Cocina fresca en el barrio de San Juan

El Puerto Chico es un lugar sagrado por los más puristas del tapeo de Valladolid. Desde hace décadas este bar abierto por Fernando Pérez en la calle de Nicasio Pérez de la capital esquina con la Plaza de San Juan, ha mantenido esa autenticidad de los locales de barrio. Recibió el nombre del Puerto Chico en homenaje a la ‘cuna’ del que fuera presidente de la asociación de los hosteleros vallisoletanos, que procedía de Santander. Muchos han sido los parroquianos fieles que se apostaban durante los fines de semana en su barra a tomar un rico vino de la tierra con unos chipirones del Cantábrico o una lata de conservas.

Tras el fallecimiento de Fernando, en 2008, el local pasó unos años de transición; en un primer momento tomó el rumbo su viuda, Chelo Blanco y después Paloma, una cocinera que introdujo en el local ‘las cocinas temáticas del mundo’ y que se han mantenido en el tiempo.

A finales de 2017 recalaron Isabel González y Teresa Cordero, dos chefs procedentes del Restaurante Don Bacalao, que han mantenido la misma estética de siempre aunque han introducido un nuevo concepto de cocina, fresca, de mercado y actualizada. «Estamos muy contentas, muy satisfechas, hemos tenido mucho reconocimiento del público. De todo el mundo», comenta Isabel, que dirige un equipo de 8 mujeres en el establecimiento.

Las nuevas socias del Puerto Chico son dos veteranas de los fogones. Dos maestras hechas a sí mismas en los restaurantes de Valladolid. Teresa conoce bien las calles de este barrio con sabor popular. Ella trabajó durante años en el mítico Bar Zodiaco de la calle Huelgas. Tras su paso por este establecimiento se forjó bajo las órdenes de Alfonso del Don Bacalao. Y ahora, se ha metido de lleno en esta aventura que por el momento le está aportando más de una alegría.

Isabel y Teresa llevan conseguidos en estos dos años de trayectoria varios premios: En 2018 se alzaron como ganadores del Concurso Provincial de Pinchos con su ‘Esencia’, un pincho con el que quisieron rendir un homenaje o ‘guiño’ al que fuera el fundador del Puerto Chico con una propuesta en la que empleaba el chipirón del Cantábrico y el Pan de Valladolid como ingredientes principales, presentados en una pequeña caja agujereada que recuerda la frase que Saint-Exupéry puso en boca de su Principito «lo esencial es invisible para los ojos». Un año después, en 2019, lograron el Pincho Plata por su tapa ‘Mullus’, un guiso tradicional con toques exóticos.

Las dos socias han sabido darle un contenido de calidad, manteniendo el equilibrio perfecto de originalidad a su oferta de platos, saber hacer y precio. A diario ofrecen un completo menú a 12 euros al que dan ‘una vuelta de tuerca’ durante los fines de semana con una oferta más amplia y sofisticada a 17 euros por comensal. Además realizan menús degustación por encargo a medida.

También han recibido peticiones para la organización de algún evento familiar. «Hemos llegado a realizar alguna boda y también comuniones para hasta 50 personas», comenta Isabel.

COCINA INTERNAICONAL

Si por algo se ha hecho famoso el Puerto Chico en este tiempo es por su menús de cocina internacional con un menú a 18 euros sin bebida. Isabel y Teresa han dado la vuelta al mundo con el recetario más sofisticado, ofreciendo cada semana (todos los miércoles y jueves) un menú enfocado en un país. «Lleva mucho tiempo porque nos tenemos que documentar, interpretar, hacer pruebas y hay veces en las que no conseguimos los ingredientes en el mercado y tenemos que acudir a Madrid», explica Isabel, que se dedica a explicar al público las claves de cada uno de los platos. Esta semana ha tocado Brasil y para los que sean de gustos exóticos tomen nota porque la semana que viene (miércoles 29 de enero y jueves 30) llega la cocina temática de la India. Quien esté interesado en acudir que no se despiste con la reserva pues el local suele colgar el cartel de lleno en cada una de estas citas. Y es que con esta oferta han sabido ‘conectar’ con un nuevo tipo de público curioso por conocer otros productos y recetas y con interés cultural. Junto a las mesas cuelgan cuadros de algún artista local al que se da apoyo, convirtiéndose en un espacio con aires intelectuales.

El comedor mantiene la misma ambientación que introdujo Fernando Pérez hace décadas. Decoración al estilo de tienda de ultramarinos de tipo vintage con escaleras y pizarras donde se muestra la oferta de platos, raciones y tapas. El lechazo Taj Majal (campeón nacional 2015) comparte espacio con la torrija de bacalao o la croqueta de cecina. Y es que El Puerto Chico se ha convertido en un templo sagrado de la cocina de sabiduría y buena mano.

DIRECCIÓN : C/ Nicasio Perez, 1, 47005 Valladolid

TELÉFONO : 983 208 435

CAPACIDAD : 30 comensales en mesas distribuidas a lo largo del estacio del bar-restaurante.

CIERRE : los lunes

COCINA : internacional, de mercado. Especialidad: chipirón.

PRECIO MEDIO:

30–35 € a la carta.

Menú del día 12€ (de martes a viernes).

Menú de fin de semana por 17€.

Realizan menús degustación por encargo.

JEFE DE COCINA: Isabel González y Teresa Cordero