Diario de Valladolid

Finca Fuentegalana

Cristina y los vinos del sur

La enóloga Cristina Carrillo, junto a los viñedos y la pequeña bodega, situados en el límite entre la Comunidad de Madrid y el sur de la provincia de Ávila.-ARGI

La enóloga Cristina Carrillo, junto a los viñedos y la pequeña bodega, situados en el límite entre la Comunidad de Madrid y el sur de la provincia de Ávila.-ARGI

Publicado por
Javier Pérez Andrés

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Desde que nació, sabe cuándo envera la uva y en qué momento hay que vendimiarla y trasladarla al lagar. Su contacto con la viña familiar, situada en Navahondilla –al sur de la provincia de Ávila, lindando con El Tiemblo– ha marcado su actividad vital. Cristina Carrillo trabaja en el CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas), dentro del Instituto Eduardo Torroja; es licenciada en Químicas por la Universidad Complutense y, como era de esperar, está titulada en Enología y Viticultura por la Escuela Superior de Enólogos de la Politécnica de Madrid.

En la vida de esta enóloga hay dos añadas que son claves para entender el lugar donde fermentan sus vinos y se desarrolla el ciclo vegetativo de sus viñedos. La primera fue la de 1468, pues en el mes de septiembre de ese año, en pleno envero de las viñas del entorno, Enrique IV mandó jurar a su hermana Isabel como reina de Castilla. Un hecho de extraordinaria relevancia histórica que recuerdan los célebres Toros de Guisando, situados junto a los restos de la Venta Juradera, que están a menos de dos kilómetros de la bodega y la viña de Cristina Carrillo. De ahí que algunos de sus vinos luzcan en la etiqueta los famosos Toros de Guisando y se llamen de este modo.

La otra añada importante –más bien, decisiva, para el proyecto que se desarrollaría después– podría ser la de 1942, fecha en la que su abuelo Severo adquirió la finca, iniciando así esta singular historia de vinos de la provincia de Ávila.

En los años 80, Juan Ramón, padre de Cristina, se encargó de transformar el cultivo, introduciendo nuevas variedades, que son las que construyen los vinos de la Finca Fuentegalana. Las plantaciones de uva syrah y cabernet sauvignon han consolidado los vinos de la bodega en el mercado en las dos últimas décadas. En las tres últimas añadas llegó el turno de apostar por dos cepajes abulenses que hoy disfrutan del mejor momento de su historia enológica. Se trata de la variedad blanca albillo real y la tinta garnacha. Cristina ha trasladado el potencial de estas dos castas a los dos nuevos vinos: el tinto La Viña de Ramón y el blanco Soplón, de albillo real, envejecido en barrica de castaño. Este vino es un guiño al origen familiar proveniente de la vecina localidad de Cadalso de los Vidrios, en la Comunidad de Madrid. Cristina Carrillo convence en la mesa de cata con una syrah muy expresiva y floral, y un cabernet de marcado carácter. Otros vinos que comercializa son los rosados y tintos con las marcas Toros de Guisando y Telúrico.

La pequeña bodega se encuentra en el entorno del viñedo. Previo contacto, este proyecto enoturístico recibe visitas, interesadas no solo en la producción de vinos de calidad, sino también en su situación geográfica, pues se encuentra en la misma entrada del Valle del Tiétar, muy cerca de los mencionados verracos de piedra. El viñedo se reparte en distintas parcelas, entre ellas Fuentegalana, Majadillas, Praocerrado, El Torreón, La Vía y las nuevas viñas octogenarias del término de Navahondilla. El viñedo responde a las variedades tempranillo, cabernet sauvignon, syrah y las dos castas del sur de Ávila por antonomasia: la garnacha tinta y la blanca albillo real. La bodega comercializa en torno a 25.000 botellas cada año y todas están elaboradas con la producción de sus 16 hectáreas. El viñedo tiene una media de edad de 20 años, salvo los vasos viejos de uva garnacha.

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