LA ADRADA (ÁVILA)
Viaje al corazón del Tiétar
Este municipio enclavado a los pies de la Sierra de Gredos es un lugar con encanto que conserva historia, patrimonio y ritos
El otoño nos brinda la oportunidad de descubrir pueblos con encanto que se pierden en entornos naturales. Y en esto Castilla y León es una auténtica maravilla. La belleza de estas localidades alcanza su máxima expresión en la antesala de la época navideña. Apetece recorrer callejuelas empedradas, deleitarse con una de las panorámicas, visitar un castillo de ensueño, escenario de batallas gloriosas y disfrutar con su exquisita gastronomía.
En este contexto encontramos La Adrada, una de las joyas de la Sierra de Gredos, por su riqueza medieval y por su conexión con la naturaleza. En esta villa abulense se concentra toda la belleza de la arquitectura tradicional, del arte y de sus increíbles puentes romanos que sirvieron de importante vía de comunicación como el Puente Mosquea, el Puente Mocha, el Puente Chico o el Puente Nuevo.
Recorrer cada uno de los rincones de esta villa con más de 600 años de historia, es adentrarse en sus calles con muestras de arquitectura tradicional en su casco histórico como la Casa de los Jerónimos del siglo XVI en la calle Larga, la Casa del Tío Talís en la Calle de la Feria y la calle Escalerillas, que da acceso al barrio del Torrejón.
La adoración de los adradenses por su patrona tiene lugar en una modesta ermita en su honor, la Ermita de la Virgen de la Yedra, que convive junto con el otro gran templo de la localidad, la Iglesia de El Salvador, templo de grandes dimensiones donde poder contemplar el retablo barroco y las columnas salomónicas con imágenes de El Salvador y San Blas.
Castillo del siglo XIV
Su castillo, del siglo XIV, ha sido testigo de siglos de historia. Se trata de uno de los iconos de la villa y de toda la comarca ya que alberga el Centro de Interpretación Histórica del Valle del Tiétar, que ofrece un recorrido histórico y cultural por los diferentes pobladores de la zona desde los vettones, pasando por los romanos y los visigodos hasta llegar al esplendor de los señoríos de los siglos XV y XVI. Restos de vasijas, azulejería, pulseras o la antigua necrópolis medieval se pueden contemplar en una de las salas que dan cabida a los restos hallados en las excavaciones arqueológicas del Castillo. Se trata de una impresionante fortaleza situada en el Cerro del Torrejón que fue inaugurada en el año 2004 y que está incluida en la Red Nacional de Patrimonio Histórico.
La Adrada es cultura, es historia y es Villa desde el año 1393, cuando el rey Enrique III concedió el villazgo al “lugar de La Adrada”. Rodeado de leyendas, es mágico en cada uno de sus rincones. La Adrada es tradición y folclore, es autenticidad, ocio y diversión. Tradiciones, fiestas, gastronomía y cultura se fusionan para ofrecer al visitante una oferta cultural y turística única, completada con una amplia programación cultural y deportiva para todas las edades y todos los gustos. No podemos marcharnos de La Adrada sin recorrer cada uno de sus parques y sin visitar las figuras escultóricas de La Niña de La Adrada y El Gato, donadas por el escultor Luis Arencibia al municipio.