PERSONAJES ÚNICOS / MARÍA ISABEL JIMÉNEZ
La investigadora de la diabetes
Esta doctora en Farmacia y Bioquímica e investigadora de la Universidad Europea Miguel de Cervantes obtiene un accésit de los Premios de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Valladolid por su estudio que plantea una intervención comunitaria multidisciplinar en pacientes con diabetes de Castilla y León

María Isabel Jiménez Serranía, doctora en Farmacia y Bioquímica e investigadora de la Universidad Europea Miguel de Cervantes
La Real Academia de Medicina y Cirugía de Valladolid, que se sitúa como la segunda más antigua de España con su fundación en 1731, ha realizado como cada año la entrega de sus Premios destinados a la promoción de la investigación e innovación de la medicina, una ceremonia en la que ha recogido uno de los accésits la investigadora de la Universidad Europea Miguel de Cervantes (UEMC) de Valladolid María Isabel Jiménez Serranía. Licenciada en Farmacia y Bioquímica y Doctora Cum Laude por la Universidad de Salamanca (USAL), durante su etapa pre doctoral Jiménez Serranía trabajó como investigadora para el Departamento de Medicina Preventiva, Salud Pública y Microbiología médica de la USAL.
Tras obtener su doctorado realizó trabajos de investigación en el Centro de Estudios sobre la Seguridad de los Medicamentos (CESME-UVa), en el Servicio de Prestación Farmacéutica en la Dirección Técnica de Farmacia de la Gerencia Regional de Salud de la Junta de Castilla y León, así como desde la farmacia comunitaria.
Además, ha sido investigadora colaboradora en el Institut Universitari de Ciència i (IUCT) de Barcelona; en el Instituto de Salud Pública de la Universidad de Copenhague, Dinamarca, y en la División de Endocrinología y Metabolismo del Departamento de Medicina de la Universidad de Pittsburgh en Estados Unidos. Actualmente, se encuentra instalada en la UEMC, donde trabaja desde hace nueve años como Profesora Contratada Doctora Acreditada en el Departamento de Ciencias de la Salud.
«Mi labor docente se centra en impartir asignaturas transversales de fisiología, farmacología, bioquímica y nutrición para grados como el de Enfermería, Fisioterapia, o Nutrición humana y dietética», apunta la docente. En cuanto a su labor investigadora asegura que «siempre ha estado vinculada al ámbito de la Medicina preventiva y la Salud Pública, así como a la Farmacología, por lo que mis trabajos se encuadran dentro de los campos de la Farmacoepidemiología, la Farmacovigilancia y la Farmacogenética».
Algo que la llevó a situarse actualmente como directora y participante de diversos estudios desde el grupo de investigación estratégico ADViSE, especializado en el diseño y elaboración de estudios epidemiológicos y de salud pública en los que se analiza información sanitaria en muestras de población representativas con patologías agudas y crónicas. «Utilizamos técnicas de estadística descriptiva e inferencial, metaanálisis y minería de datos para identificar patrones de utilización de medicamentos y de consumo de alimentos y detectar señales de reacciones adversas a fármacos».
Su principal área de trabajo es la Farmacovigilancia, el estudio de las reacciones adversas de los medicamentos cuando ya han sido aprobados y están disponibles para su administración al público.
En esta fase, se continúa investigando la seguridad y eficacia de los medicamentos, y se buscan reacciones adversas o efectos secundarios que se puedan producir a largo plazo y que no se detectaron en las fases anteriores de ensayo de un fármaco.
«En mi caso, analizo bases de datos públicas y privadas a través de técnicas de minería de datos -redes neuronales, algoritmos…- con el objetivo de descubrir patrones, relaciones y tendencias ocultas en datos relacionados con la salud. Esto permite mejorar la atención al paciente, la investigación y la toma de decisiones».
Recientemente, ha estado trabajando en su investigación ‘Nutrición, tratamiento farmacológico y deporte: resultados de una intervención comunitaria multidisciplinar en pacientes con diabetes de Castilla y León’. Este «ha demostrado ser un ejemplo de cómo la colaboración interdisciplinar puede generar un impacto positivo en la salud pública».
«Se trata de un estudio-intervención que tenía como objetivo revelar las necesidades de información y formación de pacientes con diabetes en los tres grandes pilares básicos de su tratamiento multidisciplinar que, ineludiblemente, debe combinar una correcta nutrición, un uso racional y una adherencia terapéutica a sus medicamentos y una práctica adecuada de actividad física».
Su objetivo general era evaluar si la realización de una intervención comunitaria en la que se ofrezca información sobre hábitos alimentarios, uso correcto de los medicamentos y la práctica de ejercicio físico mejoraría la calidad de vida de los pacientes con diabetes.
«Quería demostrar que los pacientes pueden ayudar a ampliar el conocimiento de las enfermedades, porque generan requerimientos de información e investigación, y que deben ser un agente para considerar en cualquier mesa de trabajo en la que se debatan las necesidades de esta población. Darles este espacio de actuación les impulsa a tener un conocimiento específico tanto de su enfermedad como de su tratamiento y que ello redunde en una mejora de su calidad de vida; y, además, esto ayuda a que la ciencia avance».
Los resultados observados han sido una mejora pre-post intervención de conocimientos sobre hábitos alimentarios, uso de medicamentos y práctica de ejercicio físico en aquellos pacientes que asistieron a los talleres impartidos. «Los mejores resultados se observaron en el conocimiento adquirido en el tamaño y proporción de los grupos de alimentos, las estrategias para optimizar la compra y las interacciones de los medicamentos con alimentos o sustancias tóxicas. También se observó que el conocimiento sobre la práctica de los diferentes tipos de ejercicio físico y sus efectos sobre el control glucémico es el ámbito con mayor necesidad de mejora», incide. Debido a esto se ha hecho con uno de los accésits de los Premios de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Valladolid 2024. Una cita en la que la investigadora además fue condecorada con la distinción de Académico Corresponsal de la Academia.