La tercera edad, que inicia aproximadamente a los 65 años, es una etapa que representa muchos retos para las personas, debido a que supone la pérdida de vigor y vitalidad en las actividades que se realizan diariamente, así como el hecho de que el adulto mayor debe afrontar diversas situaciones, y en muchos casos incluso, experimenta problemas de salud en menor o mayor medida.
Mencionamos la salud de las personas mayores, porque debido a su avanzada edad, son consideradas como población en riesgo y son más propensas a sufrir enfermedades o alteraciones que pueden afectar a su salud, debido a que en esta etapa se producen cambios psicológicos, físicos y emocionales, que repercuten en el estado del adulto mayor.
Problemas de salud
Debido a su avanzada edad, las personas de la tercera edad experimentan problemas a nivel físico y psíquico, que deben ser tratados con la seriedad que se merecen para brindarles a estos adultos, la mayor atención que se merecen. Dentro de las enfermedades más comunes en las personas de la tercera edad, tenemos la demencia senil, el Alzheimer, los triglicéridos y el colesterol elevado, la osteoporosis, etcétera.
Padecer demencia senil significa la pérdida de las funciones cognitivas del sujeto que van afectando a su vida cotidiana.
Dentro de las funciones mentales que se deterioran, se encuentra la memoria, la percepción visual, el juicio, la comprensión, el pensamiento, las habilidades del lenguaje, entre otras que impiden que el adulto mayor pueda desempeñarse con normalidad, y que requiera más atención y cuidados.
Este proceso puede ser complicado y tedioso, no solo para quien lo padece, sino para la persona que esté a su cuidado, por lo que se deben tener claras las pautas sobre
, para asegurar una buena calidad de vida del adulto mayor y poder brindarle una excelente atención, estando pendiente de las necesidades que pueda tener.
Demencia senil y cuidados a seguir
Como cuidador de una persona diagnosticada con demencia senil, debes tener en cuenta los siguientes consejos para su cuidado:
Tomar, paulatinamente, el control de aspectos diarios del adulto mayor. Desde que se hace el diagnóstico de la enfermedad, la persona irá perdiendo gradualmente el control, desde olvidar pequeñas cosas hasta no recordar los nombres de sus familiares. Es en este momento, donde el cuidador debe acompañarlo y guiarlo para que el adulto mayor no se sienta asustado o perdido.
Realizar ejercicios para estimular el desarrollo cerebral, ayudando de esta manera a mejorar la memoria, la atención y el lenguaje. Emplear juegos tan sencillos como adivinanzas, realizar actividad física o bailar, hasta más elaborados, como juegos de memorización, de lectura o incluso el contacto con amigos o familiares, será de gran utilidad en su tratamiento.
Tener paciencia y calma. Cuidar a una persona con demencia senil, sobre todo cuando es un familiar, puede ser emocionalmente fuerte para nosotros. El hecho de que no nos reconozca o el cambio en su personalidad, representará un desafío para que estas emociones de tristeza o frustración no nos afecten y poder continuar con su cuidado.
Respetar y fomentar la autonomía del adulto mayor, por lo que debemos ponernos en su lugar y ser más comprensivos. No solo debemos adaptar el entorno físico, sino también el entorno humano, para que sea seguro para la persona mayor poder realizar sus actividades en un espacio donde se sienta cómodo. Al reforzar su autonomía mejoraremos su autoestima, y con ella, el sentido de utilidad que habían perdido.
El cuidado de las personas mayores debe hacerse según el grado de demencia senil en el que se encuentren, dándole su espacio y ayudándole en los momentos en que requiera dicha ayuda o priorizando una atención exclusiva cuanto más avanzada esté la enfermedad.
Lo que puedes hacer
La vejez es parte del ciclo de vida y
todos llegaremos a esa edad tarde o temprano
. Y aunque a veces esta etapa puede venir acompañada de problemas de salud, debemos conservar una actitud positiva para lograr afrontar con éxito los desafíos que se puedan presentar.