucha temperatura». Por ello, recuerda que «hay que saber identificarlas y combatirlas» con el método más idóneo para cada caso.

A fin de arrojar luz sobre las enfermedades más comunes y las medidas a adoptar en caso de aparecer, Asaja ha publicado en el último número de la revista CampoRegional un listado de los casos más habituales en la Comunidad.

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