Diario de Valladolid

Un plan que no convence

Los empresarios de hostelería se sienten inseguros ante las medidas para el levantamiento de limitaciones y vuelta a nueva normalidad en el sector

.- J. M. LOSTAU.

.- J. M. LOSTAU.

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Henar Martín Puentes

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Incertidumbre. Es la nota que mejor define el estado de ánimo de los hosteleros de la comunidad . La crisis del coronavirus ha resultado ser un golpe seco directo en un sector que cerró 2018 con algo más de 19.000 establecimientos y que dieron empleo a 71.825 personas, según el Anuario de la Hostelería de España 2019. Ese mismo informe señala que la facturación alcanzó durante ese ejercicio los 4.157 millones de euros, concentrando el 4,6% de la riqueza regional, lo que refleja la importancia que tiene como sector económico. 

Con los fogones apagados y los locales vacíos desde que se decretara el estado de emergencia el pasado 14 de marzo, son muchos los interrogantes que se ciernen sobre los empresarios de hostelería. Muchos de ellos han conocido crisis duras anteriores. Pero la situación actual no tiene parangón. La mayoría no se atreve a poner cifras al drama que están viviendo aunque algunos lo cifran en torno al 30% de la facturación anual. «Han sido meses que tradicionalmente eran claves para provincias de interior como la nuestra. La Semana Santa, el día de la Comunidad, el día del padre y ahora el de la madre eran fechas de mucho ajetreo» , comenta Agustín Gamazo, responsable del restaurante El Chivo (Morales de Toro, Zamora).

El pirata, como le conocen en estos lares, se ha visto obligado como el resto de sus compañeros a cancelar todas las reservas de comidas familiares y comuniones en una época donde solía colgar el cartel de ‘completo’.  Ahora, con el plan de desconfinamiento que ha dado a conocer el Ejecutivo central, son muchos las dudas que le surgen. « Esto parece una fantasía, una situación que no te la esperas de la noche a la mañana, no sabes ni qué hacer ni cómo, ni de qué manera» , comenta.   

La vuelta a nueva normalidad con el anunciado plan de desescalada no convence a ninguno. «Son medidas muy generales. Tenían que haberse sentado a hablar antes con la asociaciones del sector para que les hubieran asesorado», dice Alberto Soto. El cocinero palentino que dirige el restaurante de la bodega Cepa 21 y el local ‘Ajo de Sopas’ de la capital palentina es una de las múltiples voces que confiesa sentirse intranquilo ante el plan para salir de la ‘des-hibernación’. «Yo soy cocinero, no soy economista ni gestor pero quiero aplicar el sentido común. Me gustaría que me dijeran cómo y de qué manera, con qué medidas debemos hacerlo», sostiene en un receso de su actividad mientras gestiona pedidos para hacerse con un acopio de guantes, hidrogeles y mascarillas higiénicas. «Lo hago por sensatez porque quiero proteger la salud de mis trabajadores pero no porque me lo indique un protocolo determinado» . Aseguran estar ante muchos vacíos legales sobre las medidas de protección sanitarios que deben de tomar a partir de ahora.

A la espera de conocer la situación en cada provincia, el calendario orientativo marcado por el gobierno señala en su Fase 0 el 4 de mayo como primera fecha en rojo. A partir de ese día se permitirá la entrega de productos para recoger en el local con medidas de protección como mamparas y atención individual para el cliente. Un camino que muchos ya han desechado previamente. «La gente tiene miedo, no va a salvarnos de nada y además ése no es nuestro nicho de negocio. No podemos volver a la actividad habituales de los fogones para ello» , comenta Miguel Ángel de la Cruz, de la Botica de Matapozuelos (Valladolid).  

APERTURA DE TERRAZAS

Dos semanas después, el 10 de mayo, comenzaría la Fase 1, la que se prevé que provocará el primer movimiento real los negocios de hostelería con la apertura de terrazas al 30% garantizando una distancia mínima entre clientes de 2 metros y la misma cantidad de aforo en el interior en la Fase 2. Un panorama que tampoco convence a dueños de bares y restaurantes. «Manejo una plantilla de 21 trabajadores, si abro la terraza con un tercio de la ocupación podré atender solo a 10 personas. ¿Me merece la pena tener toda la plantilla para dar solo 10 cubiertos?, esta es mi realidad» , sostiene el empresario hostelero salmantino Gonzalo Sendín. Es la tercera generación de una familia que ha vivido tradicionalmente de la restauración. Él, como la práctica totalidad de compañeros del sector, se ha sumado a la iniciativa impulsada por la Asociación de Empresarios de Hostelería de Salamanca que han colgado el cartel de ‘SE TRASPASA’ como forma de mostrar su rechazo. «No se puede abrir un local solo con las terrazas y a este aforo. Es insostenible económicamente. Hay que mantener los locales abiertos con todo lo que eso supone, por lo que no daría ni para pagar la luz», advierten desde la Asociación en un comunicado. Exigen al gobierno central que establezca una serie de condiciones en relación a los ERTES que han aplicados en sus empresas.

