Diario de Valladolid

EL VERGEL (ÁVILA)

La riqueza de Roma

A caballo entre La Moraña y la Sierra de Ávila, la zona encierra ‘secretos’ que incluyen desde una villa romana a castillos o modestas iglesias que guardan en su interior sorprendentes tesoros

Sorprendente silueta del castillo de Narros de Saldueña, de planta cuadrada y con una gran torre del homenaje.-

Sorprendente silueta del castillo de Narros de Saldueña, de planta cuadrada y con una gran torre del homenaje.-

Publicado por
Antonio García

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Antes de salir fuera tendríamos conocer las riquezas que tenemos en nuestro propio entorno. Aunque ambas cosas no deberían resultar incompatibles, es cierto que lo más próximo no siempre es lo más conocido. Algo así sucede con una zona situada ‘a caballo’ entre La Moraña Baja abulense y la Sierra de Ávila, en el entorno de San Pedro del Arroyo, donde se encuentra la villa romana de El Vergel, aún en proceso de descubrimiento tras más de una decena de excavaciones arqueológicas.

En sus alrededores existen otro tipo de riquezas artísticas y patrimoniales que suelen pasar desapercibidas y que en este recorrido llamarán la atención por su espectacularidad, en unos casos, y por su calidad en otros. Son joyas escondidas que merece la pena sacar a la luz.

La primera parada se sitúa en la villa romana de El Vergel, junto al cementerio de la localidad de San Pedro del Arroyo, ubicada a unos 20 kilómetros al oeste de la capital abulense. Esta zona arqueológica constituye un reflejo de las diferentes ocupaciones humanas desde el siglo I d. C. hasta la actualidad. La escasa profundidad a la que se encontraban los restos facilitó el hallazgo de una villa que según los expertos, era mucho más que la buena casa de campo de un magnate romano, ya que en su entorno existía un sistema de explotación del medio ambiente que podría ofrecer interesante información acerca de cómo se explotaba la zona en esa época.

Entre las 37 estancias que han salido a la luz, una decena cuentan con pavimento de mosaico de una calidad extraordinaria desde el punto de vista técnico y artístico, varios de tipo figurativo. Entre ellos sobresale el de Meleagro, que en sus cerca de 100 metros cuadrados reproduce con gran precisión una escena de caza.

Aunque resaltan los elementos figurativos, en la escena también pueden verse importantes detalles de decoración geométrica con motivos de sogueados y entrelazados formando esvásticas, junto a otro tipo de motivos florales y ajedrezados. Todo ello realizado con teselas de diferentes colores, en un buen estado de conservación general.

Este es uno de los espacios más llamativos de los 3.500 metros cuadrados que han sido excavados desde el año 2005 en ese espacio cuyas raíces se encuentran en una explotación agraria del siglo I d. C., que después dio origen a la villa de El Vergel, cuya evolución a lo largo del Imperio Romano la transformó en villas señoriales en manos de élites sociales que construían grandes palacios campestres. Fue el caso de este conjunto arqueológico, convertido en una villa palaciega entre los siglos III y IV d. C.

A diferencia de otras villas romanas, El Vergel presenta una disposición de las estructuras con habitaciones internas en lugar de espacios diáfanos. A todos estos descubrimientos relacionados con la villa romana, se suman al hallazgo de un cementerio visigodo o de la Alta Edad Media, que cuenta con decenas de sarcófagos de granitos con ajuares y otros restos.

Pero en torno a esta villa, el visitante cuenta con otros atractivos que hacen de toda esta comarca abulense un lugar sorprendente. Uno de esos ejemplos se encuentra en el cercano municipio de Chamartín, donde se ubica el castro de La Mesa de Miranda, convertido en uno de los yacimientos más destacados de la provincia gracias, entre otras cosas, a su espectacular arquitectura defensiva. Desde su privilegiada situación se divisa buena parte de La Moraña y en la lejanía puede verse San Pedro del Arroyo.

Este castro conserva una muralla de 2,8 kilómetros, dividida en tres recintos con torres y bastiones que albergan en su interior 30 hectáreas. Entre los elementos más destacados, sobresalen los campos de piedras hincadas, para dificultar el acceso de los ejércitos enemigos que acudieran a lomos de sus caballos.

En la zona inmediata por el sur, se localiza la necrópolis de La Osera, donde centró fundamentalmente sus trabajos arqueológicos J. Cabré, quien excavó 2.230 tumbas, todas ellas de incineración. Algunas de ellas eran marcadas con túmulos de piedras.

Muy cerca de estas dos localidades, aunque más próxima de la provincia de Salamanca, pueden verse dos espectaculares castillos en los municipios de Narros de Saldueña y Rivilla de Barajas. En el casco urbano del primero se erige majestuosa una restaurada fortificación del siglo XV, levantada por Rodrigo de Valderrábano. De planta cuadrada y muros lisos hechos de ladrillo y tapial, en este castillo ahora de propiedad privada, cuenta con una gran torre del homenaje almenada de una de sus esquinas. En su interior sobresale su gran patrio, en torno al cual se distribuyen las estancias.

Más hacia la provincia charra puede contemplarse otra espectacular construcción defensiva situada en el municipio de Rivilla de Barajas: se trata del castillo de Castronuevo, levantado entre los siglos XV-XVI en medio de las grandes llanuras cerealistas y en la actualidad propiedad de la familia Alba. Construido a base de ladrillo, canto redondo y cal, esta fortificación de planta cuadrada cuenta con un destacado patio interior, un gran foso y potentes torreones cilíndricos, así como lienzos con grandes garitas.

Muy cerca de este castillo se encuentra la localidad de Fontiveros, patria chica de San Juan de la Cruz. Esta localidad puede verse la iglesia del patrón de los poetas de habla hispana, ubicada en el lugar que ocupaba la casa natal del místico. De finales del siglo XVII, su retablo mayor cuenta con imágenes de San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús, atribuidas al taller de Gregorio Fernández.

Pero entre lo más destacado de este pueblo figura la iglesia de San Cipriano (S. XIII-XVI), declarada Monumento Histórico Artístico en 1943 y considerada por algunos como una catedral, dadas sus dimensiones. De tres naves, este templo cuenta con un artesonado sobresaliente, así como con una capilla mayor, obra de Lucas Giraldo, que también realizó el campanario exterior.

Para finalizar el recorrido, hay que dirigirse más hacia la frontera con Salamanca para no perderse lo que esconde en su interior la iglesia de Santa María del Castillo, en la pequeña localidad de Flores de Ávila. Su retablo mayor, que sirvió como cartel de la edición que Las Edades del Hombre celebró en Ávila en 2004, es una obra renacentista del siglo XVI, comenzada en 1525.

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