Pezzolano no comparece tras el partido
Fue su asistente, Camilo Speranza, quien se sentó en la sala de prensa del Coliseum para analizar la derrota ante el Getafe por petición del propio técnico
Finalizó el encuentro en Getafe. Aficionados y periodistas presentes en la sala de prensa aguardaban con expectación las explicaciones de Pezzolano, sobre lo ocurrido en el campo y sobre lo ocurrido en el túnel de vestuarios, donde fue expulsado el míster en el entretiempo. No apareció. Apareció su asistente, Camilo Speranza, quien reconoció que se sentó ante el micrófono por petición del propio Paulo, aunque no pudo especificar las razones. «El míster me lo ha pedido, no sé si tiene que ver con la sanción. Lo desconozco», aseguró.
Con respecto a los hechos que provocaron la expulsión del entrenador uruguayo, tampoco supo explicarlos, ya que afirma no haber estado presente en la escena del crimen. «Cuando me meto al túnel no sé lo que pasó, y tampoco lo hablamos, el foco estaba puesto en resolver determinadas situaciones tácticas», dijo. Antes de dicha sanción, también vio la cartulina amarilla, la octava de la temporada. Algo a lo que Camilo también hizo alusión, ya que Pezzolano antes de lo ocurrido hoy ya tildó su situación con los árbitros como «excesiva y por momentos desubicada». Su segundo descarta que sea un tema de «nerviosismo». «Lo descarto de entrada. Yo veo cosas desagradables en la banda. Formas de dirigirse al míster que no son las propias de alguien que se dedica a esto. Creo que es normal que cuando uno se siente víctima de una injusticia, se rebele. Cualquier persona normal se siente agraviada», opinó Speranza.
En cuanto a lo deportivo, el Real Valladolid no fue el mismo en la primera parte y en la segunda. Hasta el descanso, el equipo compitió, pero tras reanudarse el juego se vio muy superado por los de Bórdales. «Yo creo que el equipo compitió muy bien en el primer tiempo, en el segundo dimos un paso atrás. Tenemos que analizar cuáles son las razones. Pero mi sensación es que el equipo se ciñó al plan de partido hasta aproximadamente el minuto 60», evaluó.
Se le preguntó por los cambios, ya que Latasa y Mario Martín, que entraron a la par, salieron en la foto de los goles del conjunto azulón. Anuar y Juric fueron los sacrificados, dos jugadores que habían realizado un buen trabajo durante el partido, y también por ello llevaban mucho desgaste encima. «La relación es un poco injusta porque el marcador es uno cuando ellos entran y otro cuando acaba el partido. Había un desgaste enorme y quisimos renovar un poco las energías en esas posiciones en particular. Son situaciones de juego, tenemos una plantilla muy joven, es normal que haya algún error, aunque vamos dando pasos con el trabajo. Pero en esta categoría los errores se pagan y muy caros», analizó. No quiso desligarse de la «responsabiliad» de lo que está pasando, pero afirma que el cuerpo técnico lo afronta «con naturalidad, porque es parte del proceso».
Asimismo, no cree que el problema sea la forma de trabajar, y expresó que en cuanto al ánimo están «fuertes». «El trabajo diario es muy bueno, desde este punto de vista, buscamos soluciones que es lo que nos compete, y yo tengo confianza en que la energía de la gente sigue siendo buena. Nos sentimos fuertes para competir y vamos a dejar todo para revertir la situación», explicó. Y en esa personalidad, recordó la resiliencia del equipo desde el año pasado, con «tantos altibajos» en lo deportivo y en lo social.
A la afición, «nada que reprochar». «Les estamos muy agradecidos, hoy han venido muchos a animar a pesar de la situación. No percibo crispación, percibo algo natural que es que la gente quiera lo mejor para su equipo», dijo.
Sentenció con una frase tan contundente como precisa: «La realidad es que estamos donde estamos».