El educador de las empresas

Cocina las recetas para lograr el éxito empresarial. No es un chef al uso, en su cocina no hay carnes, pescados, especias, aceite, sal, pimienta, frutas o verduras; en su particular lugar de trabajo se cuecen ideas a fuego lento, siempre ancladas al conocimiento. Estructuras preparadas para hacer frente a situaciones inimaginables. José Manuel Pérez nació en A Coruña, en la zona de la ciudad cercana al faro de la Torre de Hércules. Estudió Ingeniería Industrial en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Bilbao, atraído por la ciencia, las matemáticas y la física, pero también por el interés que le despertó uno de sus profesores durante el bachillerato en los Salesianos.

Tras finalizar los estudios superiores, recibió una oferta de una multinacional americana para recibir un año completo de formación adicional en varios centros de producción, lo que permitió al gallego conocer otras zonas como Escocia, Portugal, Estados Unidos o Bélgica. Además de crecer como profesional, siguió ampliando sus estudios. Se matriculó en la Universidad de Georgia en la que realizó, entre otros, estudios de antropología y, más tarde, se especializó en materias relacionadas con la economía, la dirección de empresas, el pensamiento sistémico y las nuevas tecnologías de la información y la comunicación para la dirección estratégica de todo tipo de organizaciones.

Pasos que se complementaron con estancias en múltiples universidades del mundo. Tal vez, recuerda Pérez, la estancia más interesante fue el periodo sabático que le concedió la Universidad de Valladolid (UVA), donde trabaja como catedrático de Organización de Empresas, y que pasó en la Universidad de San Gallen, en Suiza, como profesor invitado en el Instituto de Empresa.

Su día a día está encaminado a realizar proyectos estratégicos que buscan, en primer lugar, diseñar estructuras de las organizaciones o diagnosticarlas si ya existen desde el punto de la viabilidad; en segundo, explorar su comportamiento dinámico ante los diferentes escenarios concebibles por los responsables de tomar las decisiones. Dos metas a las que se suman otras dos: ayudar a las industrias a estudiar problemas complejos a los que se enfrentan de modo que puedan compartir el conocimiento individual que tienen sobre ellos e incrementar esa sabiduría mediante la fertilización cruzada y generación de sinergias a partir del conocimiento individual y grupos, y difundir este conocimiento metodológico y de aplicación tanto en los ámbitos académicos como en la sociedad.

Cada uno de los trabajos, según expone el catedrático, tiene el propósito de contribuir a la innovación, una de las «claves fundamentales» para lograr una verdadera ventaja competitiva sostenible. A la investigación y la docencia suma su otra gran pasión, la guitarra clásica. Un particular despertador con el que recarga pilas antes de comenzar su jornada laboral.

Un currículo plagado de éxitos que le ha llevado a convertirse en miembro de la Academia Internacional de Sistemas y Ciencias Cibernéticas, una institución que distingue a las personalidades más relevantes del mundo dedicadas a investigar y aplicar distintos enfoques para estudiar los problemas que afectan a la humanidad. Tiene más de 80 publicaciones en revistas, capítulos de libros y congresos. También ha ostentado el cargo de director del Área de Relaciones Internacionales de 2000 a 2006. Durante ese período participó en la creación del Grupo Tordesillas, formado por 45 de las universidades más relevantes de Brasil, Portugal y España.

Para José Manuel Pérez, la inversión en investigación e innovación en Castilla y León está «en la linea de mediocridad» de España. «Es verdad que la crisis económica afectó muy gravemente a la disponibilidad de recursos, pero, así como otros países como Alemania o Inglaterra en vez de reducir la inversión en I+D, como lo hizo España, lo que hicieron fue aumentarla», expone para, más tarde, comentar que esta circunstancia permitirá a estos países disfrutar «de una ventaja competitiva» en relación al resto.

Respecto al nivel de investigación en las universidades de la Comunidad, señala que está mejorando. Por citar el caso de la Universidad de Valladolid detalla que, si se toma la generación de patentes como uno de los indicadores de calidad y utilidad, la UVA es la primera de la región, ya que concentra el 43,8% de las patentes generadas por todas las universidades públicas. Además, según los datos de la Oficina Española de Patentes y Marcas, en 2015 la institución vallisoletana fue la séptima del país con 22 solicitudes de patentes presentadas. «Se trata de una posición que da una imagen bastante más brillante de la UVA que otro tipo de indicadores».

Estos resultados, en su opinión, son fruto de la existencia de buenos grupos de investigación como, por ejemplo, el grupo de Caracterización de Materiales y Dispositivos Electrónicos que lidera Salvador Dueñas, o el grupo de Modelización, Biomecánica y Visualización Avanzada del Patrimonio que coordina el profesor Diego Llanos. Otro equipo destacado en el ámbito de los sistemas sociales es el pilotado por Adolfo López, que fue pionero en la introducción de metodologías y enfoques novedosos, como el modelado basado en agentes o la cibernética organizacional para el estudio de sistemas complejos, así como el desarrollo de herramientas para el diagnóstico y diseño de organizaciones viables.

El catedrático de Organización de Empresas sostiene que las administraciones públicas «no trabajan excesivamente» para que Castilla y León sea puntera. «Es cierto que hay una dificultad para lograr la transferencia de la investigación desde la universidad a las empresas, pero seguramente algunas modificaciones podrían ir cambiando esta situación», afirma antes de dejar claro que «el escaso valor» que se otorgaba hasta ahora a la investigación aplicada y generación de patentes frente a los artículos científicos hacía que los investigadores respondiesen a esa estructura de prioridades.

De tal palo, tal astilla o de tal astilla, tal palo. José Manuel Pérez es el padre de Alexandre Pérez, personaje único de la última edición de los premios INNOVADORES por su brillante carrera y su afán tecnológico. Dos talentos con rumbos distintos pero una mirada crítica fundamental para abrirse paso en la sociedad.