Diario de Valladolid

BALONCESTO / FINAL FOUR LEB ORO

La Final Four, de sueño a pesadilla para el UEMC Real Valladolid Baloncesto

El UEMC Real Valladolid acaba pisoteado por un Palencia excelso y muy superior que se planta en la final por el ascenso / Sin faro, los de Paco García cavaron su tumba en un tercer cuarto para olvidar (31-12)

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Publicado por
Guillermo Velasco
Valladolid

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Nunca una final estuvo tan cerca. Nunca una final estuvo tan lejos. El sueño de la ACB del ilusionado UEMC Real Valladolid Baloncesto  se difuminó un un plis plas, en una de esas desconexiones, a veces difíciles de comprender, que tantos dolores de cabeza le ha dado a Paco García esta temporada en sus partidos como visitante. Y ayer, pese a que el Coliseum de Burgos no era el feudo de su rival, Zunder Palencia, Valladolid fue sin lugar a dudas el forastero, tanto en la cancha, siempre a remolque en el marcador, como en la grada, donde la afición palentina triplicó a la pucelana, muda desde el segundo cuarto.

Pero el ascenso a la ACB, en la cabeza de aficionados e incluso de la propia directiva, no estuvo en un equipo plano, sin chispa, sin su líder, secado por completo por el fabuloso trabajo de scouting de Pedro Rivero, que dio toda una masterclass de dirección de partido.

E.M.

E.M.

Ni siquiera fue un querer y no poder. Porque el UEMC Real Valladolid, desfondado, perdido, ahogado y olvidado, echó todo, absolutamente todo por tierra tras el descanso con ese ataque de amnesia que le llevó a encajar un parcial sangrante de 31-12. De nada sirvió la corrección del equipo en el segundo cuarto con una defensas alternativas (zona 1-3-1 y 2-3) que cuanto menos confundieron, ralentizaron y minimizaron el poder ofensivo de Palencia. Pese a que en ataque los vallisoletanos nunca estuvieron lúcidos (a excepción de Mike Torres y N’Guessan, que ejercieron de flotadores) , el partido estaba yendo a pocos puntos, una de las claves del partido para salir airosos. 

 

Pero la furia de Palencia despertó de su letargo en buena parte ayudado por su rival, un UEMC Real Valladolid caído en desgracia, falto de reflejos desde el banquillo quizás al tardar en solicitar tiempo muerto para frenar la sangría de salida (16 abajo en solo cuatro minutos), con la cabeza en otro sitio sabedores que Palencia siempre arrea y mete una marcha más tras el descanso (ya lo hizo en Liga dos veces  y en la Copa de Castilla y León).

El gozo en un pozo. Del todo a la nada. Palencia, sujetado por Chumi Ortega y después por Germán Martínez con un trabajo defensivo excelso  que provocó hasta 15 pérdidas al UEMC el sueño se convirtió en pesadilla y el partido se quedó sin partido. 

E.M.

E.M.

Palencia se marcha.

Palencia rompió el partido y a su rival por la mitad. Sin piedad. Sin bajar ni una marcha hasta el segundo final. Un duro y posiblemente injusto castigo para cerrar una temporada brillante aunque sin regusto final. Porque el UEMC se difuminó por completo echando en falta más que nunca a su líder, al MVP del equipo, Un Pantzar, en su última batalla antes de su fichaje por el Bilbao ACB, que se quedó por primera vez en blanco, sin anotar. Ver para creer. En el peor momento. Cuando más hacía falta. Y sin un faro que alumbrara el camino, el UEMC Real Valladolid acabó pisoteado y casi humillado por un Palencia excelso al que no importó unirse a la fiesta su mejor hombre , un Schmidt que no metió su primera canasta hasta casi el final del tercer acto para acabar con 11 puntos (3 triples). Todo en contra, poco, nada a favor. La desconexión era total.

El 67-44 del minuto 30 era una montaña inmensa. Desajustes y más desajustes en pleno caos  ante un Palencia que acabó incluso gustándose con robos, con canastas fáciles, con mates, con minutos para todos. Una tristeza, un funeral de impotencia suma para el Real Valladolid que acababa cruelmente pisoteado al borde de la humillación con ese 90-60 final. 

 

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