Diario de Valladolid

PERSONAJES ÚNICOS / JORGE MOZO

El Pitágoras de los desfavorecidos

Es responsable científico del Centro Internacional de Matemáticas de la Unesco / Trabaja en la geometría de las ecuaciones diferenciales / Dentro de la cooperación internacional colabora con centros de Guatemala y El Salvador para impulsar allí programas de maestría y doctorado.

Jorge Mozo, profesor del departamento de Álgebra, Análisis Matemático, Geometría y Topología, en las instalaciones de la Universidad de Valladolid.-J. M. LOSTAU

Jorge Mozo, profesor del departamento de Álgebra, Análisis Matemático, Geometría y Topología, en las instalaciones de la Universidad de Valladolid.-J. M. LOSTAU

Publicado por
Estibaliz Lera

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Libra numerosas batallas en favor de los números. Vela por la educación en lugares donde sus gentes se abren paso para crear un mundo mejor. A Jorge Mozo no se le rinde fácilmente. Es un combatiente con un arma muy especial: las matemáticas. Son sus fieles compañeras de viaje. Un viaje que se empezó a preparar en la niñez. Sin saberlo.

«Desde niño me gustó mucho esta disciplina, aunque en aquel momento no pensaba que uno pudiera dedicarse a ello como profesión. Fue en el bachillerato donde vi esa posibilidad, gracias a dos magníficos profesores que tuve en el instituto Antonio Tovar, que, entre otras cosas, me animaron a participar en la Olimpiada Matemática, lo cual terminó por decidirme para estudiar esta carrera», recuerda muy emocionado.

Con toda la ilusión en una mochila se matriculó en la licenciatura de Matemáticas en la Universidad de Valladolid (UVA). Aprendió mucho y se convirtió en el mejor de su promoción. Logró el Premio Extraordinario. Un salvoconducto que le abrió muchas puertas. Hizo una estancia posdoctoral de un año en Francia, en las universidades de Toulouse y de Borgoña. Además, realizó estancias de investigación, de diversa duración, en Italia, Brasil, Perú, Colombia o Japón.

Una vuelta al mundo formativo que desembocó en su ciudad natal: Valladolid. Los mismos pupitres que un día ocupó él, ahora lo hacen sus alumnos. Mozo es profesor del departamento de Álgebra, Análisis Matemático, Geometría y Topología. Aparte de sus clases, es miembro del grupo de investigación Ecuaciones y Singularidades, que coordina el catedrático de Geometría y Topología Felipe Cano. Participa en varias líneas de trabajo en torno a la geometría de las ecuaciones diferenciales, en las que intervienen no sólo miembros de esta universidad sino de otras muchas, en España (País Vasco, Santiago de Compostela, Cantabria, Alicante, Alcalá de Henares...) y en el extranjero (Toulouse, Rennes, Estrasburgo, Limoges, Viena, Río de Janeiro, México, Lima, entre otros).

Dentro de su actividad de cooperación internacional en matemáticas, está colaborando con centros de Guatemala y El Salvador para impulsar allí programas de maestría y doctorado. En su próxima visita a esos países tiene previsto reunirse con autoridades académicas, entre las que destaca el rector de la Universidad Centroamericana, el padre Andreu Oliva, quien visitó la ciudad del Pisuerga hace unos meses, en la que recordó a los jesuitas que fueron asesinados en 1989.

Y es que el vallisoletano es responsable del Centro Internacional de Matemáticas de la Unesco desde hace un año. La institución tiene como fin el desarrollo de las matemáticas en zonas del mundo menos favorecidas. Trabaja en varias líneas de actuación, de las cuales la más conocida y visible es la financiación de Escuelas de Investigación en diversos países del mundo –en torno a una veintena cada año, apostilla–, para que a ellas puedan asistir estudiantes de los países del entorno.

A cada una de esas Escuelas acude un responsable científico, con el objeto de prestar apoyo a la organización, lograr apoyos de las autoridades académicas y locales, y otorgar las becas a los estudiantes financiados. Dos de estos responsables científicos son españoles. Concretamente Jorge Mozo se incorporó sustituyendo a Mercedes Siles, catedrática de la Universidad de Málaga. Otra línea de actuación es el apoyo a programas de máster y doctorado en distintos países, mediante la financiación a algunos profesores que acuden allí a impartir cursos.

«Es una labor interesante, que te permite estar en contacto con la realidad matemática y académica de otros lugares del mundo y apreciar el entusiasmo de los estudiantes de estos sitios, cuando viene alguien de fuera a impartir un curso, hablar con ellos, participar de sus inquietudes...», expone, a la vez que añade que a partir de esas escuelas algunos alumnos han terminado realizando sus tesis doctorales con docentes de esos cursos, lo cual tiene «una repercusión positiva» en sus países, puesto que estos estudiantes podrán formar in situ a nuevos profesionales y contribuir al desarrollo de sus regiones. «Es una labor lenta, a medio plazo, pero que sin duda da sus frutos».

Para el profesor de la UVA, la investigación y la innovación en España es «precaria». «Todos sabemos de los recortes en esta materia, y de que España es uno de los países de nuestro entorno que menos dinero dedica a la investigación y la innovación. Esto es peor aún en el caso de las disciplinas de carácter básico: los políticos, al no ver unos resultados inmediatos, no consideran prioritario destinar dinero a ello, y es un error. Sin ciencia básica y sin cultura científica, no es posible lograr avances en otras disciplinas que la sociedad considera más aplicadas», explica.

Afirma que los jóvenes son los más perjudicados por la crisis económica. Y pone como ejemplo su departamento, donde no se ha contratado a nadie en los últimos 20 años. «La Universidad no ha desarrollado políticas de formación de nuevos profesores para garantizar una adecuada reposición en cuanto otros alcancen las edades de jubilación, y esto va a ocasionar graves problemas a corto y medio plazo. En otros ámbitos laborales, las cifras están ahí, que dan una idea del alto porcentaje de desempleo entre la población más joven, que por otra parte, nunca ha estado mejor formada que ahora», subraya.

Jorge Mozo tiene claro que las administraciones públicas han abandonado a su suerte a las ciencias básicas. «Hay un capital humano muy importante y valioso, que realiza su trabajo con gran profesionalidad contra viento y marea, pero raramente se ve recompensado, pese a demostrar su valía en distintos campos». No sólo las administraciones, sino también la sociedad que «premia antes a Cristiano Ronaldo que a Margarita Salas», zanja el matemático.

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