Diario de Valladolid

BALONMANO / LIGA ASOBAL

La fe del Recoletas movió la montaña del Anaitasuna

El Recoletas rescata otro punto de oro en Pamplona ante el Anaitasuna en el último suspiro coincidiendo con el final del partido con una jugada de pizarra entre Borja y Dimitrioski que acabó con un espectacular 'fly' (29-29)

Tarsicio Freitas encara la portería del Anaitasuna defendida por el portugués Juan Manuel Bar. / LOF

Tarsicio Freitas encara la portería del Anaitasuna defendida por el portugués Juan Manuel Bar. / LOF

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Guillermo Velasco
Valladolid

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... Y la fe movió la montaña. Y lo volvió a hacer de manos del hombre impasible, el posiblemente único entrenador que nunca se queja, que asiente con lo que tiene, mucho o poco, el entrenador que nunca o muy pocas veces pierde la compostura incluso cuando sus jugadores no son capaces de conectar con su balonmano visionario, con su libreto abierto y osado capaz de reproducir el milagro de los panes y los peces ante rivales con mayores recursos.

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La pizarra de Pisonero, su pizarr a, fue la que recuperó ayer ante Anaitasuna un punto que sabe a glori a en una plaza, Pamplona, esquiva en la que el Recoletas había perdido en cinco de sus últimas seis batallas lidiadas. 

La última jugada del partido dibujada e inventada desde la pizarra del entrenador del Recoletas tras u épico tiempo muerto a la desesperada, a todo o nada,  con un gol abajo y solo cinco segundos por jugarse, recompensó los errores en las jugadas precedentes con una pérdida que puso costar la derrota a un minuto para el final y por la pasividad defensiva en más de una ocasión a cargo de un Darko Dimitrievski, ayer desconectado.

Pero el fly de Dimitrioski prácticamente sobre la bocina a pase de un Borja Méndez que al igual que ocurriera en el último empate ante el BM Logroño, también de sabor agradable y sobre todo valioso, se echó el equipo sobre sus espaldas asumiendo el liderazgo goleador ante la falta de dinam,ita en la primera línea, bien por lesión o bien por desconexión, recompensó la agonía de ir detrás en el marcador durante muchos, demasiados minutos.

El devolver al cajón del olvido el ataque de siete contra seis (otrora decisivo) en la primera mitad y el cambio de portero en la segunda, dando entrada a César Pérez, ejercieron de espoleta para la trabajada reacción en un partido de pico y pala (literal) en el que el Recoletas ganó más que perdió un punto (29-29). 

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