Diario de Valladolid

BALONMANO / LIGA ASOBAL

El Recoletas, en estado depresivo

El Recoletas Atlético Valladolid sigue cuesta abajo y sin frenos al encajar su quinta derrota consecutiva, esta vez en Logroño / Leve mejoría inconclusa y un mundo entre ambas porterías

Álvaro Martínez lanza de manera acrobática en el duelo en Logroño.

Álvaro Martínez lanza de manera acrobática en el duelo en Logroño.LOF

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Peligro. Cuesta abajo y sin frenos. El Recoletas sigue sumido en un profundo estado de depresión desde hace tiempo, demasiado tiempo. ¿Dónde está el equipo de Pisonero que ilusionó y asombró en el primer tercio de temporada? En el olvido. Porque con la de ayer en Logroño, al menos competida (28-25), son ya cinco derrotas de forma consecutiva o retrotrayéndose más atrás tres puntos sumados de los últimos 18 en juego.

El Recoletas Atlético Valladolid atraviesa por una profunda crisis de identidad por diferentes motivos. El primero, los pobres números aportados por una portería que una jornada más sigue coja, con un solo portero, el chileno Pipe García (que vino tras el parón como recambio del retirado Yeray Lamariano) y que aguanta como puede con la colaboración del novato Enrique Llorente, un juvenil de 2º de Bachillerato al que no se le puede pedir más dado que apenas puede entrenar un día por las mañanas y con permiso del Instituto, cuando entrena el equipo.

Pero sería injusto descargar toda la presión y culpa en la portería. La defensa no raya a la misma altura ni colabora como hiciera en la época de vacas gordas. Hay jugadores, que no seguirán la temporada que viene o que están por renovar, que parecen tener la cabeza en otro sitio. Solo hay que fijarse en los números y en el rendimiento de un equipo en el que ni siquiera los ‘inventos’ desde la pizarra, como la defensa abierta, otrora osada y fructífera, da resultados.

Es como ir al matadero con más o menos suerte sabiendo el final de antemano. En Logroño el equipo fue capaz de competir e incluso se puede decir que hizo un lavado de cara por momentos pero fue su reacción fue inconclusa y sin continuidad alguna. Casualidad o no y no es la primera vez el MVP del partido acabó siendo el portero, pero no el del Recoletas, con 8 paradas, sino el del BMLogroño, el húngaro Palasics, con... 17 intervenciones. Sana envidia.

El BMLogroño del ex BMValladolid Miguel Velasco, mandó de principio a fin y solo los arreones intermitentes del Recoletas, con los hermanos Martínez, Miguel y Álvaro de protagonistas, evitaron una victoria más plácida y con menos esfuerzo.

La diferencia, abismal, en la portería acabó dictando sentencia otra vez a un recoletas mejorado pero sin la chispa física y... de deseo de antaño. Hasta en tres ocasiones en tres fases del encuentro diferentes el equipo de Pisonero tuvo balón para nivelar el marcador pero acabó fallando con precipitación y estrellándose contra la portería defendida por un acertado Palasics desperdiciando además cuatro de sus cinco penaltis lanzados, todo lo contrario que su rival (6 de 6). Palabras mayores.

Cinco minutos de desconexión, del 45 al 50, bastaron para que el Recoletas cavara su tumba para seguir siendo un equipo irreconocible. Pese a que el equipo tiene la salvación atada salvo milagro, el club se juega mucho en este tramo final de temporada, la credibilidad de su proyecto, la continuidad de patrocinadores y asegurar su decreciente masa social. La secretaría técnica tiene la misión de encontrar, ya, otro portero para frenar una sangría dañina y peligrosa. 

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