Diario de Valladolid

RESTAURANTE LINAR DEL ZAIRE

Los aires de la cocina de Burgohondo

Mónica y Hortensia, frente a Linar del Zaire con un queso de cabra y un chuletón de Ávila-

Mónica y Hortensia, frente a Linar del Zaire con un queso de cabra y un chuletón de Ávila-

Publicado por
Redacción de Valladolid
Valladolid

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El restaurante se ubica dentro de un alojamiento rural que, hace unos años, puso en valor el edificio de las viejas escuelas de la localidad para convertirlo en una infraestructura hotelera. Esa es la primera imagen que recibe el comensal cuando contempla la fachada y los jardines junto al edificio de piedra. En su interior, una comanda sin complicaciones que se ajusta a las materias primas y a una cocina rural honesta, donde no faltan nunca los guiños a los productos de Ávila: las carnes rojas, las legumbres, los vinos de uva garnacha –hoy amparados por una Denominación de Origen– o frutas y quesos de cabra en varias de sus modalidades. Mónica Delgado dirige el complejo hostelero que un día cinco empresarios pusieron en marcha en Burgohondo y que, por fortuna, ha funcionado sin altibajos desde el año 2011.

El restaurante tiene apenas cuarenta plazas pero se suma a la infraestructura que proporciona a los turistas, senderistas y amantes de la naturaleza que visitan el entorno y que tienen un lugar donde comer a diario un menú del día y a la carta. El Linar del Zaire, que alude a la mención local de ‘vientos, aires’, acierta con su planteamiento, pues proporciona menús de entre 10 y 15 euros para los comensales de proximidad y, a la carta, entre 25 y 30 euros. Al frente de la cocina está Hortensia Rollón. Lleva muchos años trabajando en la cocina, seis en el Linar del Zaire, y, además, es natural de Navatalgordo, por lo que nos garantiza una identidad con la cocina rural de esta parte de Ávila. Nunca faltan en la carta las patatas revolconas, la sopa castellana, unas croquetas, huevos rotos con jamón ibérico, queso de cabra de Sotillo de la Adrada con distintas elaboraciones y, por supuesto, la trilogía de la ternera de Ávila: entrecot, chuletón y solomillo. Algo de agradecer, aunque sea por encargo, es el otro triunvirato de la gastronomía abulense: cochinillo, cabrito y lechazo. Linar del Zaire tiene un nombre de resonancias literarias, nada que ver con África y sí con la toponimia popular de Burgohondo.

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