Diario de Valladolid

BALONCESTO / ANÁLISIS (2)

El Real Valladolid Baloncesto o el 'Día de la marmota'

Tras una temporada brillante que no tuvo la guinda del ascenso, el Real Valladolid necesita dar una vuelta de tuerca para poder competir en las mismas condiciones

Una imagen de las semifinales de la Final Four de ascenso entre el UEMC Real Valladolid y Palencia. / M. G. EGEA

Una imagen de las semifinales de la Final Four de ascenso entre el UEMC Real Valladolid y Palencia. / M. G. EGEA

Publicado por
Guillermo Velasco
Valladolid

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Con la conciencia tranquila de haber hecho una temporada brillante pero con el resquemor final de acabar con mal sabor de boca tras la Final Four de ascenso a la ACB en la que no se supo dar la cara, el Real Valladolid Baloncesto se ve obligado a resetear. Regenerar o morir. Dar una vuelta de tuerca o vivir como en el inacabable 'día de la marmota' más de lo mismo. El que me voy pero no me voy (Paco García), el no te preocupes que aumento el presupuesto para seguir en las mismas o el que  este año vamos a llenar el pabellón para acabar devolviendo 530 de las 1.000 entradas a las que tenía derecho en la Final Four para ser borrado (literalmente) y quedar en evidencia en la grada del Coliseum de Burgos ante el resto de  aficiones. 

Algo falla, está claro. Igual que los dirigentes, insuflados por la ilusión,  algo que no basta, no son profesionales que piensen única y exclusivamente en baloncesto. No vale con tener un director deportivo profesional solo para el primer equipo. El club, incluso con el bastón para muchos invisible pero necesario del Real Valladolid CF,  camina descompasado. ¿Quién es el profesional encargado de abrir puertas? No existe. ¿Y el de lidiar con los problemas extradeportivos que acaban afectando a lo deportivo? Tampoco.

El UEMC Real Valladolid Baloncesto entró en la ‘plaza de toros’ de Burgos ya tocado, muerto, visto para sentencia. No fue, ni de lejos el equipo que brilló en muchos momentos de la temporada. Fue un toro entregado a su suerte. Posiblemente no entrenó lo que hubiera debido entrenar por miedo a romperse. ¿A qué vino el ‘show’ previo del pabellón?  En el otro polo estaba Palencia, mudo, discreto, de puntillas sin levantar una palabra más alta que otra, en definitiva, a lo suyo. Un equipo capaz de destapar las vergüenzas (estudiadas, algo que no se hizo en el camino invertido) y realidad de un Real Valladolid triste, posiblemente pasado de forma y con poco o  menos hambre que su rival.

El ‘Día de la marmota’ vuelve al mismo punto de partida. La de esperar acontecimientos. La de los mensajes sibilinos pero claros y tentadores de Paco García. «O hay un presupuesto acorde o es mejor estar de vacaciones en Tenerife». La piedra está en el tejado de un Real Valladolid que, primero, tiene que decir quién será su cabeza tras la fuga de Pellitero a la política. Después será la hora de apostar. A ganador o a ser uno más en una plaza histórica de baloncesto como es Valladolid que parece haber perdido su fuerza, su punch, su identidad. Quizás por aburrimiento. Quizás por no saber vender su producto como lo han hecho de un tiempo a esta parte Burgos y Palencia, que incomprensiblemente, les han acabado adelantando por la derecha. Sí, por la derecha. Porque... que Palencia haya logrado el ascenso... no hace sino invitar a la auto reflexión. Y no vale con llorar y recordar una y otra vez la cantinela de que hay presupuestos mayores. ¿Se quiere o no ascender? ¿Es Valladolid plaza ACB? Es el momento de demostrarlo de una vez por todas. Y con hechos, con ‘cash’., no con palabras, las de siempre, las que ya aburren, las que no terminan de convencer,

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