Necesitamos saber cómo van a funcionar los ERTES y su flexibilización manteniendo la circunstancia de fuerza mayor en la reincorporación progresiva de los trabajadores», señalan desde la Asociación de Hosteleros de Salamanca. 

Con los locales cerrados y el cumplimiento de las obligaciones fiscales, algunos temen que esto suponga una estocada de muerte para sus negocios. «Algún compañero me ha llamado y me ha dicho: tiro la toalla. Lo dejo para vosotros» , se lamenta Agustín Gamazo. 

Y es que a algunos les ha pillado la crisis en medio de fuertes inversiones para ampliar o mejorar sus instalaciones. «Hicimos una inversión de más de un millón de euros para trasladarnos a la Casa del Obispo, ha sido mala suerte, afortunadamente los bancos se han portado bien y nos han aplicado moratorias en las deudas» comenta Yolanda León, la media mitad de Cocinandos (León), otro establecimiento que luce estrella Michelin. Ellos han conocido de primera mano los estragos de la enfermedad. Su padre y su pareja, Juanjo, han pasado por ella. Ahora solo quieren pensar en mantener a su equipo formado por 12 personas e intentar mirar para adelante. Luchadora infatigable, se muestra optimista aunque no oculta su preocupación. 

«Sentimos mucha inseguridad» , confiesa Óscar García, dueño del restaurante Baluarte de Soria, reconocido con una estrella Michelin. «Soria ha sido una de las provincias más castigadas por el coronavirus en Castilla y León. No veo claro cómo abrir las terrazas y en una ciudad como la nuestra donde refresca no nos va a salvar de nada». Temen que la apertura suponga un paso en falso y se vean obligados a tener que volver a cerrar. «La pérdida económica y psicológica que eso puede suponer sería tremenda», comenta Víctor Martín, que regenta junto a Noemí Martínez el restaurante Trigo de Valladolid, también con estrella Michelin.

La chispa que han encendido los locales de la capital charra inundándose de rojo en señal de protesta, se ha ido viralizando en redes sociales. En pocas horas ha nacido otro movimiento desde la Asociación de Hosteleros de Valladolid bajo el lema #ASÍNOABRIMOS . Exigen al gobierno central que establezca una serie de condiciones en relación a los ERTES que han aplicados en sus empresas.

Necesitamos saber cómo van a funcionar los ERTES y su flexibilización. Si me vas a permitir abrir con el 30% de la capacidad será incorporando un 30% de la plantilla, y si es con un 50% de la capacidad tendrá que ser al 50% de la plantilla», comenta José Castrodeza, del restaurante Villa Paramesa de la capital.   «En estas condiciones no podemos abrir ningún local de hostelería. Es totalmente inviable» , sostiene María José Hernández, vicepresidenta de la Confederación Regional de Hostelería y Turismo de Castilla y León. 

Además, los hosteleros reivindica la necesidad de poner en marcha medidas que garanticen la seguridad, tanto de trabajadores como de la clientela. «Necesitamos urgentemente test. Sin ellos mañana puede entrar alguien que sea asintomático que toque barandillas, contagie la mesa, las butacas y todo el espacio poniendo en riesgo la salud y nos tengan que cerrar un mes por cuarentena» , argumenta Castrodeza. Junto a los test, considera importante otras medidas como los termómetros y detectores de infrarrojos que se han puesto en marcha en algunas empresas e instalaciones. 

Con todas estas incertidumbres, el sector espera que el gobierno recapacite y se siente a hablar con ellos. Por el momento guardan esperanzas en que tanto la administración local y autonómica les eche un cable en medidas concernientes a licencias de terrazas y en una relajación fiscal de los tramos autonómicos. Y mientrastanto, están a la espera de cómo avance la situación. 

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