Diario de Valladolid

LOS FAVORITOS DE DAVID RIVAS: BAR LA ESQUINA DE COLÁS (TORO. ZAMORA)

De vermú torero y musical por Toro

Asun Campa yDavid Rivas comparten vivencias, tapas y tinto de Toro, sentados en la mesa.-M. DENEIVA

Asun Campa yDavid Rivas comparten vivencias, tapas y tinto de Toro, sentados en la mesa.-M. DENEIVA

Publicado por
Jose Luis Cabrero

Creado:

Actualizado:

El músico y compositor David Rivas es un encendido defensor de la tapa y el vino que se prolonga hasta que haga falta por los bares del entorno de la Plaza Mayor toresana.

El ritmo de trabajo que David Rivas Domínguez (Zamora, 1980) ha desarrollado durante este último curso escolar, en el que ha dado a conocer cerca de una veintena de composiciones musicales, no le ha permitido grandes alegrías a la hora de salir y conocer nuevos lugares gastronómicamente hablando. Aún así no ha perdido la oportunidad de seguir la costumbre toresana de tomar tapa y vino a mediodía y alargar esa agradable práctica hasta que haga falta.

David Rivas mide su tiempo en cursos, no en vano es profesor de Música de Educación Secundaria en el instituto Pardo Tavera de Toro desde hace diez años, aficionado a la música «desde siempre», lo que quiere decir mucho antes de los once años, que fue cuando debutó con los platillos y la percusión en la banda de música de esa misma localidad y compositor «casi desde los trece, cuando empezaba a chapurrear con el piano».

Era inevitable que esa pasión que se manifestó en los primeros años, y que le llevó a formarse en los conservatorios de Zamora, Valladolid y Salamanca y en la Universidad de Salamanca, fraguara en algo rotundo y desembocara en este 2016, el que ya se conoce como el año de David Rivas. No es exagerado. Ha sido un año en el que ha ganado el premio al mejor pasodoble en un concurso internacional organizado en Valencia, ha sido finalista en el certamen de composición para bandas de música y orquesta juvenil, ha creado una marcha fúnebre para la Semana Santa de Zamora, la música que se puede escuchar en la exposición las Edades del Hombre y una obra conmemorativa que estrenará el 12 de noviembre la banda La Lira y con la que se clausurará la muestra de arte sacro que se puede ver en dos iglesias de Toro, además de mantener diversas colaboraciones con otros profesionales.

Con esa intensidad, lo que se conoce como café o vermú torero es una oportunidad para que los amigos te sigan reconociendo y continuar disfrutando de la comida y de esas cosas agradables de la vida. El que David Rivas practica por Toro se desarrolla en la Plaza Mayor y en las calles del entorno. En uno de sus laterales, el más cercano a la colegiata, donde se escuchan los compases de Aqva, está La Esquina de Colás. Se ha convertido en un lugar de referencia para el tapeo de este saxofonista, que también lo es. En su terraza charlamos, mientras contemplamos las innumerables pizarras que destripan todo lo que puede salir de la cocina de Asun Campa Cadierno, y David desgrana porqué están ahí sus preferencias. «Es una taberna muy agradable, donde el trato es muy amable, donde hay un comedor moderno, te hacen las tostas al momento, lo cual se agradece, y puedes encontrar cosas diferentes», fruto de la mezcla de sangres y saberes de Asun, asturiana, Colás, toresano, y el hijo de ambos, David, cortador profesional de jamón. David, el músico, se decanta por un bacalao con una sutil salsa de champán, pulpo a la brasa con panceta ibérica y virutas de jamón, unas zamburiñas a la brasa, un foie con sal de vino tinto y la sardina ahumada con jamón y pan de cristal, una creación que ha conseguido tanta fama que les ha obligado a ofrecerla también en formato ración.

Tras La Esquina de Colás, se visita La Tinta, un local abierto hace unos meses, en la misma Plaza Mayor donde hay que probar las mollejas y los champiñones con una salsa enriquecida por el secreto familiar. Para bocados más rotundos, el Reyes Católicos, donde el vermú torero se pasa al café y, si hace el caso, incluso a una partida.

La costumbre está arraigada en Toro, sobre todo durante los meses de buen tiempo. «Toro se tira a la calle a la mínima», añade y desgrana una retahíla de fiestas que hacen que los toresanos tomen las calles y los bares: San Agustín, el carnaval, la fiesta de la vendimia, Semana Santa, las fiestas de quintos, San Antón…

Las comidas más formales, que también las hay, se desarrollan en ocasiones en la bodega Monte la Reina, donde David no duda en reclamar al chef la merluza rellena o el solomillo al punto. Y, si el tiempo apremia, en locales más castizos como el restaurante Catayo o el Castilla, donde la cocina casera y tradicional ha dado un paso hacia adelante y ofrece, por ejemplo, unas dignas codornices escabechadas.

¿Conservador en la mesa? «Me gusta probar pero no arriesgar», dice, entre otras razones porque es inflexible en no tirar comida y eso le hace «ser prudente a la hora de experimentar». También en sus composiciones es un poco de esa manera. El mismo reconoce que su música es «ágil, melódica y armónicamente bastante sencilla» para ser interpretada por una gran mayoría de agrupaciones, como deja reflejado en su página web. «No hay que olvidar que la mayor parte de las bandas de nuestros país son amateurs y creo que es bueno escribir música pensando en esos intérpretes, evidentemente de diferentes niveles, pues el ser amateur no está reñido con una buena técnica y calidad».

David Rivas es vital, entusiasta cuando habla de la música, agradecido cuando repasa este 2016 que todavía le reserva nuevos estrenos, capaz de disfrutar de la familia y los amigos pero también de los momentos de soledad que exige la composición y con la mente abierta para viajar cada vez que el destino así lo decide.

tracking