Diario de Valladolid

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La voz que alerta de los golpes a través del móvil

Un equipo de la UVA firma una aplicación para ayudar a las víctimas de violencia machista / Establece dos grados de alarma en función de la gravedad de la situación que se está produciendo

Susana Núñez e Iris Elena Muñoz muestran sus móviles en los alrededores de la Facultad de Comercio de Valladolid.-J. M. LOSTAU

Susana Núñez e Iris Elena Muñoz muestran sus móviles en los alrededores de la Facultad de Comercio de Valladolid.-J. M. LOSTAU

Publicado por
Estibaliz Lera

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La violencia machista protagoniza en demasiadas ocasiones los informativos. Golpea la actualidad y sesga vidas. Pero detrás de ese desenlace hay silencios, relaciones tóxicas, gritos, faltas de respeto, golpes...Malos tratos físicos y psíquicos que entierran el día a día de las víctimas. Y es que las palizas impregnan todo y se insertan como una parte macabra de la actualidad de una familia con apariencia saludable. Infiernos que duran años por el miedo a denunciar.

En este sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) manifiesta que el 30% de las mujeres que han mantenido una relación sentimental ha sido víctima de violencia física y sexual por parte de su pareja. De hecho, sólo en España se registran más de 1.000 muertes por violencia machista desde que el Gobierno comenzó a contabilizar estos datos en 2003.

Queda mucho camino por recorrer. Es verdad que se ha avanzado en legislación, pero falta presupuesto, formación y empatía por parte de la sociedad. Hasta que las víctimas no pasen a ser agentes sociales de cambio no se podrá exterminar esta lacra que golpea con toda su virulencia. Acabar con ella fue el reto que dio lugar a la semilla de proyecto Stop Violence durante la séptima edición de HackForGood Valladolid.

Un equipo de la Universidad de Valladolid (UVA) propuso el desarrollo de una aplicación que permita detener la agresión en el mismo momento en el que se está produciendo mediante diferentes acciones. Establece dos grados de alarma en función de la gravedad y se basa en una secuencia de palabras que si se repiten con un tono o frecuencia determinada activa en el teléfono uno de los niveles de alerta.

En la situación más leve, explica Susana Núñez, técnico en innovación de la Fundación General de la Universidad de Valladolid, se envía uno o varios mensajes a los números de teléfono previamente introducidos por el usuario en la app informando de la situación de la posible víctima para que acudan a su domicilio o la llamen porque la persona se siente en peligro. Además, añade la estudiante de Ingeniería de Organización Industrial Iris Elena Muñoz, se realizaría una llamada al contacto principal introducido y se reproduciría una locución con la misma información.

Al otro extremo de la balanza se sitúa la alarma grave. El programador informático Vilian Severinov comenta que en este caso se activa una llamada en primer lugar al 112 con una grabación que identifica a la víctima y dice que está siendo maltratada. Los servicios de emergencia al ser una llamada ven la ubicación de la persona que llama. A esto se une el envío de un mensaje y en el caso de que la víctima hubiese identificado previamente al presunto agresor e introducido su teléfono en la aplicación, se lanza una llamada vacía, sin contenido, desde el teléfono del agredido al teléfono del agresor de la que no queda rastro con la intención de disuadir o cortar la situación de violencia.

Este equipo propone, además, la vinculación de la aplicación a una pulsera de actividad STOPViBand para mejorar la captación del sonido y asegurar la viabilidad económica del proyecto puesto que se pretende que la app sea gratuita.

Núñez comenta que la innovación de esta iniciativa reside en su aspecto oculto en el menú del móvil. Su apariencia puede ser el icono del tiempo, de música, etc. por lo que «si el teléfono es intervenido por otra persona, el programa pasa desapercibido», indica Muñoz para, más tarde, subrayar que en la actualidad no existe ningún mecanismo que intente detener el momento de la agresión. «Con la llamada que se lanza al agresor, puede que esa situación se corte ante la insistencia del tono del teléfono. Además, si esa persona está siendo agredida no ha podido avisar a emergencias, familiares... La aplicación lo está haciendo por ella», argumenta Severinov, quien matiza que los datos no saldrían fuera del teléfono ni se almacenarían en ningún servidor, ya que se eliminarían cada pocos minutos si la secuencia de palabras no se ha producido.

Sus creadores sostienen que las principales ventajas son la discreción y la rapidez. «Su aspecto oculto permitiría el camuflaje de la aplicación entre las otras muchas que ocupan nuestros móviles, de forma que no sea aparentemente visible al manipular el teléfono», consideran Iris Elena Muñoz, Susana Núñez y Vilian Severinov, quienes exponen que el envío automático de la información permite «un gran ahorro» de tiempo a la hora de alertar de la situación, ya que la víctima no necesita descuidar su huida o defensa –dejar de correr o parar a defenderse– para escribir un mensaje o realizar una llamada telefónica pidiendo ayuda. Esto permite, por tanto, informar de la situación de peligro del usuario a un gran número de personas «en un breve periodo de tiempo», maximizando las opciones de que reciba ayuda. De igual forma, señalan que gracias la discreción de la aplicación el agresor no percibiría que la víctima está pidiendo socorro, lo cual evitaría que la culpabilizara por ello y empeorase la realidad.

El equipo que se encuentra detrás de este aliado para combatir la violencia machista se formó en el hackatón celebrado por la Cátedra Telefónica de la Universidad de Valladolid. La idea, rememoran, surgió «rápidamente» ya que los tres miembros tenían claro que querían abordar uno de los temas «más problemáticos y recurrentes» en la sociedad.

En la actualidad ya existe una versión alfa de la aplicación que permite el envío de mensajes y llamadas de forma automática y discreta a través de la misma. Sin embargo, dicen que todavía no tienen implementada la función principal del reconocimiento de voz. Para llevar a cabo una versión beta funcional sería necesario invertir «bastante tiempo» de investigación y contar con financiación. Todavía no tienen claro si continuarán con esta senda iniciada pero están a la espera de poder participar en el HackForGood Madrid para poder representar a Valladolid y tal vez alzarse con el premio nacional.

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