Diario de Valladolid

El Rincón de El Tuerto de Pirón

Cocina grande en un pueblo pequeño

Rubén García junto a su tío Pedro García y su hijo Sergio, a la puerta del horno de asar de leña en el comedor del restaurante.-

Rubén García junto a su tío Pedro García y su hijo Sergio, a la puerta del horno de asar de leña en el comedor del restaurante.-

Publicado por
Javier Pérez Andrés

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Villaverde de Íscar es una pequeña localidad segoviana con apenas medio millar de habitantes. Su perfil económico es la agricultura y parte de sus vecinos trabajan en el entorno: Coca, Segovia e Íscar. Tiene dos bares y un restaurante que es el que dirige Rubén García. Se llama ‘Los Chicos’, porque así se llamó hace 50 años el bar que fundaron su padre y su tío, Cruz y Honorato, a los que más tarde se unió Pedro, que aún sigue vinculado. Pero fue en la primavera de 2002 cuando se convirtió en restaurante. Desde entonces, Rubén ha conseguido que su pueblo y su establecimiento sean una referencia en la cocina rural segoviana y en la gastronomía de Castilla y León. No falta ninguno de los platos emblemáticos de Segovia: cochinillo, lechazo, parro, hortalizas del Carracillo, chorizo de Cantimpalos o jamón de Segovia, junto a un buen número de guisos, sopas y platos de la cocina tradicional. El horno de leña, en medio del comedor, acentúa el clima de la decoración rústica. Todo encaja si, además, la carta de vinos demuestra el perfil de Rubén García, sumiller comprometido, además de pertenecer a la Asociación de Asadores de Lechazo de Castilla y León. Es fácil encontrar en la bodega del restaurante muchos vinos segovianos y una buena selección de la región. El restaurante abre la comanda a otras elaboraciones como boletus, ensaladas, carnes rojas, cabrito y pescados como bacalao, merluza y rape.

Un restaurante familiar, pues junto a Rubén está Mariana Narros, su mujer, y su hijo Sergio, además de su tío Pedro. Rubén defiende el jamón de Segovia y, a lo largo del año, organiza diferentes jornadas dedicadas a la matanza, a las setas y a los vinos, y dedica al jamón curado un tratamiento de corte a cuchillo delante del comensal. En el restaurante se puede comer un menú por 16 euros y a la carta en torno a los 35 euros. Los Chicos es el único restaurante de la localidad y del entorno. Rubén ha demostrado con su actitud personal y profesional que es viable -y muy necesario- un pequeño restaurante en su pueblo. Veinte años de fidelidad por parte de sus comensales lo avalan. Un pueblo pequeño y una cocina grande. Cita obligada entre Íscar y Coca.

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