Diario de Valladolid

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La artista vallisoletana de los videojuegos

Sara Miguel forma parte del equipo que ideó ‘Intruders: Hide and Seek’ de PlayStation / Reconoce que la mayor dificultad del proyecto fue la realidad virtual, una tecnología «novata» que contaba «con poca información»

La vallisoletana Sara Miguel forma parte del desarrollo de un videojuego de PlayStation.-EL MUNDO

La vallisoletana Sara Miguel forma parte del desarrollo de un videojuego de PlayStation.-EL MUNDO

Publicado por
Estibaliz Lera

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Primero se ve, más tarde se piensa en él y, por último, se comprende. En menos de 30 segundos envuelve al jugador en una atmósfera de misterio y psicología. Un niño de 13 años llamado Ben tiene que salvar a su familia de la peor noche de sus vidas. Tres intrusos con personalidades bastante peculiares irrumpen en la casa y retienen a sus padres. El protagonista consigue librarse. Poco a poco se va descubriendo que toda esa acción es más que un simple secuestro. Se desvela el motivo del allanamiento. Y todo eso con la sensación de estar metido de verdad en la casa, gracias a la realidad virtual. Intruders: Hide and Seek es el primer videojuego de la compañía española Tessera Studios, en exclusiva para PlayStation.

Dentro de ese gran equipo de emprendedores se encuentra Sara Miguel, una vallisoletana, natural de La Cistérniga, que firma como Game Artist del proyecto. Desde siempre se ha interesado por la ilustración y las artes, por lo que tras cursar sus estudios de bachillerato artístico en el instituto Delicias, se fue a hacer la carrera de diseño gráfico a la Universidad del País Vasco. Terminó y se matriculó en un máster de arte y diseño de videojuegos en el Centro Universitario de Tecnología y Arte Digital de Madrid. Allí, rodeada de talento, surgió el primer prototipo y comenzó a formarse como artista de videojuegos.

Intruders nació como parte de un proyecto de fin de máster en el año 2016. Los profesores juntaron a los alumnos de los posgrados de arte, diseño y programación. Salieron varios grupos, entre ellos el que más tarde sería su segunda casa, Tessera Studios. Barajaron varias ideas, una de ellas realizar el videojuego en realidad virtual pero, tal y como admite, en un principio se desechó. Las dudas se apoderaron de ellos y ese campo parecía «inaccesible», sin embargo, «tras unas cañas» ya no les parecía tan mala idea. «El centro nos apoyó mucho con esta decisión», apunta Miguel, antes de añadir que el hecho de estar en un entorno universitario favorecía poder desarrollar ideas más arriesgadas y viendo el auge de esta tecnología se acabaron «lanzando a la piscina». Ahora, desde otra perspectiva, están «contentos» de la decisión que tomaron. No obstante, el camino les ha dado «muchos dolores de cabeza».

En este sentido, explica que la mayor dificultad del proyecto fue la realidad virtual. Por aquel entonces era una tecnología «novata» sobre la que se tenía «poca información» y «no contaba con gurús». No sólo tuvieron que desarrollar el juego, también aprendieron a experimentar con la realidad virtual. «Desarrollar un juego para PlayStation tiene sus limitaciones frente a un ordenador de sobremesa, pero si le sumas la realidad virtual...». Dejando de lado la parte técnica, la vallisoletana se tuvo que enfrentar «a la ardua tarea» de crear una empresa. De hecho, reconoce que estos tres años les han servido para «hacer» un máster de empresa. Y es que tuvieron que montar una sociedad por su cuenta, hablar con abogados, hacer negocios con inversores, publishers, patentes... «Todo eso sin dejar de lado un desarrollo tan ambicioso como lo es Intruders», puntualiza.

Está feliz de formar parte de esta experiencia, ya que «no todo desarrollador puede decir que tiene un juego en la plataforma de PlayStation; no es nada fácil». Una carrera de fondo en la que se ha visto «obligada» a hacer junto a sus compañeros jornadas de trabajo muy largas para poder sacar adelante este juego, eso sin contar que ha sido un proyecto financiado por ellos mismos, prácticamente a base de ilusión. El resultado ha sido «muy positivo».

Han expuso su juego en ferias tanto nacionales como internacionales. Además, no sólo está disponible en formato digital sino también en formato físico para PS4 gracias a un acuerdo con la empresa alemana Daedalic. También han sentido cinco veces la adrenalina de recoger un premio en un escenario. Hace unas semanas, por ejemplo, asistieron por segunda vez al festival SXSW de Texas, la feria más importante de música, cine y videojuegos. Estar nominados «ya era un premio», así que la emoción fue «enorme» cuando fueron los galardonados en su categoría.

Durante el desarrollo, relata Sara Miguel, han contado con la colaboración de Xabi San Martín, teclista y compositor de La Oreja de Van Gogh, que compuso la banda sonora del videojuego. «Estamos muy orgullosos. No sólo fue una buena experiencia poder contar con él, sino que puedo decir que he hecho un colega más». Un paso hacia adelante al que se sumaron muchos más. Optar por la realidad virtual, aunque fue «complicado», supuso adelantarse a su tiempo y apostar por «una tecnología emergente», no sólo en videojuegos, también en arquitectura, medicina y turismo, que les hizo posicionarse en el mercado y convertir su pasatiempo en una posibilidad de futuro.

Intruders: Hide and Seek es un juego «no apto para todos los públicos», dice Miguel, porque «se pasa mucho miedo». Lo mejor, añade, es jugarlo con realidad virtual, ya que es más inmersivo. «Hemos sufrido bastante con esta plataforma así que hay que aprovecharla pero se puede jugar sin realidad virtual en PlayStation 4», manifiesta entre risas. En esta línea, celebra que el proyecto sea más una película que un juego. «Lo poco que habíamos visto hasta ese momento en realidad virtual eran pequeñas experiencias o juegos en los que el jugador se mantenía como un mero espectador pegando tiros, pero sin moverse del sitio, o si lo hacía era por medio de teletransporte», expone para, más tarde, añadir que la idea del equipo era apostar por un juego con desplazamiento, que, aunque sí que es verdad que la gente al principio era «un poco más reticente» por los posibles mareos que esto podía causar, luego las opiniones han sido «muy buenas». Conscientes de las limitaciones, optaron por un desplazamiento más «tranquilo» y una historia de «alta carga narrativa» en la que predomina el sigilo.

El videojuego está doblado en inglés y español, pero está subtitulado en alemán, italiano, portugués y francés. De lo que «más orgullosos» están, según afirma, es de haber contado con voces como la de Miguel Ángel Jenner que pone voz al intruso más imponente y con Artur Palomo, actor de doblaje de Jeff Fischer en American Dad, que pone voz al intruso portada del juego. Se puede adquirir en cualquier parte del mundo en formato digital en la PlayStation Store, donde en Europa ahora cuenta con un 20% de descuento.

De momento no manejan cifras de ventas. Por ahora solamente puede fijarse en las opiniones de la gente que en general han sido «bastante positivas». Su hoja de ruta pasa por seguir apostando por los videojuegos. Saben que los comienzos no son fáciles, pero ilusión les sobra. Los siguientes pasos serán desarrollar nuevos proyectos. Si no fuera posible, se esconden un as bajo la manga: «una buena carta de presentación» para trabajar en el desarrollo de videojuegos en otras empresas. Su talento está más que avalado. Cuentan con el premio al Mejor Juego Para la Prensa y el premio al Mejor Juego 2016 en la gala de los PlayStation Awards.

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