PALAYSA 2001
Cuatro décadas sobre ruedas
Abrió el primer concesionario de Ford en Palencia en 1976. Desde entonces, Palausa ha acelerado el negocio y está presente en todo el noroeste español. Este año han vendido 7.000 coches nuevos y 3.000 de ocasión, y recambios por 18 millones de euros.
Aunque oficialmente nació en el año 2001, el grupo Palausa ya se había subido a las cuatro ruedas en 1976, cuando Eugenio García, un profesional del automóvil, se asoció con los hermanos Polvorosa para constituir en Villamuriel de Cerrato (Palencia) Autopalsa (Automoción Palentina SA), el primer concesionario de Ford que tuvo la provincia Palencia, que por aquella época se acababa de establecer en España.
Eran los años en los que el sector del automóvil iba despegando con la llegada de nuevas marcas y nuevos fabricantes, y los fundadores de Autopalsa no quisieron quedarse atrás. En 1984 consiguieron la concesión de Citroën en Palencia y con ella entraron en el grupo dos nuevos socios, Jose Luis Blanco y Alberto de Elías, que llegó desde León con su mujer y sus dos hijos para fundar las nuevas instalaciones de Palausa (Palentina de Automóviles SA), en la Avenida de Cuba de la capital y convertir su hobbie en su vida y su futuro.
El siguiente paso fue la compra del concesionario de Citroën en Oviedo, cuatro años después, y a partir de ahí iniciaron una carrera en la que fueron sumando concesionarios de distintas marcas en Vigo, Pontevedra, León, Zamora, Salamanca. «Hasta que llegó un momento en que la mezcolanza era tal, que decidimos crear una sociedad madre que lo aglutinase todo, la actual Palausa 2001», explica Alberto de Elías.
Ya entonces tuvieron una visión clara del negocio: apoyar las ruedas del automóvil en otra base más sólida, la inmobiliaria. «Por eso fuimos comprando todas las naves donde se instalaban los concesionarios», señala. De esta forma, aunque el negocio del automóvil pegase algún bandazo, que los pegó y bien fuertes, sobre todo con la crisis económica de 2009, han podido seguir alquilando las instalaciones y así amortiguar los golpes.
«Ese fue el planteamiento que hicimos en 2001, crear una sociedad madre propietaria de todos los inmuebles que tenía el grupo, que a su vez alquilaba a las concesiones, nuestras o de terceros», agrega. «En ese momento se pasó de unos concesionarios sueltos a tener una estructura de grupo y empezar a compartir recursos, sinergias y gestión», resume Alvaro de Elías, el hijo pequeño de Alberto y su sucesor en un negocio en el que puso los ojos desde niño y hacia el que también ha orientado su vida.
Cuentan que llegaron a tener más de 500 trabajadores, pero con la crisis económica, que tocó de lleno al sector, se redujeron las ventas, las reparaciones y la venta de recambios. «La gente no cambiaba ni las ruedas», recuerda Alberto. La facturación del grupo cayó un 80%, el negocio adelgazó, hubo que reducir la plantilla, que se quedó en menos de 300 personas, y deshacerse de algunas marcas, principalmente de las de gamas altas para centrarse en las más generalistas.
«Fueron años muy tristes, hubo que despedir a gente que llevaba toda la vida trabajando con nosotros. Pero teníamos que salvar el negocio», recuerda Alberto de Elías. De hecho, él mismo, que entonces era gerente de Citroën en Oviedo, cesó en su cargo «porque no era capaz de despedir a gente con la que había trabajado 30 años».
Además la crisis dejó nuevas tendencias en la compra-venta de vehículos, estranguló los márgenes y convirtió el negocio en la suma de muchos pocos. «En 1976 vendías un coche y regalabas al cliente un tapón de gasolina con la llave, unas alfombrillas o, excepcionalmente, un radiocasete. Hoy hacemos descuentos por el valor de lo que entonces valían tres o cuatro coches», explica Alberto de Elías. Por eso los beneficios son «muy exiguos» tanto en la venta de un coche, como en el taller, como en el recambio y «hay que hacer volumen como sea».
Además la crisis provocó cambios en las tendencias de compra. «Los clientes ya no se recorren todos los concesionarios viendo los coches, eligen dos o tres, lo que obliga a estar en esa primera selección. Por eso es tan importante acercarse a ellos a través de Internet», añade su hijo que se encarga del marketing, la red de ventas online y las redes sociales.
«Hoy en día un 20% de nuestras ventas están en Internet», asegura Alvaro, que tiene la vista puesta en el potencial de la red y se ha propuesto «romper» el proceso de compra del cliente de forma que antes de que tome la decisión de comprar un coche, ya tenga clara la marca que quiere. Algo que solo se puede hacer a través de Internet y teniendo muy presente que hoy en día el momento en que más personas están buscando coches es los viernes y los sábados por la noche, cuando están los concesionarios cerrados. «Por eso tenemos que estar ahí», insiste Alvaro de Elías, que se ha impuesto el reto de ser el primero de España en vender un coche cien por cien online.
Esa política de adaptación constante a las circunstancias que se han encontrado por el camino, de reinversión de los beneficios en nuevas concesiones y en la compra de naves, y de fidelización del cliente poniendo la calidad por encima de todo, ha permitido que Palausa, hoy en manos de la segunda generación, siga en la carretera.
Un grupo con las raíces en Palencia que hoy está formado por una veintena de empresas repartidas por Castilla y León, Galicia y Cantabria, en las que trabajan casi 400 personas y que cerrará 2018 superando la facturación de 2017, que ascendió a 150 millones de euros. Aseguran que este año, aun por cerrar, habrán vendido 7.000 coches nuevos y 3.000 de ocasión, recambios por valor de 18 millones de euros y facturarán unos 7,5 millones de euros de mano de obra. Unas cifras que apuntan la recuperación de un negocio que no ha vuelto a los niveles de antes de la crisis pero que ha sabido hacer que el negocio siga rodando.