Diario de Valladolid

VINOS | BODEGAS HIJOS DE FÉLIX SALAS

Los nietos de Baudilio y de Abraham

Isaac Salas y su sobrina Inés Salas, la enóloga de la bodega, en una de las viñas de la familia, en Corcos del Valle.-ARGICOMUNICACIÓN

Isaac Salas y su sobrina Inés Salas, la enóloga de la bodega, en una de las viñas de la familia, en Corcos del Valle.-ARGICOMUNICACIÓN

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Redacción de Valladolid
Valladolid

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Esta bodega corqueña lleva en la razón social su propia razón de ser. Marcada por un apellido que se prolonga en una saga, los Salas. Una familia que ha sido pieza clave en el desarrollo de la vitivinicultura de esta comarca vallisoletana. Félix Salas nos dejó en la añada de 2016, después de haber dedicado la mayor parte de su vida a defender la viña y el vino en su pueblo, Corcos del Valle. Félix trasladó a sus descendientes lo que recibió de sus mayores, de ahí que Isaac, Imelda, Carmen y Felisa hayan seguido su ejemplo. De esta forma, los nietos de Baudilio Salas, padre de Félix, y de Abraham, por parte de su mujer Natividad, mantienen el cultivo de sus propias viñas y siguen elaborando en pleno siglo XXI. Todavía cultivan una buena parte de los majuelos ubicados en pagos y parajes históricos como el de Perrote, Carrascal, Boga o Los Hilos. De ellos, el que ha trascendido a la etiqueta con más fuerza ha sido el de Picota, sobre un suelo de cascajo y canto rodado donde se sigue vendimiando la tempranillo en vaso de la familia. En total cultivan 50 hectáreas de viña propia, toda ella en Corcos del Valle.

Así se escribe la historia de las Denominaciones de Origen que irrumpen hoy en los mercados y en los nuevos consumidores. En este caso, la Bodega Hijos de Félix Salas se ha situado entre las referencias en el sector del vino de Castilla y León. Isaac, al igual que su padre y sus abuelos, sigue siendo agricultor, viticultor y bodeguero. La saga de los Salas tiene un presente sólido y un futuro garantizado, pues las nuevas generaciones se incorporan al proyecto familiar. Es el caso de Inés Salas, nieta de Félix y biznieta de Baudilio y de Abraham. Ella ha sido la encargada de diseñar los nuevos vinos y ajustarlos a los gustos del mercado. De ahí que el rosado Viña Picota, santo y seña de la bodega, lleve más de una década expresando un conjunto de cualidades sensoriales que se ajustan al arquetipo actual. Más color, tonos fresa, ligereza, frescura y abundantes series aromáticas frutales y florales. El rosado supone el 90% de la producción de vino de la bodega y ha logrado numerosos premios y menciones en concursos internacionales. Ahí sigue esa etiqueta que ya forma parte del imaginario cultural del vino de la DO Cigales, pues lleva la huella de uno de los grandes de la pintura de Castilla y León, Félix Cuadrado Lomas, que hace 25 años estampó su firma. La primera vez que un miembro del colectivo de artistas Grupo Simancas fusionó el vino y la pintura. Es este un rasgo de gran valor en los activos de la bodega de los Salas. Pero Inés ha consolidado también toda la gama de los tintos y ha demostrado el potencial de la uva tempranillo cigaleña en los ‘Félix Salas’ que rinden homenaje al fundador.

Por otro lado, la joven enóloga apostó por los vinos espumosos y todos los años sale al mercado el rosado Gogna. Además, ha puesto en marcha una activa agenda y organiza actividades que vinculan el mundo infantil a la cultura de la viña. También, durante el periodo navideño, degustación y cata de turrones y en el verano, demostraciones de coctelería con vino. La producción de la bodega se ajusta a la materia prima de sus propios viñedos, todos repartidos en término municipal, algo que marca la personalidad del terruño.

La producción media se sitúa en torno a los 500.000 kilos de uva, de los de los que el 70% son de tempranillo y el resto de las variedades albillo, verdejo y garnacha, con una parte de syrah y merlot. Los rosados siguen respondiendo a la trilogía tradicional que es el perfecto equilibrio entre las tintas y las blancas. Actualmente, la bodega, que pertenece a la DO Cigales desde su creación, mantiene una intensa actividad en el fenómeno enoturístico que viene desarrollándose en los últimos años. Un 5% de la producción total, alrededor de 300.000 botellas al año, se exporta al exterior, una faceta que se incrementa cada año. Una bodega muy implicada en el fenómeno enoturístico.

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