Diario de Valladolid

Revolcón para aprender

Los blanquivioleta caen goleados 4-0 ante un rival en mejor forma, por sus persistentes errores defensivos, nula creación, falta de ataque y de velocidad

Almada confió de inicio en sus habituales

Marcos André falló un penalti con 2-0

Juric se sube a un rival en su intento de despeje.

Juric se sube a un rival en su intento de despeje.REAL VALLADOLID

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Antes de que la adrenalina del hipotético análisis de cada espectador golpee con su asterisco como si fuese una estrella ninja, cabe recordar que no se puede juzgar un cuadro por su bosquejo, y eso es la pretemporada. El carboncillo que precede al óleo. Un periodo de pruebas, de ajustes, de observación.

También hay que considerar que en toda pretemporada existe un periodo de mayor cansancio, de lentitud y piernas pesadas por la acumulación de esfuerzos para preparar los músculos de cara la temporada, que comenzarán a explotar con la Liga.

Hasta aquí los argumentos del abogado defensor. Pasemos a los del fiscal.

El Real Valladolid estuvo pesado en Bristol. De cuerpo, pero también de mente. Y salió goleado ante un rival de la Segunda inglesa en mucho mejor forma, más rápido y con sencillos pero muy claros conceptos de juego, que comienza su Liga la próxima semana.

Quizá también se le pueda llamar pesadez a lo de Almada de alinear casi siempre a los mismos. Tomeo y Trilli siguen sin debutar. Yles presentaron el 18 de julio. El uruguayo tiene derecho a plantear la pretemporada como quiera: una meritocracia en la que hay que ganarse el puesto y juegan los que mejor están, o una forma de repartir minutos y ver a todos los futbolistas en acción.

En el primer caso, es imprescindible la coherencia. Quien esté mal, fuera. Y en la aventura inglesa el fallo fue multiorgánico. Colapsaron todas las líneas desde el inicio, pero los primeros cambios llegaron a la hora de juego.

Y eso que se repitió el mismo patrón en los cuatro goles: un jugador rival controla en el área de espaldas a portería, nadie le entra y descarga para que un compañero que llega desde atrás marque. Verlo por cuadruplicado hizo daños a los ojos.

Almada alineó a Guilherme en la puerta: Koke, Nikitscher, Torres y Garri en defensa; Juric y Alani como mediocentros; Amath y Biuk en los extremos; Chuki de mediapunta y Marcos André de delantero.

El Pucela entró al trote al encuentro, pero el Bristol no era el Colo-Colo. El cadencioso ritmo suramerica no nada se parece a una explosividad británica que puso el 2-0 en seis minutos. En el 4, Knight abrió desde la medular para que Riis ganase la espalda a Torres por la banda zurda pucelana. El danés centró al área a Mehmeti, de espaldas, quien, ante la falta de presión, dejó el cuero para que Randell marcase pegado al poste, entrando desde la medular.

El público seguía festejando el tanto cuando Twine, dos minutos después, recibió desde la otra banda un balón en profundidad. Volvió a ganar la espalda a la defensa albivioleta, paso a Riis, de nuevo de espaldas y sin marca, lo que le permitió dejar el balón franco a McCrorie, un lateral, para que empujase la bola a la red.

A esas alturas el público de Bristol debió preguntarse contra quién jugaba su equipo. La defensa castellana era un desastre que bajaba lenta y se comía los pases en profundidad, con sus componentes muy separados y sin ayudas de los mediocentros. El partido comenzaba aparecerse a los de la temporada pasada.

El Bristol se dio por satisfecho con el parcial y aflojó un poco su presión tras un cabezazo alto de Riis en el minuto 8. De nuevo remató solo. El juego se dio al bostezo hasta el minuto 25, cuando llegaron tres ocasiones seguidas del Pucela.

Alani disparó raso cerca del poste tras robar un balón, Marcos André tiro de rosca a la escuadra pero el balón se le fue alto, y Chuki chutó sin acierto un rechazo tras cabezazo de Biuk.

Sin embargo la ocasión española más clara llegó en el minuto 35. Tanner empujó un poco a Chuki en su intento de remate y el árbitro consideró que fue suficiente para el máximo castigo, que sorprendió a los visitantes. Marcos André tiró sin colocación ni fuerza por el lado al que ya se había vencido el portero Vitek, quien paró el balón a dos manos. Pareció una cesión.

La segunda parte fue tan mala o peor que la inicial. La enésima pérdida pucelana de balón provocó el pase de Yu al desmarcado Riis y su remate a gol a la media vuelta. Era el minuto 57 y cuatro después llegaron los primeros cambios visitantes. Con 3-0.

De casi nada sirvieron las sustituciones en un partido entregado a la abulia. Sólo fue rescatable un excelente pase de Bueno para que Delgado rematase en el segundo palo. Vitek sacó el balón.

La rúbrica fue colocada por Mc Crorie, el lateral que hizo un doblete. Un saque de banda pilló desprevenida y mal basculada a la defensa pucelana, el balón se paseó por el área y, tras un pase de espaldas, el escocés embocó sólo a tres metros de la portería como si jugase al golf en St. Andrews.

Ni el Real Valladolid estaba ascendido tras la gira chilena, ni ahora se asoma al precipicio de la Primera RFEF. Pero si las derrotas sirven para aprender, la de Bristol da para un libro de texto.

FICHA TÉCNICA

Bristol: Vitek; Tanner, Vyner, Atkinson (Dickie, min. 81), McCrorie, Randell; (Murphy, min. 81), Knight, Twine (Yeboah, min. 66), Hirakawa (Sykes, min.66); Riis (Armstrong, min.66) y Mehmeti (Stokes, min.89).

Real Valladolid: Guilherme; Koke (Moreno, min. 71), Torres, Nikitscher, Garriel (Bueno, min. 61); Alani (Meseguer, min. 81), Juric; Amath (Alejo, min. 61), Chuki, Biuk (Alin, min. 71); y Marcos André (Delgado, min. 61).

Goles: 1-0, Randell, min. 4. 2-0, McCrorie, min. 6. 3-0, Riis, min. 57. 4-0, McCrorie, min. 87

Árbitro: James Bell, inglés.

Tarjetas amarillas: Alejo (min. 81).

Incidencias: partido disputado en el Ashton Gate Stadium de Bristol ante 6.818 espectadores

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