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ELECCIONES HELENAS

La enorme deuda griega, un problema más allá del resultado electoral

Los analistas coinciden en que el futuro Gobierno no podrá hacer frente a los pagos

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EL PERIÓDICO / BARCELONA
Valladolid

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Independientemente del resultado de las elecciones legislativas del próximo domingo, los analistas estiman que la reducción de la colosal deuda griega, que ha llegado al 177,7% del PIB en 2014, deberá abordarse en los próximos meses, lo cual generará nuevas tensiones en la zona euro.

Alexis Tsipras, líder de Syriza, desea la reestructuración de parte de la deuda y el fin de la austeridad para Grecia, ante la alarma de las capitales de la UE.

ACREEDORES DE LA ZONA EURO

Atenas se nutre desde el 2010 de las transfusiones de sus acreedores internacionales, especialmente de los países de la zona euro, ya sea directa o indirectamente a través de los Fondos Europeos de Estabilidad Financiera (FEEF). Los acreedores se comprometieron a prestar 240.000 millones de euros a cambio de una estricta austeridad.

Diversas autoridades europeas han reiterado su voluntad de hacer respetar los compromisos adquiridos. Entre otros, el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, y el primer ministro finlandés, Alexander Stubb, se han opuesto explícitamente a la reestructuración.

Sin embargo, algunos economistas abogan por cierta flexibilización ya que "la deuda es tan elevada que el futuro Gobierno no tendrá capacidad de continuar reembolsándola", ha expresado Paul De Grauwe, profesor en la London School of Economics.

El Fondo Monetario Internacional ha reconocido que la viabilidad de la deuda es una fuente de inquietud, y como acreedor de Grecia ha exhortado a sus socios europeos a concederle a este país una flexibilización suplementaria. Pero a a la vez, la institución rechazar hacer lo mismo. Su directora general, Christine Lagarde, advirtió en una entrevista ofrecida este lunes al ‘Irish Times’ que "una deuda es una deuda, es un contrato. Faltar, reestructurar, cambiar sus condiciones tiene consecuencias en la confianza depositada en la firma de un país".

El Banco Central Europeo, que ha comprado parte de la deuda griega en el mercado, no tiene potestad legal para intervenir, según ha señalado uno de sus dirigentes, el francés Benoît Coeuré.

AÑOS DIFÍCILES

Los economistas del centro de estudios europeos Bruegel recuerdan que los europeos ya han hecho mucho, reduciendo los tipos de interés o alargando los plazos de los préstamos, que ya sobrepasan los 30 años de media.

Según Paul de Grauwe, sería un error rechazar una flexibilización de la deuda, porque eso "condenará a Grecia a años difíciles y dará alas a movimientos políticos extremistas", lo cual "perturbará fuertemente a la totalidad de la zona euro".

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