Diario de Valladolid

PERSONAJES ÚNICOS / ANA PAYO

Trotamundos del medio ambiente

Esta ambientóloga y oceoanógrafa zamorana busca entender cómo las especies marinas van a hacer frente a los efectos del cambio climático / Fue Premio Extraordinario de Doctorado y recibió el galardón Manuel Martín Leal a la mejor profesional

Ana Payo, investigadora en ecología teórica en la Universidad de Aberdeen, en Escocia.-EL MUNDO

Ana Payo, investigadora en ecología teórica en la Universidad de Aberdeen, en Escocia.-EL MUNDO

Publicado por
Estibaliz Lera

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Pasó la mitad de su infancia jugando al frontón en la plaza de Bermillo de Sayago, en Zamora. La paciencia de sus padres y los «interminables veranos de dictados y cuadernos de Rubio» le ayudaron a acabar el instituto «contra todo pronóstico de la psicopedagoga del colegio que en un ejercicio de valentía se aventuró a decirles» que nunca lo acabaría. No solo superó esa etapa. Ana Payo llegó –y llega– a todos los lugares que se propone.

Es verdad, reconoce, que no le gustaba el instituto pero sí aprender. «No tenía muy claro qué estudiar. En realidad, tenía más claro lo que no quería que lo que sí. Me gustaba todo y no quería perderme nada. Así que, decidí, casi en el último momento, estudiar las dos carreras más interdisciplinares que encontré», explica la ambientóloga y oceanógrafa zamorana.

Se matriculó en Ciencias del Mar y Ciencias Ambientales, una licenciatura que tenía «un poco de todo»: física, matemáticas, biología... «Fue un brindis al sol, pero acerté. Disfruté y aprendí muchísimo», asegura muy emocionada. Durante estos años tuvo la oportunidad de visitar varios centros internacionales. Estuvo un año de Erasmus en Londres, participó en una campaña oceanográfica en el mar Báltico con la Universidad Estatal de Hidrometeorológica de San Petersburgo y el broche universitario lo puso en México, gracias a una beca de Bancaja.

Con el birrete recién estrenado se fue tres meses de voluntaria a un proyecto de conservación de tortugas marinas en Costa Rica, donde acabó trabajando durante seis meses. Regresó a España porque recibió una beca de la Fundación Iberdrola para hacer el máster en Gestión y Conservación de la Biodiversidad en la Universidad de Barcelona. También trabajó durante una temporada en el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid.

Entre tesoros en uno de los lugares de la historia natural más antiguos del mundo cambió su vida. Un nueva beca llamó a su puerta. Y ésta se abrió para el doctorado en el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados Imedea de la Universidad de las Islas Baleares. En ese tiempo tuvo la oportunidad de visitar el Instituto Africano de Ornitología Percy Fitzpatrick de la Universidad de Ciudad del Cabo y el Centro de Ecología Funcional y Evolutiva de Montpellier, en Francia. Ahora, Payo es investigadora en ecología teórica de la Universidad de Aberdeen, en Escocia. «La verdad es que he sido muy afortunada, gracias a mi carrera he podido viajar y visitar lugares que de otra manera no hubiera sido posible. Eso sí, tiene un precio, siempre estás lejos de casa».

En la actualidad, la investigadora zamorana trabaja en un proyecto que busca entender cómo las especies animales van a hacer frente a esos efectos del cambio climático. En concreto, se centra en comprender la manera en la que los procesos migratorios pueden ayudar a las poblaciones a mitigar los efectos de esta amenaza medioambiental. También colabora con el grupo de Ecología y Demografía Animal, del que forman parte Giacomo Traveccia, Ana Sanz-Aguilar y Manuel Igual, quienes investigan los efectos de las pesquerías y de las variables ambientales en las aves marinas.

Ana Payo admite que el cambio climático es «un reto» porque «pone en evidencia» la manera en la que los seres humanos se relacionan con el medio ambiente y cómo explotan los recursos que sostienen su forma de vida. A esto se suma, tal y como indica, que es una «realidad inminente» y a la que hay que hacer frente, ya que de las decisiones y acciones que se tomen ahora se van a definir los costes que la sociedad va a sufrir en el futuro. «Estamos a tiempo, pero necesitamos actuar ya. Es una oportunidad, puesto que podemos transformar nuestras economías a modelos más sostenibles tanto ambiental como socialmente. Podemos desarrollar modelos más equitativos y más justos», incide.

En su opinión, la «urgencia» de la situación empieza a calar en la vida social y política. Pone como ejemplo las «miles de personas» que se echan a la calle en huelga por el clima y la «multitud de administraciones públicas a nivel local, regional y nacional» que han decretado el estado de emergencia climática. «Vamos avanzando, lo que queda ahora es desarrollar e implementar de manera urgente el marco legal que va a regir la transformación que necesitamos», sostiene Payo.

La zamorana, que recibió el Premio Extraordinario de Doctorado y el galardón Manuel Martín Leal a la mejor profesional entregado por la UGT, no conoce en profundidad el tejido investigador de Castilla y León. No obstante, recuerda que la Asociación de Jóvenes Investigadores de la Universidad de Salamanca ha desarrollado una serie de medidas que serían «necesarias» para mejorar la situación.

En primer lugar, declara que debería actualizarse y reducirse las tasas aplicables a los estudiantes de doctorado de la Comunidad. En segundo, considera básico la «regulación, estandarización y desprecarización» de los contratos predoctorales en las universidades castellanas y leonesas. Además, aboga por la dotación de una convocatoria propia de contratos postdoctorales. Las dos últimas peticiones de esta asociación pasan por un aumento del presupuesto asignado a la dotación de plazas para la estabilización del personal investigador y el incremento de los fondos destinados a la I+D+i hasta un mínimo del 2% de los Presupuestos Generales de la Comunidad.

En este sentido, Payo expone que Castilla y León es «una comunidad ahogada por la despoblación». «Si queremos retener a la población joven, –continúa– tenemos que fomentar la investigación y la innovación como fuente de riqueza complementaria a los modelos tradicionales».

Respecto a la crisis climática, saca toda la energía y se muestra, por un lado, «orgullosa» al ver a las nuevas generaciones luchando por la tierra para «revertir» las decisiones que se han tomado en los últimos 50 años y, por otro, siente «vergüenza» de que el resto de la sociedad no esté «forzando el cambio» en la agencia política.

Para Payo, el «problema» se encuentra en cómo se define la innovación y el talento. «Uno de los temas más recurrentes en los paneles que deciden el rumbo de planes estratégicos de desarrollo y financiación científica es la excelencia». En esta línea, se pregunta si la excelencia es una buena medida de innovación y talento. «No es el único criterio. Cuando lo es, la investigación se convierte en algo exclusivo y elitista donde el grueso de la financiación es acaparado por unos pocos y que por norma general ya tienen acceso a una gran cantidad de recursos», lamenta para, a renglón seguido, puntualizar que mientras tanto el resto del sistema científico «se ahoga».

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