Diario de Valladolid

YARANZA (VALDELAFUENTE, LEÓN)

Delicatessen en tarro de vidrio

Esta empresa artesanal elabora 500.000 kilos de yogur y kéfir al año procedente de leche de oveja, cabra y vaca que comercializa en España y Portugal

Javier Ferreras muestra uno de sus productos, el kéfir de cabra que comercializa en formato de 1 litro.-L.P.

Javier Ferreras muestra uno de sus productos, el kéfir de cabra que comercializa en formato de 1 litro.-L.P.

Publicado por
Henar Martín Puentes

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En sus palabras siempre sale cada cierto tiempo la misma palabra: calidad, calidad y calidad. Ha sido el principio que impulsó a Javier Ferreras hace quince años a lanzarse a crear su propia empresa artesanal de productos lácteos de gama ‘premium’ en Valdelafuente, León. Corría el año 2003. Su trayectoria laboral se había encaminado en un principio hacia el sector de la banca, donde desarrolló distintas funciones en una entidad financiera. «Estaba muy a gusto en mi puesto de trabajo pero siempre tuve inquietud por tener mi propia industria», afirma. Junto a su mujer, Silvia Baza, decidieron comenzar este proyecto del que ahora se sienten muy orgullosos. En este tiempo Ferreras ha trabajado por ocupar un espacio que él consideraba todavía vacío en los lineales de supermercados: una empresa de yogures y kéfir de elaboración puramente natural. «Lo que hicimos fue diferenciarnos y ocupar un nicho que el consumidor cada vez demandaba más», sostiene. Y para ello lo primero que hicieron es seleccionar al máximo la materia prima con la que trabajan.

LECHE RECIÉN ORDEÑADA

En sus instalaciones de 700 metros cuadrados la jornada arranca a las seis de la mañana. La leche con la que elaboran sus productos procede de tres ganaderías de la provincia leonesa (una por cada tipo de leche: oveja, cabra y vaca) que están situadas en un radio a menos de 15 kilómetros de distancia. «Tenemos un control absoluto en este apartado; es leche recién ordeñada, cuando la procesamos no han pasado ni 20 minutos del ordeño. Es algo que nos diferencia y que las grandes multinacionales no se pueden permitir», argumenta. Un hecho que explica por qué la textura de sus yogures no es igual a lo largo del año. Y es que el proceso que siguen en su empresa es puramente natural, sin añadidos artificiales o químicos ni tampoco conservantes. Un principio que llevan a rajatabla. «Podríamos sacar mayor rentabilidad pero perderíamos nuestra esencia, nuestra filosofía».

Su gama de productos abarca 20 referencias de delicias lácteas que van desde el clásico yogur de oveja, cabra o vaca de sabor natural, con frutas (arándanos, limón, fresas o mango) o avellanas, hasta una serie de bífidus batido en distintos formatos (de 500 gramos y un litro) azucarado natural, con arándanos, limón o fresas. También realizan kéfir de cabra y vaca. Las frutas las traen de Suiza buscando esos parámetros de calidad. «Tiene que venir con un tratamiento aséptico, no se puede añadir fruta recién recolectada», explica.

Otra de sus señas de identidad son los tarros de cristal que pusieron en marcha desde el principio. «Lo envasamos así por un tema medioambiental y por cuestiones organolépticas. El vidrio, a diferencia del plástico es un ‘material noble’ que no transfiere ningún tipo de sabor».

Están presentes en las grandes cadenas de distribución más importantes de España y Portugal. Gracias a su penetración en el país luso han conseguido acuerdos comerciales con Angola a través de una cadena de supermercados de productos Premium de lujo. Y aunque han intentado el desembarco en el gigante estadounidense, Ferreras reconoce que a este destino resulta complicado llegar porque se trata de un producto perecedero.

Después de quince años de andadura la empresa se siente más que satisfecha del trabajo y esfuerzo recorrido. Su volumen de producción asciende a 500.000 kilos al año con un crecim iento en el último año de un 20%. «Estamos muy orgullosos porque mientras el sector del yogur está experimentando un retroceso nuestros yogures están siendo más demandados».

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