Diario de Valladolid

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La ingeniera al servicio de la robótica

Esta Doctora Ingeniera Industrial vallisoletana revoluciona el mundo de la robótica al servicio de la rehabilitación con la creación del primer exoesqueleto pediátrico del mundo, un trabajo por el que recibe el Premio Castilla y León de Investigación Científica y Técnica e Innovación

La vallisoletana Elena García Armada, Doctora en Ingeniera IndustrialE.M.

Publicado por
Maria Bausela

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Doctora Ingeniera Industrial por la Universidad Politécnica de Madrid, la vallisoletana Elena García Armada revoluciona el mundo de la robótica al servicio de la rehabilitación pediátrica. Desde pequeña siempre tuvo una curiosidad muy marcada por "entender cómo funcionaban las cosas", cuenta la ingeniera. "No era la típica niña que jugaba con muñecas; prefería los juguetes que me permitían construir cosas con piezas y me encantaba montar y desmontar todo lo que caía en mis manos. A pesar de mi debilidad por las bellas artes, he heredado de mis padres ese perfil más técnico y la inclinación por explorar y aprender de forma práctica. Más adelante, y gracias a mi tío, que era investigador en el CSIC, descubrí los robots y encontré una nueva herramienta que me permitía no solo interpretar la naturaleza, sino que podía crear una instancia mecánica de algo biológico y darle vida. Me pareció fascinante descubrir que algo aparentemente mecánico podía tener comportamientos tan complejos".

Tras formarse en centros de prestigio como el Massachusetts Institute of Technology (MIT) fue en 2007 cuando se incorporó a las escalas científicas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Actualmente, es la CEO de Marsi Bionics, una empresa spin-off del Centro de Automática y Robótica (CAR), centro mixto de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que fundó ella misma en 2013 para hacer llegar a la sociedad ATLAS, el primer exoesqueleto pediátrico del mundo.

"Marsi Bionics tiene su origen en Daniela, una niña que, tras un grave accidente de tráfico, perdió su capacidad de caminar. Junto a ella y sus padres, que no dudaron en buscar posibles soluciones para aplicar la robótica a su caso, iniciamos un camino que nos enfocó en el desarrollo de estos dispositivos robóticos para rehabilitación y en todas las posibilidades que este campo nos brinda".

"Por aquel entonces, yo me dedicaba principalmente a la robótica industrial, pero comencé a investigar porque sí que se había una incipiente tecnología de exoesqueletos para adultos, pero no existía nada dirigido a niños que, como Daniela, no podían caminar o mostraban serias dificultades en el patrón de la marcha. Así pudimos desarrollar el primer exoesqueleto pediátrico del mundo".

"Los exoesqueletos de marcha y ortesis activas son mecanismos robóticos con los que el usuario se ‘viste’ y que operan en paralelo con las propias piernas del usuario. Estos mecanismos son la perfecta integración entre humano y robot, en la que la máquina aporta al usuario aquellas capacidades físicas que la persona ha perdido o no ha adquirido y es una de las aplicaciones de la robótica próxima al transhumanismo".

"Ahora mismo el foco de mi trabajo está en la robótica aplicada a la rehabilitación de las enfermedades neurológicas. Uno de los grandes campos de trabajo, hoy en día, que está tomando un gran protagonismo en el mundo por su tremendo impacto social y económico. Gracias a la tecnología robótica podemos realizar movimientos repetitivos para la rehabilitación funcional.

Actualmente, está trabajando en el proyecto EXPLORER, un exoesqueleto de uso personal que han creado para que los pequeños y sus familias puedan integrarlo en su vida diaria y usarlo en exteriores. El pasado mes de febrero presentaron este prototipo que es fruto de la colaboración público-privada entre Marsi Bionics, el CSIC y los cuatro principales hospitales públicos de Madrid, con el apoyo del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades a través del PERTE para la Salud de Vanguardia.

Esta iniciativa "nace de la demanda de los propios niños que pedían utilizarlo en sus propios domicilios y nosotros hemos dedicado estos últimos dos años a hacer de esa petición comunitaria una realidad única".

El prototipo supone dar el paso trasladando la tecnología del ámbito clínico a entornos cotidianos, permitiendo que niños con movilidad reducida puedan caminar en casa, en el colegio o en la calle, abordando también otro aspecto clave como es el de su integración e inclusión social.

Sus exoesqueletos han demostrado beneficios en la rehabilitación de estos pequeños que han logrado mejorar la fuerza muscular, el tono y la estabilidad; han reducido la espasticidad; han visto incrementada su seguridad y confianza.

El ser humano está hecho para estar de pie y desplazarse caminando, "hablamos de la importancia de estar de pie tanto a nivel físico como emocional y social, algo que, en el caso de los niños que llevan en silla de ruedas casi toda su vida, es vital y que genera mejoras a nivel cardio respiratorio, muscular y gastrointestinal. Aunque lo realmente significativo es el cambio que se produce a nivel psicológico y de desarrollo personal porque ganan en confianza, motivación y sociabilidad".

"Algunos padres me han hablado también de ‘un despertar cognitivo’ que hace que estos pequeños, gracias a estar de pie, desarrollen una conexión con su entorno, interactúen con él como nunca había hecho antes y, lo más importante, participen de él de manera natural y activa en un contexto que les estimula y les permite seguir siendo niños", comenta la ingeniera.

"Hacer posible que esos pequeños puedan verse de pie, dar sus primeros pasos, interactuar y mirar el mundo a la misma altura que lo miramos nosotros supone un impacto muy relevante a nivel emocional y de desarrollo personal porque ganan en confianza, motivación y sociabilidad en una fase vital de desarrollo personal clave. Ser testigo de estas primeras veces y de la emoción de las familias me produce una sensación única muy reconfortante que le da sentido a todo el trabajo y dedicación que hay detrás".

"Estos argumentos son los que fortalecen mi compromiso de continuidad en este ámbito. La aplicación de la robótica a la marcha humana es un campo inmenso que nos brinda muchas posibilidades para transformar el paradigma de la atención a las personas que no tienen la capacidad de caminar, bien porque no la han tenido nunca o porque la han perdido. Y hay mucho margen de mejora porque el horizonte que se abre con la tecnología es muy fértil y realmente atractivo".

Debido a este trabajo que ha desarrollado desde hace años ha sido reconocida con el Premio Castilla y León de Investigación Científica y Técnica e Innovación 2024. "Siendo de Valladolid que mi tierra, Castilla y León, valore la ciencia no solo por sus avances, sino también por cómo transforma vidas me llena de orgullo. Es un paso hacia el progreso y ver como mi tierra, una vez más, apuesta por la calidad científica y su impacto social me emociona profundamente. Es importante la relevancia que tiene este premio, uno de los más relevantes a la investigación en el país, que ha premiado tantas trayectorias científicas, que ha tenido en cuenta el impacto real de la investigación, que lo ha puesto en valor y que habla muy bien del propio jurado. Me siento muy afortunada y agradecida de poder ser parte de su historia", expresa emocionada.

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