Diario de Valladolid

LEÓN

Apellidos del cáncer de colon que buscan dianas terapéuticas

Científicos de la ULE participan en un estudio internacional que ha identificado 11 nuevas variantes genéticas de esta patología que en España afecta a 35.000 personas cada año / Un paso que ayudará a entender cómo se produce este tumor maligno.

Antonio José Molina, Verónica Dávila, Vicente Martín, Tania Fernández, Lidia García y Laura Vilorio en las instalaciones de la Universidad de León.-EL MUNDO

Antonio José Molina, Verónica Dávila, Vicente Martín, Tania Fernández, Lidia García y Laura Vilorio en las instalaciones de la Universidad de León.-EL MUNDO

Publicado por
Estibaliz Lera

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Es el primero en incidencia y el segundo en mortalidad. Sin embargo, el cáncer de colon es un tumor que se puede curar en el 90% de los casos si se detecta en estadios precoces. En España equivale a salvar 3.600 vidas, ya que cada año se diagnostican 35.000 nuevos casos. El porcentaje de supervivencia a los cinco años está en torno al 60-65%. Para intentar cazarlo a tiempo está el programa de cribado poblacional. Una herramienta efectiva basada en un test de la sangre oculta en heces. Una prueba económica, sencilla y capaz de identificar lesiones que con el tiempo se pueden convertir en malignas.

A la prevención se suma la genética. Esa huella dactilar que en ocasiones activa la enfermedad por su naturaleza. No lo busca simplemente lo hace. Por tanto, es clave que los científicos identifiquen aquellas variantes genéticas asociadas a este tipo de cáncer. Se conocían 70 pero desde hace dos semanas se han sumado 11 más gracias a un estudio internacional publicado en la revista Journal of the National Cancer Institute, en el que ha participado el grupo de investigación Gen-Ambiente y Salud de la Universidad de León (ULE).

El trabajo ha incluido a cerca de 80.000 personas y más de cuatro millones de secuencias de ADN. Información clínica, genética y epidemiológica que, como explica Vicente Martín, coordinador del equipo leonés, no va a suponer una mejoría del tratamiento a corto plazo pero sí que aporta «información relevante» para ir caminando hacia la estratificación del riesgo. «Ofrece datos individualizados y más precisos a las personas para que estén más motivadas en los cambios de estilos de vida y en la realización del cribado de cáncer colorrectal». Además, añade, va a ser de interés para entender su evolución y pronóstico, así como la búsqueda de dianas terapéuticas.

Esta enfermedad avanza por etapas en la medida que se van acumulando mutaciones. «Sus causas son debidas a interacciones entre factores ambientales, fundamentalmente ligados al estilo de vida como la dieta y el sedentarismo, y factores genéticos», precisa para, a renglón seguido, exponer que los resultados del estudio incrementan el riesgo explicado de cáncer colorrectal en las personas con antecedentes familiares en un 14,7%. No obstante, asegura que todavía queda «mucho camino por recorrer» hasta conseguir el 35% que es el riesgo genético debido a los antecedentes familiares.

Un «pequeño paso» muy necesario en el que han participado muchos grupos de investigación de Europa, Norteamérica y Australia. En su caso la contribución ha sido posible gracias a la colaboración con más de 400 pacientes y 400 controles de los servicios de Cirugía, Anatomía Patológica y Oncología del Complejo Asistencial Universitario de León.

Martín insiste en que los tumores no obedecen a una única mutación genética. «Es un proceso multicausal y poligénico y en el caso del cáncer colorrectal más todavía», sostiene. Por esta razón, no recomienda los análisis que determinan qué personas tienen determinadas variedades genéticas, si bien en la medida en que sean más baratas las determinaciones y se cuente con evidencia científica van a irse incorporando en la práctica diaria. «Sobre todo servirán para dar una información más personalizada y precisa a cada persona de manera individual», detalla.

En esta línea, expone que el cáncer colorrectal es un tumor en el que las interacciones genéticas y ambientales juegan «un papel relevante» en su aparición, desarrollo y pronóstico. «Los estudios conocidos como Genomewide Association Studies (GWAS) están siendo muy útiles a la hora de identificar variaciones en regiones reguladoras y otros lugares específicos del cromosoma que están contribuyendo a cuantificar el riesgo para el desarrollo del cáncer de colon», expresa el coordinador del grupo de investigación de la Universidad de León.

Llevan ya trabajando en este tema 10 años y ahora es cuando están empezando a publicar. Su idea es seguir investigando en las interacciones entre los genes, el ambiente y este tumor en colaboraciones con consorcios internacionales. Afirma que también van a estudiar factores pronósticos, es decir, qué tratamientos son mejores en función de las variantes genéticas de los pacientes. Para este proyecto cuentan con financiación del Instituto de Salud Carlos III y de la Junta de Castilla y León.

El cáncer colorrectal no es su única preocupación. Desde 2016 junto con la Gerencia de Atención Primaria participan en un ensayo multicéntrico, que se lleva a cabo en hombres de entre 55 y 75 años, y mujeres comprendidas entre 60 y 75 años, con un índice de masa corporal mayor o igual a 27 y por debajo de 40 kg/m2, y síndrome metabólico. Se dividieron en dos grupos. En el primero se aborda la prevención cardiovascular con una dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva extra y frutos secos, sin restricción calórica ni programa de actividad física ni objetivos de pérdida de peso. Al segundo, además de una intervención de pérdida de peso con dieta mediterránea hipocalórica suplementada con aceite de oliva y frutos secos, se añade una restricción calórica, y un estilo de vida con actividad física de 45 minutos de caminar al día.

Ambas opciones están dirigidas a reducir el riesgo de padecer infarto de miocardio, derrames cerebrales o muertes cardiovasculares. En el proyecto participan una veintena de universidades y centros de salud de Navarra, Cataluña, Andalucía, Comunidad Valenciana, País Vasco, Madrid, Baleares y Canarias. Hasta 2020, colaborarán, además de León, otros 23 nodos que reclutarán un total de 6.000 pacientes, divididos en grupos de 3.000 usuarios.

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