Diario de Valladolid

TRES SEGUNDOS

Acción de Devin Schmidt que le costó siete partidos de sanción

Marionetas de un guiñol con la sanción a Devin Schmidt

La desorbitada sanción de siete partidos al americano del UEMC Real Valladolid Baloncesto por insultar y en inglés a un rival tras el partido jugado en Melilla abre grandes interrogantes y deja a la FEB y a su Comité de Competición en entredicho 

Publicado por
Guillermo Velasco
Valladolid

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No han pasado ni 24 horas desde que se conociera por parte de la Federación Española y su Comité de Competición la sanción desmesurada, desproporcionada y todos los sinónimos imaginables al jugador del UEMC Real Valladolid Devin Schmidt por insultar a un rival tras el partido que ganó el equipo de Paco García sobre la bocina en Melilla hace dos semanas, y el surrealismo sigue presente en mi cabeza. En mi cabeza y posiblemente en la cabeza de todos. 

Y no sólo por un motivo, el propio insulto, sobre el que debería sustentarse la sanción, sino por muchos más. Porque, casualidad o no, llueve sobre mojado en una Liga LEB-Oro de poco, muy poco respeto por la FEB, en la que los clubes, sin voz ni voto, son manejados como marionetas de un guiñol. 

Siete partidos de sanción (la infracción está tipificada en el reglamento como grave pudiéndose extender la sanción de 5 a 15 partidos) por llamar «nenaza» añadido el adjetivo en forma de palabrota «p... nenaza» a un jugador, Óscar Alvarado (casualidad o no metido en más fregados y que salió de su etapa en Valladolid no precisamente por la puerta de los señores), que le fue a increpar y a buscar tras el partido como bien se ve en el vídeo. Insultos en inglés... Bueno, el colegiado, presente, sin diccionario en la mano, debe tener el B2 homologado de Cambridge. vamos, como me apuntaba un amigo, un ‘Caso Bellingham 2.0’ en toda regla. 

Un vídeo que ha mandado el club blanquivioleta al Comité de Competición buscando cuanto menos la rebaja de la descomunal sanción, como mandó en su día con la agresión de Tomas Bellas a Kovacevic a la FEB y que quedó en agua de borrajas. 

Un insulto con atenuante posiblemente condenable, nadie lo duda, pero nunca por siete partidos. ¿Qué le hubiera caído al escolta americano si se hubiese enzarzado con el rival? ¿La condena de por vida? Solo hay que echar la vista atrás con la batalla campal en la Euroliga entre el Real Madrid y el Partizan y las sanciones fueron inferiores. ¿Acaso es más lista la FEB y tiene una vara de medir más equitativa y justa? Discrepo. 

El respeto de la FEB por la LEB-Oro, un producto claramente mejorado y vendible, no es acorde a lo que merece. Parece imperar la ley del ‘aquí mando yo’ con la imposición de un tercer árbitro en los partidos (negocio), la negociación unilateral (sin la participación de los clubes) de televisión con LaLiga Sports TV (negocio) hasta 2026 a cambio de 15.000 míseros euros y el condicionante de poder poner la plataforma los horarios que designe a su capricho, el obcecamiento (y que no se me malinterprete) de subir a mujeres a pitar en la LEB-Oro apoyándose en el Universo Mujer y la cuota igualitaria (medalla) y que los clubes no comparten... 

La sanción a Schmidt, comunicada dos semanas después de producirse y cuando el jugador ya estaba subido en el autocar camino de Lleida y que le obligó a coger un AVE de regreso a Valladolid, corta las alas a un club, Real Valladolid Baloncesto, de esos que no gustan, políticamente incorrecto, de los que reclaman, de los que no se callan y se resisten a ser marionetas de un guiñol.

Porque lo que dice y pone en un acta un árbitro va a misa. Y si no lo pone como ocurrió con la agresión a Kovacevic, ni siquiera cuestionan su mala reglamentación, como la de que se permita deshacer y desestabilizar a un equipo en plena competición como intentó hacer el Estudiantes tentando al propio Devin Schmidt y donde también puso, qué casualidad el grito en el cielo el Real Valladolid Baloncesto. 

No deja de ser sorprendente que a la 'estrella' del Real Valladolid le hayan caído justamente 7 partidos, los que quedan para finalizar la Liga regular. Y los blanquivioleta jugándose todo para acceder al playoff, ya ganado a pulso, con ventaja de campo. 

Ni siquiera pueden pedir, aún sabiendo que tienen razón,  la suspensión cautelar. Porque si a la FEB le da por no rebajar la sanción Schmidt tendría que cumplir posiblemente la sanción o parte de la sanción en los playofffs. 

El mundo al revés sin negar en ningún momento que un insulto tiene que ser amonestado, repudiado e incluso sancionado. Pero todos. No solo uno, bueno dos, el de Carrera tras el Estudiantes-Coruña a los árbitros que le acarreó otros siete partidos, sanción rebajada luego a cinco. Está claro que los pensadores de la FEB (siempre ha tenido mentes iluminadas) se aburría como en otras tantas decisiones. pero esto da para otra opinión, otros Tres Segundos que abordaremos en su momento.

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