Diario de Valladolid

PERSONAJES ÚNICOS / JUAN CARLOS LÓPEZ

Reparador de vidas dañadas

El salmantino es jefe de Cirugía Reconstructiva Pediátrica y director del Centro de Anomalías Vasculares del hospital infantil La Paz de Madrid / Es el único europeo premiado con el Founder’s Award de la Lymphangiomatosis and Gorham Disease Association

El salmantino Juan Carlos López en las instalaciones del hospital infantil La Paz de Madrid.-EL MUNDO

El salmantino Juan Carlos López en las instalaciones del hospital infantil La Paz de Madrid.-EL MUNDO

Publicado por
Estibaliz Lera

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Por sus manos pasan niños con quemaduras importantes, pequeños con la piel hecha jirones y vidas con las carrocerías arrasadas. Juan Carlos López es uno de los mayores expertos en cirugía reconstructiva pediátrica. Nació en Salamanca y estudió Medicina gracias a su tío, un hombre que «abría cráneos» a jóvenes que se tiraban de cabeza a las charcas en las fincas del campo charro. Formó parte de la primera promoción de numerus clausus.

Terminó la carrera y se presentó al MIR. Sacó «un buen número», lo que le permitió elegir la especialidad. La cirugía cardíaca en Puerta de Hierro se dibujaba en el horizonte pero en el último momento se decantó por la cirugía pediátrica, un campo en el que había «muchas opciones» para trabajar y formarse en el extranjero. Eso era lo que quería López. Se marchó al hospital infantil La Paz de Madrid y de allí a varios centros de Estados Unidos. Conoció las unidades más modernas de quemados, regresó a la capital y empezó a tratar a niños. También se formó en cirugía reconstructiva del miembro superior.

Su siguiente paso fue la creación de la Unidad de Anomalías Vasculares Congénitas. Un libro que cayó en sus manos le permitió abrir la mente y poner nombre y apellidos a muchos trastornos que tenían dificultades de diagnosticar, clasificar y enfocar. Poco a poco fue adquiriendo más conocimiento y expandiéndolo por el hospital. Más tarde desarrolló más unidades por el resto del país. Sin dejar de lado, por supuesto, la investigación.

Uno de los proyectos más relevantes en los que ha trabajado el jefe de Cirugía Reconstructiva Pediátrica es en la búsqueda de un sustituto cutáneo para pacientes con epidermolisis bullosa, «una enfermedad terrible, la peor que existe sobre la faz de la tierra», que se caracteriza por la erupción de ampollas en la piel de forma espontánea o por traumatismos mínimos, en la que las manos se quedan como bolas, el esófago se estrecha y termina en cáncer de piel. La esperanza de vida no va más allá de los 35 años. En el ensayo clínico usaron queratinocitos cultivados del paciente con fibroblastos donados de paciente sano, en colaboración con John McGrath del St Thomas Hospital de Londres. Ahora ya han saltado un nivel y se encuentran en la terapia génica.

Otro trabajo que marcó un antes y un después giró alrededor del propranolol, un fármaco conocido desde 1958, cuya utilidad en hemangiomas fue descubierta por casualidad. Un hallazgo que hubo que corroborar con un ensayo clínico entre 15 hospitales pediátricos y 600 niños afectados. Y se hizo para que las dos agencias mundiales de referencia, FDA en USA y EMA en Europa, dieran el visto bueno al medicamento.

López celebra que sean el segundo centro mundial y el único de Europa en el estudio de anomalías linfáticas generalizadas. Por ello, reciben al mes a pacientes de todos los rincones del mundo. Llegan «los más graves y los que menos opciones terapéuticas tienen». En La Paz les revisan de manera gratuita y realizan los estudios inmunológicos, de laboratorio y genéticos correspondientes.

«Son enfermedades raras de las que hay 235 casos registrados en Estados Unidos. Nosotros tenemos 125 bajo control lo que nos permite destruir el gen que causa la mutación que origina la enfermedad», indica para, a renglón seguido, comentar que hace dos meses han sido portada de una de las revistas más importantes de su campo, Journal of Experimental Medicine. Y lo han sido porque trabajan «codo con codo» con la Universidad de Dallas. «Ellos tienen el modelo animal y nosotros la experiencia. Seguimos trabajando en nuevas anomalías vasculares que no están reconocidas o que no tienen tratamiento en la actualidad», especifica el salmantino.

Son 33 años «de trabajo intenso y apasionado» que arrancan a las siete de la mañana y no terminan hasta pasada la medianoche. A los casos que llegan a su consulta se suman todos aquellos que le mandan colegas de todo el mundo a través de correos electrónicos, llamadas o mensajes de texto. «El teléfono suena 100 veces al día. No tengo WhatsApp porque si no colapsaría», reconoce Juan Carlos López, quien añade que en 15 años estará jubilado y tiene que crear un equipo en el que «depositar» el conocimiento aprendido.

Por sus manos han pasado más de 16.000 niños. «He llorado porque he apostado por pacientes que pensaba que no se iban a morir y me han llamado los padres para decirme que se habían muerto. Otras veces sucede lo contrario», cuenta. Uno de los casos que vienen a su mente es el de un paciente en Hong Kong al que cuidaron durante muchos meses hasta que no se pudo hacer nada más por él. Su familia donó y dona cada año dinero para investigar la enfermedad por la que falleció.

Un gesto de humanidad que hace que este equipo de La Paz pueda seguir investigando. De hecho, según expone el doctor López, el 80% de los trabajos que llevan a cabo sale adelante gracias a donaciones de pacientes extranjeros. En este sentido, comenta que la investigación y la innovación en España no avanzan todo lo rápido que deberían porque «falla» la educación. «En Estados Unidos la gente dona, no quiere tener dinero en fondos de inversión, mientras que en nuestro país no existe el mecenazgo, esa cultura y ser solidarios salvando vidas desde la investigación. Hay que sensibilizar a la sociedad porque si el Estado no puede que lo hagan las personas».

El salmantino presume de los jóvenes que cada año eligen Medicina a sabiendas de que su salario va a ser «muy bajo». Lo hacen por «vocación y pasión». Son «mentes brillantes» a las que se les exige «una matrícula de honor» para entrar en una carrera con «expectativas económicas penosas». Y aún así dan lo mejor de sí mismos para seguir avanzando. Un avance que se frena en seco, tal y como explica, a la hora de hablar de sanidad. Sostiene que España es «el único país de Europa» que tiene hospitales públicos y privados. En el resto de lugares la diferencia radica en el seguro médico.

«Esta dicotomía que se ha establecido es nociva para el sistema», apunta Juan Carlos López antes de subrayar que politizar la sanidad es «un error», ya que en esta situación se «escupen» datos de listas de espera que están «muy lejos» de los conceptos que manejan los médicos. «En la actualidad está causando un desfase en los niveles de atención y esperamos que todo esto se pueda corregir».

En su opinión, la sanidad debe dejarse en manos de los profesionales sanitarios y «no poner palos en las ruedas». Sabe de lo que habla. Es un experto en cirugía reconstructiva infantil y el único europeo premiado con el Founder’s Award de la Lymphangiomatosis and Gorham Disease Association. Por sus manos pasan niños quemados, con enfermedades raras y violados. Por desgracia también amputa. Historias con final feliz y otras no tanto que nunca olvidará. Están ahí. En sus manos.

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