La segunda juventud del pinball

El pinball, la máquina del millón o el Flipper, que de todas estas formas se ha llamado a ese juego tan común en los bares y salas de recreativos hasta que las consolas se impusieron, puede tener una segunda juventud.

La empresa AllPlay, asentada en Zamora, va a sacar al mercado en los próximos meses un sistema que, implementado en las máquinas tradicionales de pinball, va a permitir conectar a dos usuarios estén donde estén, lo que abre también la puerta a la organización de competiciones y torneos de todo tipo. AllPlay tiene intención de entrar en contacto con la IFPA, Internacional Flipper Pinball Association para poder participar en competiciones internacionales.

El proyecto de investigación, desarrollo e innovación liderado por AllPlay se inició hace ya tres años. A lo largo de este tiempo, explica Antonio Ortíz Mezquita, propietario de la firma, se ha estado organizado el sistema para poder facilitar la conexión entre las máquinas, salvando dificultades con las que no se encuentran otros juegos que ya se practican on line desde hace años, como puede ser el futbolín o los dardos. El reto con el que se encuentra el sistema, apunta, es que cada modelo de máquina de pinball tiene un sistema de juego diferentes y, por tanto, también una manera de puntuar distinta, lo que en principio cierra la puerta a la conexión entre máquinas de modelos diferentes.

Externamente, en las máquinas del millón que tienen adaptado el sistema de AllPlay sólo se aprecia una diferencia: una pantalla de ordenador que está situada en la parte alta del aparato y que es la que ofrece información al usuario sobre las posibilidades que se le abren a la hora de jugar, ya sea participar en campeonatos, ligas o torneos o practicar el juego cara a cara con otro rival, con el que puede mantener abierto un chat permanente y al que incluso tiene la posibilidad de ver. En la pantalla del ordenador se muestra también la puntuación de cada jugador y le informa sobre las invitaciones de juego que le llegan. El desarrollo del sistema ha permitido crear también una app, de momento para Android, a través de la cual el usuario se puede vincular a la máquina y utilizar el teclado del móvil para participar en el chat, todo ello aunque en ese momento no disponga de la tarjeta necesaria para activar la máquina. «Un sistema NFC te permite identificarte con el móvil en la máquina de juego».

Internamente ya es otra cosa. El sistema consta de varios elementos a través de los cuales se extraen los datos que está generando la propia máquina y se traducen para poder ser gestionados y visualizados a través de un ordenador. «Obtener ese lenguaje ha sido muy complicado», reconoce Antonio Ortíz.

Existen, explica, diferentes servicios que se pueden obtener a partir de él. Las prestaciones básicas permiten mantener la conexión con el servidor, participar en competiciones y realizar el juego cara a cara. A partir de ahí, apunta, se pueden introducir mejoras. Una de las más apreciadas por los profesionales, sin duda, la instalación de los elementos que permiten detectar y diagnosticar averías a distancia, contar con un sistema de gestión de la propia máquina e incluso controlar la recaudación.

En cada máquina se instala el kit que el cliente desee y en cada una de ellas es diferente en función del modelo o el año de fabricación.

La década de los 90 fue la época dorada del pinball, pero en estos últimos 25 años la tecnología ha variado mucho y se han simplificado los sistemas internos. En muchas ocasiones cambia el lugar y el sistema desde el que se han de sacar los datos de la máquina y por ello es necesario adaptar cada kit al aparato.

El sistema se va a ofrecer, probablemente en este primer trimestre del año, a las empresas explotadoras de este tipo de máquinas de juego, ya que no es algo concebido para particulares porque, aunque pueda sorprender, Antonio Mezquita estima que pueden existir cerca de 5.000 máquinas de pinball en España que se encuentran en manos de coleccionistas y aficionados.

El sistema tiene ya la categoría de modelo industrial reconocido en España y se ha cursado una solicitud europea pendiente de patente. El proyecto ha sido desarrollado en colaboración con las empresas Sgm, Atata Systems y Olivier.