Diario de Valladolid

Músculos vinculados con una vida más corta

Un estudio del Clínico revela que los ancianos con sarcopenia e infectados de la COVID-19 tienen un alto riesgo de mortalidad y presentan desnutrición / Se realizó un análisis transversal con 337 pacientes ingresados mayores de 65 años

sarcopenia

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Publicado por
Estibaliz Lera

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Dificultad para moverse, equilibrio trastocado y falta de fuerza son tres pistas claras de que detrás de una persona con cachava se esconde la sarcopenia. Firmas inequívocas de que la masa muscular se está degenerando y deja un rastro en forma de caderas y fémures rotos. Es verdad que esta afección se manifiesta en la vejez, si bien aparece mucho antes, incluso puede estar ligada a diferentes enfermedades.

Y es que los músculos no solo están ahí para que las personas puedan moverse, también desempeñan un papel clave en determinadas funciones metabólicas, como la regulación de la temperatura corporal, los niveles de glucosa o la reserva de proteínas del organismo. Por todo ello, tener un volumen de músculo bajo mínimos puede tener graves consecuencias. Y más, cuando se lucha cuerpo a cuerpo contra una infección como la COVID-19. 

No hay que olvidar que la sarcopenia es la disminución de la masa muscular y de funcionalidad que, además, es muy prevalente en mayores. Se relaciona con mayor número de caídas, fracturas, infecciones y estancias hospitalarias. Si a esta dolencia se suma la desnutrición relacionada con la enfermedad, ¿qué sucede?

Para resolver esta pregunta un equipo del Hospital Clínico Universitario de Valladolid ha realizado un estudio que ha evaluado el riesgo de desnutrición y sarcopenia en pacientes ancianos contagiados de coronavirus que ingresaban en el Edificio Rondilla, hospital de referencia de esta infección en Castilla y León. Y lo llevaron a cabo con la aplicación R-MAPP que, además, ganó un premio hace unos meses por ser una plataforma diferente a la hora de valorar a los enfermos de esta infección que puso en jaque al mundo. 

La principal conclusión de este trabajo, que se publicó en Annals of Nutrition and Metabolism, la revista con mayor impacto de nutrición clínica, es que los pacientes hospitalizados con riesgo de sarcopenia tienen un alto riesgo de mortalidad y presentan un mal estado nutricional, según expone Daniel de Luis Román, jefe del servicio de Endocrinología y Nutrición del Clínico. En total, se analizaron 337 pacientes mayores de 65 años que fueron hospitalizados en este centro. En concreto, indica que la media fue de 86 años con una distribución por sexos de 167 hombres (49,5%) y 170 mujeres (51,5%). «La mortalidad global fue del 24,03%».

En su opinión, es un estudio innovador porque durante las primeras olas pandémicas la escasez de profesionales sanitarios y la derivación de profesionales sanitarios del servicio de Endocrinología y Nutrición a los grupos de Atención Covid-19 impedía la actividad presencial habitual. Por ello, celebra que esta aplicación podría ser usada por parte de una enfermera para realizar una correcta evaluación nutricional. 

¿Cómo surgió y acabó librando batallas muy duras a pie de cama? De Luis Román relata que la ausencia de especialistas de endocrinología y nutrición para valorar a estos pacientes desde el punto de vista nutricional y con carácter presencial en un dispositivo sanitario fuera del centro de trabajo, como podría ser el Hospital Clínico Universitario de Valladolid, y la necesidad de realizar una intervención nutricional de calidad en estos pacientes de alto riesgo nutricional hizo que optaran por esta herramienta remota con la ayuda de una enfermera.

Aparte de este valor añadido, el también catedrático de Endocrinología y Nutrición de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid (UVa) afirma que el estudio es pionero porque la herramienta se diseñó de forma inicial para llevar a cabo una valoración en remoto en Atención Primaria. En su caso fue la primera vez que se utilizó a nivel hospitalario y con pacientes contagiados de coronavirus. 

Según el test MUST, los pacientes con 0 puntos tienen un riesgo nutricional bajo (n=50, 14,8%), 1 punto un riesgo nutricional medio (n=19, 5,6%) y 2 o más puntos un riesgo nutricional alto (n=268, 79,6%). El cuestionario para diagnosticar rápidamente la sarcopenia detecta pacientes con cuatro o más puntos como predictivos de sarcopenia (n=304, 80,2%) y <4 puntos sin predicción de sarcopenia (n=33, 9,8%). 

«La tasa de mortalidad se relacionó con la puntuación patológica del cuestionario simple para diagnosticar rápidamente la sarcopenia con ≥4 (27,1% vs 3,1%; p=0,01) y la puntuación MUST ≥2 (26,7% vs 16,4%; p=0,04). En el análisis de regresión logística, solo la puntuación del cuestionario simple para diagnosticar rápidamente la sarcopenia ≥4 permaneció como variable independiente relacionada con la mortalidad. La razón de posibilidades fue de 8,34 (IC del 95%: 1,1–63,8; p=0,04), ajustada por edad, sexo, niveles de albúmina y prueba MUST». 

La idea de Daniel de Luis Román es entender el uso de esta herramienta en diferentes niveles asistenciales para mejorar la atención nutricional en los pacientes con desnutrición relacionada con la enfermedad. El trabajo ha sido premiado por la Fundación Abbott, por tanto, agrega el catedrático de la UVa, es de alto interés sanitario. 

En este sentido, los expertos tienen claro que los pacientes hospitalizados por coronavirus son pacientes de riesgo por lo que la valoración y la intervención nutricional deben integrarse en su atención, tanto en la fase aguda de enfermedad en el ámbito hospitalario, ya sea en la UCI o en las unidades de agudos, como en la fase de seguimiento posterior, coordinado desde Atención Primaria o centros sociosanitarios. No obstante, la recuperación nutricional de estos enfermos tras el control del virus se extiende a lo largo de tres o seis meses.

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